Soraya Jiménez, primera mexicana en hacer sonar el himno en los Olímpicos
Era el 18 de septiembre de 2000 cuando la halterista mexicana Soraya Jiménez hizo historia en el deporte nacional al levantar 222.5 kilos, 95.0 de arranque y 127.5 de envión, en la división de los 58 kilos.
Con un gran esfuerzo, Jiménez logró levantar la pesa, mantenerla suspendida un instante y bajar la carga, tras lo cual dio un salto de felicidad, pues había superado los 122.5 kilogramos levantados por la favorita de la competencia: la coreana Song Hui, y subiría al primer lugar del podio olímpico.
Soraya Jiménez Mendivil nació en Naucalpan, Estado de México, el 5 de agosto de 1977. Desde pequeña se involucró en el deporte, incursionando en el basquetbol al lado de su hermana gemela, según la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).
Sin embargo, señala en un comunicado la Conade, encontró su verdadera pasión en el levantamiento de pesas o halterofilia, disciplina que comenzó a practicar a los 14 años.
En 1997 obtuvo la primera medalla mundial de bronce conseguida en la historia de México en levantamiento de pesas durante el Campeonato Mundial Juvenil, realizado en Sudáfrica, de acuerdo con su biografía publicada en el libro Los 100 mejores deportistas mexicanos.
Posteriormente se subió al podio en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1998. Al años siguiente, 1999, obtuvo el segundo lugar en los Panamericanos, en Canadá, lo que le permitió obtener su pase a los Olímpicos de Sidney 2000.
Desde los juegos de Los Ángeles 1932 hasta Atlanta 1996, 195 mujeres habían formado parte de las delegaciones nacionales sin que ninguna hubiera alcanzado una medalla dorada. De hecho, la delgada historia de éxito nacional apenas contaba con nueve hombres que habían hecho tocar el himno nacional en una sede olímpica.
Después de ella, María Espinoza se unió al lánguido listado de mujeres que obtuvieron la presea dorada para México con su triunfo en taekwondo en Beijing 2008.
No todos fueron triunfos
Tras su triunfo, Jiménez fue reconocida en el país con el Premio Nacional del Deporte, pero no todo en su carrera fueron triunfos, pues el esfuerzo a lo largo de su carrera deportiva llevaría al deterioro de su salud.
Jiménez Mendívil tuvo un historial clínico de 14 operaciones en la rodilla izquierda debido a una lesión.
“Las cirugías son producto de todo el esfuerzo que hice (levantaba más de 200 kilos), de la exigencia que le puse a mi cuerpo, pero afortunadamente estoy bien y echándole ganas”, dijo en una entrevista con el periódico La Jornada en diciembre de 2007.
A sus operaciones se agregó un virus de influenza tipo B que contrajo durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007, el cual se complicó con varios cuadros de neumonía por lo que le fue extirpado el pulmón derecho.
“Todo lo que tengo es consecuencia de lo que hice, y lo volvería hacer. La medalla me dio mucho, me hizo crecer y madurar”, dijo Jiménez al periódico mexicano, en la entrevista concedida meses después de su cirugía de pulmón.
La deportista también tuvo que enfrentar acusaciones por dopaje. En 2002, la Federación Internacional de Levantamiento de Pesas la acusó de salir positivo por Bupropion, estimulante que a futuro desaparecería de la lista de sustancias prohibidas, por lo que la suspendió del deporte por seis meses.
El Comité Olímpico Mexicano defendió a la deportista señalando que las sustancias encontradas en sus pruebas de dopaje eran producto de un tratamiento en la rodilla.
"Estoy limpia, nunca actué con dolo'', dijo la halterista en una conferencia de prensa, luego de ser exonerada por la organización internacional en septiembre de 2002.
Jiménez sentó un precedente en el deporte nacional y abrió una puerta por la que han entrado decenas de mujeres mexicanas para triunfar en los deportes.
El pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la deportista compartió cómo vivió su logro olímpico 13 años después.
“Tengo la oportunidad de vivirlo todos los días, la gente no lo olvida, la gente siempre está ahí, me saluda, me felicita", dijo según un comunicado de la Conade.
Su última aparición pública la hizo en el funeral del exmarchista Noé Hernández, quien murió en enero después de recibir un balazo en la cabeza durante un tiroteo en un centro nocturno.