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La Copa del Mundo de Qatar enfrenta problemas de explotación laboral

El país se ve inmiscuido en acusaciones por la falta de derechos en el ámbito del futbol, pero también en la vida laboral en general
mar 30 abril 2013 01:05 PM

Zahir Belounis pasó la mayor parte de los últimos dos años sin salario, sin club o cualquier posibilidad de regresar a casa, pero el futbolista argelino-francés ahora enfrenta su futuro inmediato sin el producto más básico: la comida.

“Voy a dejar de comer, haré una huelga de hambre, quiero hacer eso”, explicó el jugador de 33 años.

“Voy a comenzar la próxima semana. Me tratan como perro pero pelearé. Moriré aquí en Qatar”, dijo en una entrevista con CNN la semana pasada.

Belounis, quien había jugado en las ligas menores del futbol francés, ahora juega para el club de primera división qatarí El Jaish, el club del ejército. O al menos, afirma, debería hacerlo.

Dice que a pesar de tener un contrato que dura hasta 2015 ha sido marginado, amenazado, llevado a otros clubes en contra de su voluntad, no le han pagado y finalmente le han prohibido dejar el país, dejándolo a él, a su esposa y a sus dos hijas atrapados en Qatar.

Una huelga de hambre, dice Belounis, es su última apuesta.

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“Dejaré de comer y me sentaré aquí (enfrente de la oficina de la Asociación de Futbol de Qatar) y traeré algunos documentos hasta que algunas personas importantes me escuchen”, dijo.

“Tengo suficiente evidencia. No hablo mal sobre Qatar. Pero hay personas que no son honestas. Tengo que cuidar a dos hijas. A nadie le importa que no haya tenido salario durante 23 meses”.

Belounis es uno de los casos de más alto perfil surgidos en torno a los derechos de empleados en Qatar, donde el Ministerio de Trabajo recibió miles de quejas el año pasado, según reportes.

Cuando CNN contactó a la Liga de Estrellas de Qatar y a la Asociación Qatarí de Futbol (QFA, por sus siglas en inglés), presentándoles las acusaciones de Belounis, la QFA dijo:

“Todas las partes analizan con profundidad el asunto y se toman acciones por difamación”. Se negaron a responder cualquier acusación específica hecha por Belounis.

Sistema Kafala

Desde que a Qatar se le concedió el derecho de llevar a cabo el Mundial de 2022, el pequeño emirato de menos de dos millones de personas, y apenas 300,000 habitantes, localizado junto a Arabia Saudita y Bahrein, presentó un retrato brillante de sí mismo al resto del mundo.

Su familia real, liderada por el emir Hamad bin Khalifa al Thani, es una de las más ricas del mundo gracias al descubrimiento y explotación de uno de los mayores campos de gas natural en la Tierra a finales de la década de 1990.

También ha derrochado dinero en el futbol europeo. La Fundación Qatar, establecida por la misma riqueza de gas natural, patrocina las playeras del Barcelona FC.

Otro club español, el Málaga, alcanzó los cuartos de final de la Liga de Campeones de la UEFA este año, en gran medida gracias a la inyección de fondos de Qatar.

Y la Autoridad de Inversión de Qatar, uno de los mayores fondos de riqueza soberanos del mundo, compró al Paris Saint-Germain, firmando a algunos de los mejores jugadores mientras avanzan hacia el título de la liga francesa. Los salarios de estrellas como David Beckham y Zlatan Ibrahimovic han sido espléndidos.

Sin embargo, de acuerdo con Belounis, al igual que varios grupos de derechos humanos, varios jugadores y miles de trabajadores de construcción que edifican la infraestructura para el Mundial han sido abusados , se les han negado sus salarios y están atrapados en un sistema del que no pueden escapar.

El llamado sistema Kalafa (que vincula a los empleados con un empleador en específico), según Human Rights Watch y la Confederación Sindical Internacional, ha estado abierto a un abuso sistemático y creó una forma de esclavitud de facto para más de un millón de trabajadores inmigrantes que trabajan dentro de sus fronteras.

“Qatar ha sido exitoso en dar una imagen progresiva cuando, de hecho, el sistema (de trabajo) es de explotación”, dijo Nicholas McGeehan de Human Rights Watch.

“Es la misma vieja historia. El sistema Kalafa, la confiscación de pasaportes, el cargo ilegal de cuotas exorbitantes, que los trabajadores no puedan acceder a las cortes para obtener compensaciones.

“Qatar tiene un sistema de visas para que no puedas dejar el país sin que lo autorice el promotor. Tienes un sistema en el que los trabajadores están atrapados en el país y los mismos viejos abusos se vuelven un problema. Salarios no pagados, salarios atrasados. Mantiene a los trabajadores vulnerables”, añadió.

El sistema generó que una organización internacional de trabajo pidiera a la FIFA quitar a Qatar del Mundial 2022 por el tratamiento de sus trabajadores migrantes.

La gran mayoría es de India, Bangladesh y Pakistán y trabajan muchas horas por poco dinero en la industria de la construcción. Las temperaturas en el lugar pueden alcanzar los 50 grados centígrados en el verano.

“Estaba impactado de ver esta explotación en futbol”, explicó Sharan Burrow, secretario general de la Confederación Sindical Internacional (CSI).

“A finales de 2010 realizamos una evaluación de riesgos que observaba los derechos laborales fundamentales. La región del Golfo se destacó como una luz roja. Absolutamente estaban hasta el final de los derechos para los trabajadores. Eran fundamentalmente esclavos del estado.”

La CSI platicó con la FIFA y las autoridades qataríes, presionándolos para una reforma.

Como señala Burrow, serán trabajadores migrantes los que construyan el proyecto multimillonario del Mundial de 2022: la infraestructura de transporte, los hoteles y los 12 estadios innovadores. Se estima que lleguen un millón de trabajadores extra.

“No llegó a ninguna parte”, dijo Burrow sobre las discusiones.

“Se negaron a darnos libertad de asociación. Fui a reuniones a los campos de trabajo de Qatar todas las semanas. Las condiciones en los campos eran miserables. No había espacio personal, las instalaciones de cocina no eran seguras.

“Estos hombres básicamente son esclavos. El sistema legal no funciona, sus contratos son eliminados a su antojo. Estos hombres están furiosos. Sienten como si se llevaran sus vidas.

“Mientras tanto no teníamos más opción más que comentarlo de nuevo con la FIFA”, añadió Burrow.

“Si en dos años (desde que se nombró el Mundial de 2022), el gobierno no ha hecho lo más fundamental, no tienen ningún compromiso con los derechos humanos”.

Sobre la cuestión de los derechos de trabajadores migrantes durante la construcción de proyectos relacionados con el Mundial, y la petición de la CSI a la FIFA para quitarle a Qatar el torneo, el Comité Supremo Qatar 2022 dijo en un comunicado a CNN: “La seguridad, salud y dignidad de los trabajadores (ya sean profesionales o trabajadores de construcción) es de suma importancia.

“Nuestro compromiso es cambiar las condiciones de trabajo para asegurar un legado de mejora en el bienestar del trabajador. Estamos conscientes de que esto no puede hacerse de la noche a la mañana. Pero el Mundial de la FIFA 2022 actúa como catalizador para mejorar esto”.

En la Carta de Bienestar de los Trabajadores Migrantes que el gobierno promulgó en octubre pasado, se promete que todos los contratistas y subcontratistas del Mundial 2022 serán sometidos a estándares estrictos de seguridad y salud, trato equitativo y condiciones de vida seguras y saludables.

También hay una promesa para “asegurar que se paguen los salarios de los trabajadores a tiempo”.

“Siempre hemos reconocido que el estado actual del bienestar de trabajadores necesita mejorar”, continuaba la declaración.

“Desde el principio señalamos el poder del futbol como un gran catalizador para mejorar tangiblemente las condiciones laborales en Qatar y en la región.

“Abrimos un diálogo con Human Rights Watch y la CSI a finales de 2012, y acordamos trabajar juntos para desarrollar un lenguaje para nuestra carta y provisiones contractuales de los trabajadores en cuanto al trabajo… comenzar este diálogo y que luego la CSI lance una campaña que pida reabrir el voto es a nuestro juicio algo falso y nos lleva a cuestionarnos las intenciones de la CSI”.

Para aprovechar la carta de bienestar de los trabajadores, la Fundación Qatar anunció la semana pasada que mejoraría los estándares mandatorios del bienestar de los trabajadores migrantes para “ayudar a aplicar los requerimientos mínimos con respecto al reclutamiento, condiciones de vivienda y trabajo, así como el tratamiento general de los trabajadores en la construcción y otros proyectos”.

En un comunicado enviado a CNN, la FIFA dijo que el “Mundial en Medio Oriente ofrece una gran oportunidad para que la región descubra el poder del futbol como una plataforma para un cambio social positivo. La FIFA defiende el respeto de los derechos humanos y la aplicación de normas internacionales de comportamiento como principio y como parte de todas nuestras actividades”.

El organismo mundial de futbol también señaló que sostuvo reuniones con el CSI y Human Rights Watch.

“La FIFA espera que el diálogo que comenzó con las autoridades y organizaciones de Qatar como Human Rights Watch continúen antes del Mundial 2022”, se dice en el comunicado.

“La FIFA buscará como parte de nuestra estrategia de responsabilidad social para evaluar oportunidades, aumentar lo positivo y reducir los impactos negativos del Mundial de la FIFA hacia 2022”.

El gobierno qatarí dio a entender que está preparado para desechar el sistema Kafala de patrocinio. “El sistema de patrocinio será remplazado con un contrato firmado por ambas partes”, dijo Hussain Al Mulla, subsecretario del Ministerio de Trabajo, al periódico árabe Al Arab en 2012. Pero como señala Human Rights Watch, no se estableció una fecha.

Después de repetidos intentos de CNN para que el Ministerio de Trabajo comentara, los funcionarios de Qatar se negaron a responder.

Complejo panorama

Pero no sólo son los trabajadores de construcción los que están atrapados en el sistema. Burrow del CSI dijo que estaba impactado al descubrir que varios futbolistas tenían el mismo destino.

Belounis dice que sus problemas comenzaron después de que fuera capitán de El Jaish, en ese entonces un club de segunda división.

Llevó al equipo a la primera división y fue llamado al equipo qatarí para el Mundial Militar 2011 en Brasil. Se le dio un pasaporte, temporal, para que pudiera competir. El equipo terminó en cuarto, perdiendo contra Brasil en el partido del tercer lugar gracias a un gol en tiempo extra.

Cuando regresó a casa su pasaporte qatarí había sido devuelto, y se le dijo a Belounis que estaba de más en El Jaish y había sido prestado a un equipo diferente. No quería irse pero estuvo de acuerdo, después de que se le prometiera que aún recibiría su salario de acuerdo a su contrato.

Belounis dice que, durante un tiempo, su nuevo club le pagó una pequeña fracción de lo que se le debía.

“Pero no he visto ni un solo euro de El Jaish”, se quejó.

Ahora no tiene dinero y sobrevive de limosnas que le envía su familia en París; una ironía dado lo mucho que la familia real de Qatar ha dado al PSG, y el apoyo que le da la comunidad francesa en Doha.

No juega para ningún club y no tiene posibilidad de jugar para alguien más en Qatar.

“Me despierto, cuido a mi hija, intento permanecer como un hombre enfrente de mi familia”, dijo.

“Mi esposa se deprime. Intenté ser fuerte pero es muy difícil. Voy al gimnasio y entreno”.

Ahora, la cuestión está en las cortes Qatarís lo que significa que Belounis y su familia no pueden irse.

“El club dijo: 'Te pagaremos, pero tienes que firmar este papel que dice que no te debemos nada'. Dije: 'Denme primero mi cheque'. Dijeron: 'Primero el contrato'. Dijeron que no me darían una visa para salir a menos que fuera a la corte y quitara las acusaciones”.

Qatar “tiene muchos intereses en la FIFA”

Un jugador que pudo dejar el país fue el marroquí nacido en Francia, Abdeslam Ouaddou.

El defensa de 34 años jugó en el mayor nivel en Francia para el Nancy y en Gran Bretaña para el Fullham.

Pero cuando Ouaddou, quien representó a Marruecos más de 50 veces, fue liberado por el Nancy en 2010, fue contactado por el recién ascendido club Qatarí, Lekwiya, el equipo propiedad del príncipe de Qatar, el jeque Tanim bin Hamad al Thani.

“No tenía muchas oportunidades”, admite Ouaddou sobre su momento al ser liberado.

“Buscaban a un jugador experimentado. Jugué en Gran Bretaña, Francia, Grecia, en la Liga de Campeones (de la UEFA). Eran ambiciosos y quería ganar la Liga de Campeones de Asia. La idea era terminar en los primeros cuatro en la Liga de Estrellas de Qatar (la primera división de Qatar)”.

Firmó un contrato lucrativo y experimentó un éxito inmediato.

“Hicimos un buen trabajo en mi primer año, terminamos en primero”, dijo. “Era capitán. El primer año fue genial. Las personas y la junta estaban felices. Ganábamos cada partido. Y cuando ganas no tienes problemas. Es hermoso”, añadió.

Cuando Lekwiya ganó el título, fue Ouaddou quien sostuvo primero el trofeo.

Al llevar al Lekwiya más lejos de lo que había planeado la ambiciosa administración del club, Ouaddou asumió que se prepararía para llegar a la Liga de Campeones de Asia en su próxima temporada.

En su lugar, le dijeron que se iría al Qatar Sports Club. Cuando un funcionario del club le dijo eso por primera vez pensó que era una broma.

“Y luego vi su rostro”, dijo Ouaddou.

“Dijo: 'Lo dijo el príncipe y todo lo que diga el príncipe no se somete a discusión'”.

Cuando se anunció el contrato de dos años de Ouaddou mostró un rostro diferente al mundo.

“Estoy más que feliz de extender mi estadía en la Liga de Estrellas de Qatar e irme a otro gran club”, dijo al sitio web oficial de la Asociación de Futbol de Qatar en agosto de 2011. Pero Ouaddou afirma que nada podría estar más alejado de la verdad.

“Dije que no quería cambiar de club, no quería jugar en el Qatar Sports Club”, dijo.

“Me percaté de que no podía pelear contra la voluntad del príncipe”.

Las cosas no salieron bien. Él y el club tuvieron una mala temporada. Cuando regresó a Qatar después de sus vacaciones en Francia, le dijeron que ya no lo necesitaban. Dejaron de pagarle y no lo llamaron para una gira en España antes de comenzar la temporada.

Cuando el equipo regresó para su fotografía antes de la temporada lo hicieron colocarse al lado del equipo. No le dieron una playera, sólo una camisa gris de entrenamiento, que acentuaba su aislamiento. Eventualmente Ouaddou llevó su acusación a la FIFA.

“Esperé después de cinco meses sin salario. Tenía que pagar colegiaturas, alimentar a mis hijos y comprar ropa. Decidí romper el contrato y dejar el país”, dijo.

“Cuando pedí mi visa de salida a mi primer club, mi promotor en el Lekhwiya, (un oficial del club) me dijo: 'No te daremos una visa de salida hasta que quites tu queja. Qatar tiene muchos intereses en la FIFA y eso no es bueno'”.

No fue hasta que amenazó con llevar su caso al grupo de derechos humanos, que eventualmente se le concedió el permiso para irse. Le dijeron: “Te dejaremos ir del país pero tu queja con la FIFA hará que tardes entre cuatro y seis años para ganar dinero porque tenemos mucha influencia y somos muy poderosos en la FIFA”, recordó.

Cuando trabajas en Qatar perteneces a alguien. No eres libre. Eres un esclavo. Por supuesto no es la misma situación que con los trabajadores de construcción en Qatar, pero hay un paralelo. Es la misma metodología. No pueden desecharte como si fueras un par de calcetines”.

Cuando se le preguntó sobre las acusaciones de Ouaddou, la Asociación Qatarí de Futbol, como lo hizo con el caso de Belounis, se negó a responder cualquier acusación en específico.

Ouaddou ahora está de regreso en Francia, entrena con su antiguo club, el Nancy, y espera el resultado de la investigación de la FIFA.

“Podemos confirmar que la FIFA abrió los procedimientos sobre el caso al que te refieres. Sin embargo, por favor entiende que no podemos comentar más ya que las investigaciones continúan”, dijo la FIFA en un comunicado, y añadió que recibió la acusación de Ouaddou en octubre.

La  unión mundial de jugadores, la FIFPro , dijo en su sitio web: “No desechas a un ser humano, como desecharías a un objeto que ya no sirve. No lo haces sufrir a propósito.

“La FIFPro y los jugadores en todo el mundo prestarán atención a las decisiones tomadas por la FIFA en el caso que Abdeslam (sic) Ouaddou trajo ante la federación internacional”.

Por todo lo que se habla de ambas partes en el asunto, Belounis aún está atrapado sin una solución, una situación que es tan mala que ahora se prepara para una huelga de hambre.

“Mi vida ahora es un desastre”, dijo. “¿Quién puede ayudarme?”, Ouaddou pudo escapar, pero su batalla continúa y la experiencia dejo un mal sabor de boca.

“Cuando vi en televisión que (la FIFA) dio a Qatar la sede del Mundial dije que quizá era algo bueno porque el futbol pertenece al mundo, el futbol no tiene fronteras”, dijo.

“Después de dos años de vivir en ese país mi pensamiento cambió. Soy un hombre que respeta los derechos humanos y en este país, puedo decirte que pisotean a los seres humanos.

“Un país que no respeta a los seres humanos no merece el derecho de organizar la mejor competencia en el mundo”.

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