René Pontoni, el ídolo de San Lorenzo que marcó la infancia del Papa
El nombre de René Pontoni, uno de los ídolos de San Lorenzo del Almagro en la década de 1940 en Argentina, hace recordar al papa Francisco su infancia.
Era 1946, cuando Pontoni se quedó en la memoria del pequeño Jorge Bergoglio gracias a un gol con el que los cuervos – como llaman al equipo sus fanáticos – ganaron su tercer campeonato al vencer al club Ferro. Tenía entonces 10 años.
René Huevo Pontoni surgió en los potreros de la ciudad de Santa Fe, en el centro de Argentina. Ahí nació el 18 de mayo de 1920. El descubridor de talentos Carlos Gudiño fue quien lo convenció de incorporarse al futbol profesional.
Jugó en Gimnasia de Santa Fe y luego formó parte de Newell’s, San Lorenzo y la selección argentina. Hábil con ambas piernas y contundente en el área rival, el héroe del Papa jugó además en el Independiente Santa Fe de Colombia y Portuguesa de Esportes de San Pablo.
Pero su doble paso por San Lorenzo (en 1945-48 y en 1954) lo llevó a la cima: logró un campeonato y participó con la selección en torneos sudamericanos, en 19 actuaciones con la albiceleste anotó 19 veces.
En 2008, a raíz del centenario del San Lorenzo, Jorge Mario Bergoglio, entonces Arzobispo de Buenos Aires dio una misa en el club.
"No me perdí ningún partido del equipo campeón del 46, con el gran Pontoni", dijo entonces Bergoglio. Esa tarde le dieron una camiseta y una credencial de socio vitalicio.
Cuando Francisco asumió como papa en marzo pasado, dirigentes del club de futbol argentino San Lorenzo de Almagro fueron al Vaticano a saludar a su seguidor más famoso. Le regalaron una camiseta y tiempo después el equipo agregó en su prenda una imagen del Papa.
La dinastía Pontoni
Un Pontoni espera ansioso la visita que hará Francisco a Argentina en diciembre próximo: el nieto de aquel ídolo infantil del Papa, René Pontoni III.
“El Papa siempre manifestó su simpatía por San Lorenzo. Cuando recordó aquel equipo histórico del 46, al único que mencionó fue a mi abuelo. Era su ídolo. Fue un gran orgullo para mí y para toda la familia. Ahora me encantaría conocerlo y dejarle algún recuerdo de mi abuelo”, dice a CNNMéxico el nieto del famoso jugador.
Pontoni III no se dedicó al futbol. Estudió periodismo deportivo, pero decidió abandonar esa carrera para llevar adelante la pizzería que su abuelo fundó hace 49 años, junto a Mario Boyé, otro futbolista de la época.
En el local, La Guitarrita, en el barrio porteño de Núñez exhibe viejas fotos de las glorias de su abuelo, quien murió en 1983.
El gran tesoro de René Pontoni es un balón viejo, de tientos duros, con la firma de su abuelo. No sabe si lo mandaron a hacer como un homenaje o alguna vez se jugó un partido con él. Pero lo mira todos los días en un lugar de honor: la habitación de su casa. Otro recuerdo es un viejo ejemplar de la revista deportiva El Gráfico, con su abuelo en la portada.
"Llegado el caso, le daría el balón al Papa. Como jugador, mi abuelo era caballero y muy elegante. Y fuera de la cancha dicen que era una persona de gran corazón. Le regalaría a Francisco mi tesoro más preciado. Como símbolo de generosidad. Y del orgullo por su fanatismo por Pontoni", dice.
