El Bernabéu despide la 'era Mourinho' con un triunfo 4-2 ante el Osasuna
La "era Mourinho" se cerró en el Santiago Bernabéu con más ruido alrededor de su figura que futbol, y una afición, la madridista, dividida entre el apoyo y el silbido al portugués, que presenció con grada semi vacía el último triunfo del Real Madrid, 4-2 a Osasuna, en el cierre de una mala temporada.
El futbol pasó a un segundo plano. Es la herencia que deja Mourinho, división en el madridismo. Aficionados de espalda al juego para insultar a periodistas señalados por el técnico portugués. Desafíos desde los ultras cantando sin cesar el nombre de Mourinho y siendo respondidos con silbidos del resto de aficionados.
El balance de sus tres años una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa es pobre. El juego con la plantilla de mayor presupuesto en la historia del club tampoco ha mejorado.
En favor del técnico portugués, el crecimiento en competiciones como la Copa del Rey y Liga de Campeones, donde el Real Madrid pasó de seis años sin superar octavos a tres semifinales consecutivas.
El Real Madrid fue el Real Madrid ante Osasuna por el escudo. Era difícil identificar a un equipo en el que Mourinho premiaba a sus fieles y castigaba a los que han acabado enfrentados a él.
Iker Casillas, Pepe y Cristiano Ronaldo a la grada. Era la despedida de jugadores como Carvalho o Essien. Y es más que probable que de Di María e Higuaín.
Con Diego López de baja e Iker Casillas castigado, no jugó el que era mejor portero que el capitán en diciembre para Mourinho. Antonio Adán se despidió del Real Madrid como suplente. Le tocó a Jesús y dejó buenas sensaciones.
Mourinho cerró su etapa como entrenador del Real Madrid, tras tres temporadas al mando del equipo español, marchándose del estadio Santiago Bernabéu tras fotografiarse con varios ultras sobre el césped y sin pasar por la sala de prensa para ofrecer la habitual conferencia.
El Real Madrid cerró la temporada sin que ninguno de sus entrenadores compareciese ante los medios de comunicación. Mourinho decidió no despedirse y tampoco ocupó su lugar en esta ocasión su segundo, Aitor Karanka.
"Deseo a todos los madridistas muchas alegrías en el futuro. Agradezco el apoyo de muchos aficionados y respeto la crítica de otros. Repito, muchas alegrías para todos y, principalmente, mucha salud. ¡Hala Madrid!", fue la despedida que dio el técnico a través de una nota publicada en la página de internet del equipo.
La última vez que Mourinho dio una rueda de prensa fue tras perder la final de Copa del Rey ante el Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu el pasado 17 de mayo. Desde entonces no ha comparecido en la previa ni tras los dos últimos partidos de Liga, ante Real Sociedad y Osasuna.
Su paso por el equipo blanco, desde 2010, no dejó indiferente a nadie, y muchos sufrieron con sus actos y sus declaraciones.
Jugadores, árbitros, entrenadores, periodistas, su propia afición, organismos internacionales e incluso directivos de su propio club han sido el blanco del entrenador portugués, que pasará a la historia por sus tres trofeos y por una larga lista de polémicas difíciles de olvidar.
Uno de sus primeros encontronazos lo tuvo con el técnico Gregorio Manzano, que desde el banquillo del Sevilla opinó que en el ataque del Madrid había falta de conceptos.
Cuestionado al respecto, Mourinho miró primero a un empleado del club buscando información, y luego respondió: "¿Quién es Gregorio Manzano? No lo conozco".
La siguiente temporada, en 2011, tuvo un altercado con Tito Vilanova , quien era el segundo al mando en el Barcelona.
En la vuelta de la Supercopa que disputaba el Madrid en el Camp Nou, le metió un dedo en un ojo. “¿Pito Vilanova? No sé quién es ese Pito", dijo después, cuando le preguntaron sobre el incidente.
Tras ese enfrentamiento, Iker Casillas llamó a Xavi Hernández para calmar una situación que podría afectar a la selección española. A Mourinho no le gustó el acto de su capitán y le sentó en el banquillo en el Trofeo Bernabéu. Sería el comienzo de un desencuentro.
Casillas acabó el ciclo Mourinho junto a los suplentes. Antes de lesionarse esta temporada, el portugués llegó a sentarle para colocar en el once titular a Antonio Adán.
Después, fichó a Diego López, que completó buenas actuaciones. Cuando Casillas se recuperó, jamás recuperó su puesto como titular. Siempre se alegó que era por motivos técnicos.
Su relación con la prensa fue habitualmente tensa. Sus encontronazos y desencuentros fueron constantes. A veces desagradables.