Tiger Woods y Barack Obama: la pareja más poderosa del golf
Butch Harmon difícilmente podía creer lo que veía.
Dos de los rostros más reconocibles del planeta casualmente platicaban mientras paseaban en Florida, Estados Unidos.
Mientras la prensa de la Casa Blanca estaba fuera de las puertas, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, disfrutaba de 18 hoyos con el golfista número uno del mundo, Tiger Woods.
Si alguna vez hubo una pareja poderosa, fue esta.
“Fue realmente sorprendente”, dijo a Living Golf de CNN el renombrado entrenador de golf Harmon, sobre ese momentáneo día de febrero en el que tuvo vista del green.
“Si me hubieras dicho hace 20 años que un hombre negro sería el presidente de Estados Unidos te hubiera dicho que estabas loco".
“Y si me hubieras dicho hace 20 años que un golfista negro iba a ser el mejor golfista que caminara sobre el planeta te hubiera dicho que estás loco, y allí están”.
Harmon ya está más familiarizado con Woods, ya que jugó un papel influyente en sus años de formación, al esculpir el swing que capturaría ocho campeonatos importantes para cuando tuviera 26 años.
También entrenó a otros nombres estelares en el mundo del golf, como el estadounidense Phil Mickelson y el sudafricano Ernie Els (ambos con cuatro torneos importantes a su nombre), al igual que a los australianos Greg Norman y Adam Scott, el actual campeón del Masters.
Pero nunca antes en su carrera ilustre había tenido la oportunidad de ofrecer algunos consejos al líder estadounidense, que es un fanático del golf.
El presidente de Estados Unidos pasó horas en un estudio de enseñanza en el resort The Floridian, junto con el hijo de Butch, Claude (quien también entrena a algunos de los estelares en el golf), mientras afinaban un swing que según la evaluación de Harmon necesitaba algo de trabajo.
“ El presidente Obama ama el golf ”, explicó. “No es muy bueno, probablemente tiene un hándicap de 18 o 20, juega con la mano izquierda, no golpeaba la pelota muy lejos con un lanzamiento débil pero hicimos que pudiera trazar y golpear aproximadamente 250, 260".
“Cuando salga de la oficina en otros tres años y tenga una oportunidad de jugar, probablemente podría reducir su hándicap a 10 o 12; pero ama jugar y sabe mucho sobre todo. Amó el lugar. Dijo: ‘hombre, voy a regresar’".
“Nos gustaría (haber guardado) la grabación de la lección que le dimos pero en cuanto salió el servicio secreto se llevó todo y nos tuvieron que ver eliminar todo de las computadoras".
“En esta época con las cosas multimedia en todo el mundo, no quería salir en YouTube".
“Le dije a un hombre del servicio secreto, ‘en realidad acudí a YouTube para ver el swing del presidente y era terrible, en realidad podrías querer algunas de estas tomas porque son mejores que las que ya tienen. ¡Estas se ven muy bien!’”.
El presidente y un grupo de sus amigos más cercanos atrincheraron The Floridian para unas vacaciones de un fin de semana (su antiguo servicio secreto, naturalmente, como acompañantes), tras la invitación del dueño del resort, Jim Crane.
Crane, propietario del equipo de beisbol Astros de Houston, y el representante de comercio de Estados Unidos, Ron Kirk, se unieron a Obama para una de dos rondas el domingo, y completando los números estaba un 14 veces ganador de torneos importantes.
No es que Woods sea un extraño para el presidente. El golfista de 37 años ofreció un discurso en la ceremonia de inauguración en 2009, aunque siempre intentó alejarse de la política en toda su carrera.
Pero sin importar si Woods es demócrata, republicano, o apolítico, la invitación para jugar con el presidente no debe ser ignorada, de acuerdo con Harmon.
“Honestamente no importa de qué partido eres, si obtienes la oportunidad de jugar golf con el presidente (que es el mayor honor en nuestro país), ya sea que hayas votado por él o no o concuerdes con la política, es un gran honor".
“Cuando el presidente manejó e instantáneamente se acercó y dijo, ‘Tiger fue grandioso ver qué bien jugaste en Torrey Pines cuando ganaste el torneo (Abierto Farmers Insurance)’".
“Estaba interesado, quería jugar con Tiger, preguntaba sobre su swing. Fue grandioso, fue divertido de ver, y era divertido verlo y ser parte de eso”.
Los Harmon tienen una historia rica de codearse con los poderosos de Washington.
Claude padre fue el último profesional del club en ganar un campeonato importante cuando aseguró el título de Masters en 1948.
Sus cuatro hijos Butch, Craig, Bill y Dick se volvieron profesionales del golf y tuvieron un buen ojo para enseñar, justo como su padre.
Y desde una edad temprana supieron que la proeza de golf de Claude abrió algunas puertas bastante especiales.
“Mi padre jugó con tantos presidentes”, explicó Harmon. “Jugó con Eisenhower y jugó con Ford, Nixon, y yo pude jugar con muchos de ellos cuando era más joven".
“Creo que si mi padre todavía estuviera vivo estaría muy orgulloso de todos nosotros. Estaría orgulloso de sus cuatro hijos, estaría orgulloso de su nieto porque en realidad solo continúa lo que nos enseñó, lo que hizo, y somos una familia muy orgullosa".
“Tuvo el mejor ojo de todos los que han enseñado y vio cosas que otras personas no veían y, rápidamente, sabía cómo arreglarlas, te observaba tirar cinco o seis pelotas y sabía exactamente qué hacías mal”.
Fue esa sabiduría que pasó de padre a hijo, lo que llevó a Harmon a creer que el niño de 13 años que le presentaron en 1993 podría ser uno de los mayores jugadores que el deporte haya visto.
El padre de Woods, Earl, había notado el trabajo que Harmon había hecho con Greg Norman y le preguntó si podía llevar a su hijo para tirar algunas pelotas. La sesión fue filmada por el hijo menor de Butch, Claude.
“Has visto el material, es un niño delgado y alto en zapatos deportivos, que tira pelotas y simplemente ves este talento natural que el niño tenía”, dijo Butch.
“Le pregunté muchos tipos de preguntas diferentes al estilo ¿cómo haces eso? ¿por qué haces eso? No lo sabía en ese momento pero lo examinaba, intentaba descifrar realmente qué pasaba por su cabeza, qué sabía sobre golf".
“El niño era especial, simplemente era una persona especial, podías verlo. No fue sorpresa para mí que resultara ser quién era”.