El joven que recorre América descalzo cambia su mochila por una carriola
En el día 23 de su travesía, Joseph Michael Kai-tsu Liu Roqueñí llegó a uno de sus puntos de descanso sin molestias por primera vez. Su objetivo de correr descalzo desde Canadá hasta la Patagonia no ha cambiado, pero ha tenido que modificar su estrategia.
Este jueves, Kai-tsu cumplirá un mes de haber iniciado su aventura, en la que ha recorrido 451 kilómetros, apenas el 2.3% de su viaje . En este punto, Great Barrington, Massachusetts, decidió dejar la mochila con 10 kilogramos de peso y empujar una carriola deportiva.
No lo planeó así desde el principio por las posibles inconveniencias, como una llanta ponchada, mayor peligro en las carreteras o el estorbo. “Además, cargando la mochila se ve más bad ass”, dijo a CNNMéxico.
Pero él cree que el peso ha hecho más lento su viaje y es un lujo que ya no puede darse.
El chexican–como él se describe por sus raíces chinas, mexicanas y canadienses– partió desde Montreal y cruzará 14 países hasta llegar a Ushuaia, en Tierra del Fuego, conocida como la ciudad más austral del mundo.
En total, sus pies tocarán 19,000 kilómetros de camino, una distancia de casi 7,000 kilómetros más que el diámetro de la Tierra.
Decidió detenerse en Great Barrington para esperar un artefacto que normalmente se usa para trasladar a bebés desde bicicletas o corriendo. En su caso, la carriola estará llena de los gadgets que lo han ayudado a sobrevivir.
Sin embargo, con ello surgió un problema: tenía que quedarse al menos una semana en Great Barrington y sus recursos están a punto de agotarse.
Entre granjeros y policías
Con solo 33 dólares en su cuenta, Kai-tsu pidió consejos a sus usuarios y consiguió “un pedazo de tierra” para su tienda de campaña a cambio de alimentar a animales de granja, limpiar los desechos del ganado y recoger tomates orgánicos.
“¿Quién diría que tenía que ordeñar vacas para llegar a Argentina?”, bromeó en su cuenta de Facebook. Consiguió el trueque a través de la red social Couchsourfing , que conecta a viajeros en todo el mundo.
Antes de esta aventura, el corredor enfrentó a la policía en un poblado. “Descansando en el jardín de una propiedad, de repente llegó la policía, me dijeron que la dueña de la casa los llamó, bromeamos, hicieron su chequeo de rutina y me dejaron ir”, contó a CNNMéxico.
También se preocupó tras perder su teléfono, pero lo encontró el mismo día.
El corredor se inspiró en el recorrido de El Che Guevara en moto por América y el caso del equipo de rugby uruguayo que sobrevivió más de dos meses en la cordillera de Los Andes, pero su "verdadero gurú", dice, es el alpinista italiano Reinhold Messner , quien ha escalado las 14 cumbres de más de 8,000 metros sin oxígeno.
Un viaje tranquilo
Cuando inició su viaje, la estrategia de Kai-Tsu era correr alrededor de 25 kilómetros o dos horas y media, lo que ocurriera primero, dos veces al día.
La mayor distancia continua que ha corrido hasta ahora son 41 kilómetros. Dependiendo del día, cuenta Kai-tsu, siente más cansancio mental o físico, pero procura detenerse solo en ríos y lagos para refrescarse.
El tamaño de su recorrido diario está condicionado a “muchos factores, dónde está la siguiente población, temperatura, cómo me sienta, qué tan lastimado o recuperado esté”, dice.
Hasta ahora no ha sufrido calambres, no ha tenido que ver a un médico y ha descansado con baños de tina calientes o fríos en los hoteles que lo han recibido gratis. También “recostado, para que los pies no estén haciendo presión con el piso”.
Para inspirarse a seguir corriendo escucha canciones “viejitas, que me traen recuerdos, o house o tecno” y evita pensar en los kilómetros siguientes.
El único amuleto que ha recogido en el camino es "un pin en signo de perseverancia" que recibió de la organización Pathways to Education, a cuyo beneficio corre y que hasta ahora ha obtenido al menos 600 dólares gracias al viaje de Kai-tsu.
"Las vistas desde colinas altas" es lo que más le ha gustado de su viaje, y los animales muertos en la carretera, lo más feo.
Antes de salir de Montreal el pasado 2 de julio, Kai-tsu contó que sus amigos no creían en su aventura. Ahora, dice, la gente "se tarda en procesar lo que les acabo de decir que estoy haciendo".