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Disciplina y buenas calificaciones, secretos del equipo infantil triqui

Los niños de comunidades remotas de Oaxaca son formados con un programa que combina la educación con el deporte, explicó su entrenador
vie 18 octubre 2013 06:26 AM

Para viajar desde las montañas de Oaxaca hasta la provincia argentina de Córdoba, ocho niños de la comunidad indígena triqui tuvieron que cumplir las reglas de la selección infantil de basquetbol: obtener buenas calificaciones en la escuela y ayudar en las labores del hogar.

Desde hace cuatro años, la Academia de Baloncesto Indígena de México (ABIM) tiene un programa de formación de niños indígenas que busca combinar la educación con el deporte basada en que los pequeños encuentren “una nueva forma de vida” en una región con carencias sociales, explicó el entrenador Sergio Zúñiga a CNNMéxico.

“A los niños los hemos mentalizado muy bien, hemos trabajado muy duro con ellos todos los días, les hemos mostrado lo que significa el sacrificio de equipo, de estar pendiente a la escuela, de entrenamientos, de ayudar a casa”, dijo el entrenador.

Este jueves, el equipo triqui de la ABIM regresó de Argentina en donde participaron en el cuarto Festival Internacional de Minibasquetbol, organizado por la Federación Internacional de Basquetbol Américas, en donde ganaron sus seis partidos con contundentes marcadores .

“El programa se basa en que los niños indígenas encuentren una esperanza y una nueva forma de vida por medio del estudio y del deporte”, afirma Zúñiga, quien dirige el programa de formación que busca los talentos indígenas en sus comunidades y los lleva a dos centros de formación en Oaxaca.

La tarea no es sencilla, pues Zúñiga y su equipo de entrenadores indígenas visitan unas 23 comunidades, algunas de ellas en regiones montañosas de difícil acceso del estado, para encontrar a los niños de entre 6 y 14 años que han llegado a campeonatos internacionales.

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Localizar el talento

Melquíades, Tobias, Anselmo, Bernabé, Dylan, Abimael, Fernando y Germán fueron los ocho niños de entre 8 y 11 años seleccionados para viajar al Festival desarrollado en Argentina ya que cumplieron con el programa de la ABIM, que dio muestra de grandes resultados.

Al igual que otros niños, provienen de la región indígena triqui, donde Zúñiga y su equipo buscan talento en 21 comunidades, además de los menores de edad que provienen de Villa Talea de Castro, en la región de la Sierra Juárez, y de Santa María de Tule, en los Valles Centrales.

“Recorremos todas las comunidades indígenas. Detectamos a los niños con talento, con actitud, que corran, obedientes, lejos de tener aptitudes para el basquetbol”, afirma Zúñiga a CNNMéxico. ”Dejamos a un entrenador indígena, que estará capacitando en esa comunidad, para de ahí hacer una fiesta del estudiante indígena donde ahí capturamos a todos los talentos”.

Los pequeños que son seleccionados son llevados a dos centros de capacitación que tiene la ABIM, uno en el municipio de Constancia del Rosario y otro en Santa María de Tule, donde reciben albergue y alimentación, además de que son enviados a escuelas públicas de primaria de la localidad.

“Ahí les damos todos los cursos de psicología, liderazgo, risoterapia, medicina del deporte, todo lo que se refiere a la biomecánica. Los preparamos como si fueran estos niños de selección nacional, de acuerdo a su edad”, explica Zúñiga.

En los centros de capacitación “tienen otra alimentación, tienen otras oportunidades y tienen otro desarrollo que un niño indígena desde su región”, explica el entrenador, pues los municipios de la región triqui registran altos índices de marginación y pobreza.

El municipio de Constancia del Rosario registra un índice de rezago social considerado como Alto por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el organismo del Estado mexicano encargado de evaluar la pobreza del país.

Ahí, el 43% de la población de 15 años o más es analfabeta, 93% carece de acceso a servicios de salud, casi la mitad de las viviendas tiene piso de tierra y el 52% de sus 3,796 habitantes carece de los suficientes recursos para alimentarse adecuadamente.

La escuela es primero

“Les estamos inculcando todos los sentidos del estudio y el deporte, que son reglas. Deben de tener un promedio de 8.5 en la escuela, ayudar en casa, y entrenar fuerte”, explica el entrenador, quien afirma que el método ha sido básico para conseguir los buenos resultados deportivos.

Oaxaca es un estado en donde el 55% de la población de 15 años o más presentaba rezago educativo hasta el censo de 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Además, los estudiantes de primaria padecen las constantes huelgas de los profesores de la Sección 22 sindical del magisterio.

Sin embargo, la ABIM cuenta con un acuerdo permanente con esa sección magisterial en la que asegura que los niños del programa reciban clases sin interrupciones, explica Zúñiga, por lo que los niños están comprometidos a obtener ese 8.5 como mínimo en una escala aprobatoria del 6 al 10.

“Si no alcanzan este promedio, no pueden participar ni entrenar hasta alcanzar el promedio. Y es donde entran los pedagogos y los psicólogos que dan métodos y les enseñan todo el sistema de educación, porque en las montañas es muy diferente la educación que en las ciudades”, dice el entrenador.

Aunque no todos los niños tienen la oportunidad de participar en el programa, la ABIM hace esfuerzos para coordinar con el gobierno estatal que los otros niños triquis, y de las tres regiones del programa, puedan recibir alimentación, educación y calzado y que “sigan teniendo interés por el deporte y el estudio”.

Los gigantes descalzos

Los seis triunfos con marcadores de hasta 86-3 frente a los equipos argentinos sorprendieron a los participantes del Festival Internacional de Minibasquetbol, en particular porque varios de los niños jugaron con los pies descalzos, como están acostumbrados a entrenar en sus comunidades.

La Comisión Nacional del Deporte mexicana nombró al equipo infantil como los Gigantes descalzos de la montaña tras sus triunfos en Argentina, una costumbre que Zúñiga defiende como parte de su cultura, pero la cual es también reflejo de la falta de recursos en la región de Oaxaca.

“Los niños entrenan descalzos, caminan todo el tiempo descalzos. Es una cultura, pero además no hay recursos para comprar calzado”, dijo el pasado lunes el entrenador al ser entrevistado en Argentina, donde la prensa resaltó el juego y la fortaleza de los menores.

El próximo año, la ABIM espera llegar a 1,000 niños más en el programa para 2015, y que más niños triquis participen en los torneos infantiles de Houston, Estados Unidos, y otro en Barcelona, España, basados en el método que los llevó a Argentina a imponerse con grandes resultados.

“El niño sabe perfectamente a lo que iba, lo que tenía que hacer y a lo que se tenía que enfrentar y tenía que esforzarse al máximo”, es la conclusión que obtiene Zúñiga de la participación de la selección indígena en el Festival de Argentina que ha enorgullecido a muchos mexicanos.

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