Dominika Cibulkova y Li Na disputarán la final del abierto de Australia
La tenista eslovaca Dominika Cibulkova está probando que, al menos en el Abierto de Australia, el tamaño no importa.
Cibulkova arrasó en el partido de semifinales contra la polaca Agnieszka Radwanska, y está a un paso de convertirse en la ganadora más bajita de un grand slam en la era de los Open.
De 1.61 metros de altura, Cibulkova necesitó una hora y 10 minutos para eliminar a Radwanska del torneo, en dos sets con resultados de 6-1 6-2.
El próximo sábado jugará contra la tres veces finalista del Abierto de Australia, la china Li Na, quien mide 1.72.
Li, quién venció a la joven canadiense Eugenie Bouchard 6-2 6-4, no ha perdido ante Cibulkova en sus cuatro previos encuentros, pero la eslovaca, número 20 del mundo, estará impulsada por su victoria sobre la finalista de Wimbledon Radwanska y la cuatro veces ganadora de grand slam Maria Sharapova.
En 2013, en Sidney, Cibulkova no la pasó bien en la cancha contra Radwanska y fue derrotada con un marcador de 6-0, 6-0 en la final.
Cibulkova es una anomalía en la actual generación del tenis femenil. Solamente tres mujeres dentro de las primeras 100 clasificadas del mundo —la estadounidense Lauren Davis y el dúo japonés Misaki Doi y Kurumi Nara— son más bajitas que Cibulkova.
El año pasado, las ganadoras de grand slam medían 1.70 o más.
Y desde que empezó la era de los Open, en 1968, ninguna jugadora por abajo del 1.61 ha ganado un major. Nancy Richey y Mima Jausovec, de la misma estatura que Cibulkova, ganaron el Abierto de Francia de 1968 y 1977, respectivamente.
"No se trata de cuán alta eres", dijo a los reporteros Cibulkova, de 24 años. "Es solo que realmente tienes que creer en ti. No hay nada más importante que eso”.
De acuerdo con la siete veces ganadora del tour, Chanda Rubin —quien mide 1.70— Cibulkova limita sus debilidades y genera gran potencia.
“Obviamente es más difícil en ocasiones”, le dijo Rubin a CNN, que alcanzó su punto máximo en la sexta posición mundial. “Tienes que cubrir más territorio. Tienes que ser más rápida. No puedes tomar un paso grande y cubrir la mitad de la cancha. Una tiene ese desafío”.
"Pero cuando ves a una jugadora que llega a este nivel y ves lo que ha conseguido, es debido a que ella puede minimizar cualquier deficiencia y tiene esos atributos especiales, la velocidad, la habilidad para crear un poder extra incluso si no es tan alta, la habilidad para competir".
De hecho, Cibulkova no solo puede recuperarse, sino que su juego puede desorientar a sus oponentes.
La tenista posee un récord de 3-3 contra Sharapova, quien mide 1.88, y le ha ganado a Victoria Azarenka en dos ocasiones.
Cibulkova dijo que no alterará significativamente su rutina antes de la final australiana. Y lo mismo podría decirse de su entrenador, Matej Liptak, quien declinó ser entrevistado porque no quería atraer mala suerte.
"Soy un poco supersticioso", le dijo a CNN, mientras recibía felicitaciones de la leyenda del tenis, Martina Navratilova.
La victoria de Li
En 15 minutos, Li se adelantó 5-0 ante Bouchard, la segunda jugadora canadiense en lograr llegar a las semifinales individuales y quien tiene 19 años, gracias a una serie de tiros ganadores y a pesar de tambalearse en el segundo set.
La china espera ganar un segundo major después de su éxito en el Abierto de Francia de 2011.
Aunque las estadísticas favorecen a Li, el campeón de Wimbledon de 2001, Goran Ivanisevic, no descarta un triunfo de Cibulkova.
"El tenis femenil es impredecible", le dijo a CNN. "De los 15 encuentros que predije, no logré acertar ninguno".
"Si ella puede jugar tenis como lo hizo hoy, es impresionante. No importa si mide dos metros o solo 1.60. Ella le pega muy fuerte a la pelota, es buena".