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La vida después de 'Frankel': el 'Usain Bolt' del hipismo

Los conocedores del hipismo se preguntan si existirá otro 'fenómeno' como este caballo que lo ganó todo
vie 28 marzo 2014 02:11 PM
frankel
caballos frankel

¿Cómo sigues el ejemplo de un fenómeno como el caballo de carreras Frankel?

En abril se cumplen 18 meses de que uno de los caballos más grandes que ha corrido en el planeta se retirara en medio de la gloria con su 14º triunfo en su 14ª carrera ; durante su carrera ganó poco menos de tres millones de libras esterlinas (65 millones de pesos). Timeform le dio una calificación de 147, por lo que fue el caballo mejor calificado desde que se empezó a llevar registro.

Su entrenador, Henry Cecil —quien murió el año pasado tras una batalla contra el cáncer— dijo sobre el caballo que corría a una velocidad máxima de 67 kilómetros por hora: "Es el mejor que he visto. Estaría muy sorprendido si alguna vez existe un caballo mejor".

Alguna vez describieron a Frankel como un "golpe de suerte genético que tal vez no se repita en 100 años".

El jockey Tom Queally estuvo en el equipo durante su carrera y dice que es el "Usain Bolt del hipismo".

"De verdad, puedes compararlo con cualquiera de los grandes de cualquier deporte, de cualquier ámbito de la vida, así es él. Superaba a todos los demás por mucho".

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Actualmente, Frankel vive en un establo de lujo en el criadero de Banstead Manor en el condado de Suffolk, en el sureste de Inglaterra; lo alimentan, le dan de beber y vive como semental al lado de los caballos más rápidos y famosos del mundo.

Los propietarios de caballos más acaudalados del mundo pagan 125,000 libras (2 millones 730,000 pesos) por cada inseminación para tratar de desenterrar al siguiente Frankel. Tan solo durante su primera temporada montó a 133 yeguas.

Queally reconoce que a parte de él le emociona tener la oportunidad de montar a estos vástagos, pero no abriga ilusiones sobre la realidad de la vida después de Frankel.

Después de esa última carrera, se preguntó: "Todo va a ser un anticlímax después de Frankel, ¿no es así?". En realidad ya sabía la respuesta.

"Nadie puede compararse con Frankel, nunca nadie se comparará con él ya que cada momento que lo monté fue un momento especial", dijo el irlandés a CNN.

"Hay épocas diferentes en los diferentes deportes y es inevitable que la gente haga comparaciones. Pero soy realista, sé que nunca volveré a montar a un caballo como ese. Será divertido montar su legado. Creo que todavía veremos el legado de Frankel en las carreras de caballos en ese sentido. Creo que le gustaría la idea de que sigue dejando huella".

El temperamento de Frankel no se parece tanto al de algunos de los grandes caballos de carreras, que a menudo son animales nerviosos e irritables, muy impetuosos y tensos. En contraste, Frankel siempre ha sido un alma bastante serena.

Pero, aunque ha pasado un año y medio desde ese momento en el que deleitó por última vez al público mientras volaba por la pista en Ascot para ganar la Champions Stakes, Queally puede recordar fácilmente su majestuosidad.

"Era simplemente una superestrella, lisa y llanamente", dice Queally. "Tenía una gran cantidad de habilidad y dominaba simplemente porque era muy superior a todos los demás. Tenía un carácter encantador y era muy profesional en todas las formas imaginables".

"Para empezar no era fácil de montar… oponía cierta resistencia pero se volvió más fácil. Creo que en parte se debía a su inteligencia. Aprendía muy rápido y, al final, yo simplemente oprimía un botón y él corría. Nunca hubo un momento en el que pensara que perdería".

La vida después de Frankel ha cambiado notablemente para Queally y quienes lo rodean. Después de la muerte de Cecil, de 70 años, Queally —quien había sido el jinete oficial en los establos de Warren Place en Newmarket— decidió trabajar por su cuenta.

Un equipo que alguna vez fue grande se dispersó, pero Frankel sigue viviendo, al igual que el recuerdo de lo que logró. La casa de Queally está llena de recuerdos suyos: trofeos y fotografías de las famosas victorias de ambos.

Sin embargo, Queally solo lo ha visto una vez desde el último día en que entraron en acción juntos, pero sigue habiendo lazos indelebles entre el jockey y el caballo.

"Sé que suena extraño, pero nos llevábamos bien", dice. "Charlaba mucho con él cuando corríamos, trataba de relajarlo o tal vez solo trataba de relajarme".

"Parecía que era importante ya que siempre había gran expectación cuando corríamos. No diría que había presión ya que siempre lo monté felizmente y siempre supe cuál sería el resultado".

Sin embargo, para Queally la cuestión es que ha llegado a la cúspide de su carrera, al menos en lo que respecta a la clase absoluta del caballo. Pero ahora se distancia de ese comentario anterior sobre el "anticlímax".

"Hay cierto anticlímax en cuanto a que nunca habrá otro como él, pero hay otras dos partes", explica. "Una es que tuve mucha suerte de montarlo en primer lugar, pero la otra es que tengo otros objetivos profesionales. Como jinete independiente esperas conseguir monturas superiores. Básicamente contactarán a mi agente para montar a ciertos caballos y entonces harán fila. Todavía quiero competir sin importar a quién monto para ganar cosas como el Derby".

"Espero que, de cierta forma, el ganar las carreras y los campeonatos supere a lo que ha ocurrido antes".

Sin embargo, algo de lo que está consciente es que si llega a montar a otro caballo innovador en las pistas, las comparaciones saldrán a la luz inevitablemente.

"Sé que lo primero que me preguntarán siempre será acerca de Fankel", dice. "Y por mí está bien".

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