Argentinos toman las calles para celebrar su pase a la final en Brasil
Argentina se convirtió este miécoles en una fiesta albiceleste de cánticos y calles tomadas por miles de aficionados que estallaron de alegría al ver a su selección clasificada para la final del Mundial, 24 años después de la última vez, tras derrotar a Holanda en penales.
En Buenos Aires, miles de personas colapsaron el centro de la ciudad con banderas, bocinas y caras pintadas con los colores azul y blanco, llegados primero desde los bares y plazas cercanos, donde se vivió el sufrimiento en pantalla grande, y desde todos los puntos de la ciudad después.
El centro neurálgico de la fiesta fue el emblemático Obelisco porteño, punto tradicional de celebraciones futboleras, pero la marea de gente se extendió por las principales avenidas hasta la emblemática Plaza de Mayo, con la Casa Rosada convertida en testigo de excepción de la pasión por el futbol de los argentinos.
También quedó cortada una de las avenidas más anchas del mundo, la 9 de Julio, que este miércoles estaba de doble celebración por el 198 aniversario de la Independencia del país.
Cerca de allí, en la calle Corrientes, volvió a levantarse el muñeco que se infla del Cristo Redentor de Río de Janeiro que ya presidió las celebraciones tras el triunfo en cuartos de final.
Entre los aficionados, la estrella por antonomasia de la selección, Lionel Messi, tuvo que ceder el protagonismo a Romero, el portero héroe de los penaltis cuyo nombre era el más gritado en las calles de Buenos Aires.
El Obelisco se convirtió pronto en una de las palabras más mencionadas en la red social Twitter, que hervía con mensajes con las etiquetas #ArgentinaALaFinal y #EstamosEnLaFinal. No en vano la última vez que argentina disputó el trono mundialista, en 1990, nadie había imaginado aún Twitter.
En aquella ocasión Argentina perdió, nada menos que contra el rival con el que tendrá que medirse este domingo, Alemania, pero hoy la fiesta va para largo en todos los rincones del país.