El Papa ‘amonesta’ a Fiat

Benedicto XVI instó a la empresa a preservar miles de empleos en Italia; la compañía automotriz anunció planes para frenar la producción en una planta en Sicilia.
papabenedicto (Foto: AP)

Después de que Fiat anunció sus planes de cerrar la producción en una planta en Sicilia , el papa Benedicto XVI decidió abordar temas menos espirituales y más terrenales, al instar a la empresa a preservar los empleos en Italia.

La amonestación papal al director general de Fiat, Sergio Marchionne, sigue a una reacción similar del presidente francés, Nicolas Sarokozy, hacia Carlos Ghosn, jefe de otra empresa automotriz, Renault. Así, los fabricantes de automóviles y otras empresas manufactureras en Europa han enfrentado una creciente presión, luego de beneficiarse de dinero de los contribuyentes para mantener la producción en sus territorios nacionales.

La tendencia se observa en todo el continente. A medida que las empresas buscan sobrevivir en una era de intensa competencia, los impulsos proteccionistas aumentan para frenar el creciente desempleo, y los dignatarios intervienen, desde un presidente hasta el Papa.

El papa Benedicto XVI manifestó su apoyo moral a los 80,000 trabajadores de Fiat que este miércoles realizaron un paro nacional en protesta contra los despidos. El pontífice instó esta semana a tomar medidas para proteger los empleos.

"La crisis económica está causando la pérdida de numerosos empleos, y esta situación requiere de un gran sentido de responsabilidad de parte de todos, empresarios, trabajadores y funcionarios gubernamentales", dijo Benedicto, al señalar el caso de la planta Termini Imerese de Fiat SpA, junto con una fábrica de Alcoa en Cerdeña, que también sería cerrada.

Ni Fiat ni Alcoa han respondido públicamente.

"El Papa no vive en otro mundo, quiere mostrar que está atento a las necesidades de quienes se quedan sin trabajo, de los pobres y de los que sufren", dijo este miércoles el principal vocero de la Santa Sede, Federico Lombardi.

Aunque las compañías en Italia podrían enfrentar mayores críticas del Papa por la presencia del Vaticano en Roma, este país no es el único de Europa occidental donde la relación simbiótica entre las grandes empresas y el Gobierno vuelve cada vez más complicado para las empresas el tomar las decisiones que consideran necesarias para salir adelante.

El mes pasado, el presidente francés Nicolas Sarkozy citó a Ghosn, el líder de Renault, a un encuentro en el Palacio del Eliseo, para expresar su preocupación ante la posibilidad de que la compañía abandonara Francia y emigrara a Turquía para fabricar el Clio 4, que será lanzado en el 2013.

El Gobierno alemán presionó a los postores por la filial Opel de General Motors Co., a fin de que preservaran los empleos, luego de proporcionar un préstamo puente de 1,500 millones de euros (2,200 millones de dólares).

La venta de Opel a Magna International Inc. se frustró cuando GM decidió conservar la compañía.

Y el Gobierno del primer ministro italiano Silvio Berlusconi presiona a Fiat para que asuma el compromiso de salvar los 1,500 empleos de fabricación de autos en Termini Imerese. El propio jefe del Gobierno ha pedido que Alcoa mantenga operando dos fundidoras en Italia, que emplean a 2,000 trabajadores.

A cambio, Berlusconi ha prometido una reducción en los precios de electricidad.