El presidente francés
efectuó una visita a la pequeña aldea de La Villetelle, en el centro del país, pero el recorrido será inolvidable para los residentes porque el mandatario salió del bar local "sin pagar la cuenta".El diario La Montagne reveló este jueves que el jefe del Ejecutivo, quien aplaudió la reducción de impuestos a 5.5% para el sector restaurantero, llegó al bar y al acercarse a la barra, lanzó un alegre: "es mi turno".
"Pidió cuatro cafés", relató Bruno Durand, dueño del bar quien también vende periódicos, opera la gasolinera local y es arrendatario de la oficina de correos del pueblo, que cuenta con sólo 160 habitantes.
Pero
La esposa del dueño declaró al diario Liberation que el Presidente "tiene tantas cosas en la cabeza y con las dificultades de organización de sus desplazamientos, entiendo el olvido. No me imaginaría reclamarle los 6.60 euros por los cafés".