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¿Y dónde está el dinero iraquí?

Bush pensaba al inicio de la guerra que las ganancias del crudo pagarían la reconstrucción del pero la misma violencia ha mermado la producción de petróleo y los ingresos por crudo son escue
lun 12 noviembre 2007 06:00 AM
Refinería en Baiji a 180 km al norte de Bagdad. (Reuters)

Ante los altos costos que la guerra en Irak supondrá para EU en la próxima década -cerca de 2 billones de dólares-, muchos contribuyentes norteamericanos se preguntan qué sucedió con todos esos petrodólares que presumiblemente ayudarían a financiar la guerra.

Cuando la administración Bush intentaba convencer a los votantes de la incursión en Irak, sus funcionarios afirmaron que derrocar a Saddam Hussein costaría 50,000 millones de dólares y que gran parte de la reconstrucción del país podría pagarse con los ingresos del petróleo.

Irak tiene, efectivamente, mucho potencial petrolero. Se calcula que sus 115,000 millones de barriles de reserva en el subsuelo la convierten en la segunda o tercera potencia de crudo, justo detrás de Arabia Saudi o Irán. Algunos expertos creen que el país puede producir más de 6 millones de barriles al día, casi a la par que los sauditas o los rusos, que representan en conjunto casi la cuarta parte de la producción mundial.

Pero la realidad es que Irak bombea 2 millones de barriles por día. Décadas de guerra y negligencia han reducido la producción, que se encuentra hoy por debajo de la cantidad bombeada en el 2003, cuando EU invadió Irak por primera vez. Incluso se prevé, bajo las presentes circunstancias, una caída de 200,000 barriles por día al año.

Las ganancias actuales de las ventas de petróleo iraquí se destinan al financiamiento del gobierno nacional. De hecho, el gobierno iraquí depende enteramente del petróleo, que representa el 90% de su presupuesto. De allí que incrementar la producción es algo que interesa a todos: Irak tendrá más dinero y EU contribuirá con menos a la reconstrucción. Los gastos globales de EU en el país ocupado han alcanzado los 368 mil millones de dólares en el 2007, de acuerdo a la Oficina de Presupuesto del Congreso.

Al día de hoy, la totalidad de los 2 millones de barriles diarios es bombeada por la compañía petrolera nacional. Un pequeño número de empresas extranjeras firmaron contratos para extraer crudo en el país, sobre todo en la región kurda del norte. Pero las grandes compañías occidentales como Exxon Mobil, BP, Royal Dutch Shell y Chevron se mantendrán alejadas mientras los oleoductos sigan explotando y no halla un gobierno estable.

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“Se necesita un ambiente legal muy estable y de largo plazo” para que las grandes petroleras occidentales inviertan toneladas de millones de dólares en infraestructura y exploración para aumentar la producción del país, advierte Greg Priddy, analista energético del grupo Eurasia.

Los legisladores iraquíes intentaron a principios de año aprobar una ley en torno a la gestión de contratos petroleros, pero la iniciativa se empantanó luego de que los kurdos se opusieran y la población interpretara la acción como una entrega de las reservas petroleras nacionales a firmas extranjeras. Quienes criticaron la propuesta de ley sostuvieron que otorgaba el control absoluto sobre la producción y no contemplaba la contratación de personal iraquí ni el intercambio de tecnología.

“Es una ley utópica para las petroleras, pero la población no ve la privatización con buenos ojos” afirma Antonia Juhasz, miembro del grupo de investigación y apoyo Oil Change International. Sin embargo, la ley puede imponer altas regalías (como las que aplican Libia y Rusia con el 90% de impuestos sobre las ganancias petroleras) y de esa manera la mayoría del dinero regresaría al pueblo.

Para algunos, abrir el país a empresas extranjeras es esencial, dada la cantidad de capital requerido para impulsar la producción. Para otros, la paraestatal petrolera puede hacerlo sola sin necesidad de recurrir a la privatización. “No necesitan la inversión de grandes petroleras, lo que necesitan es arreglar su infraestructura” sostiene James Placke, miembro de la Asociación de Investigación Energética de Cambridge.

Placke agrega que la guerra, la falta de inversión y la escasez de técnicos capacitados están conduciendo a una reducción de la producción. Bajo las condiciones adecuadas, el país podría bombear 4 millones de barriles por día en un plazo de cinco años. Pero es dudoso que estas condiciones se den dadas las actuales circunstancias políticas. “Si siguen como hasta hoy, nunca alcanzarán los 3 millones de barriles diarios” declara Placke con pesimismo.

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