El pez tilapia le pega fuerte a México
En el mundo se le llama tilapia, pero en México también se le conoce como blanco del Nilo. Es una especie de pescado de muy fácil producción, que prolifera en aguas chinas y que, en los últimos años, ha llegado a los supermercados mexicanos en forma de filetes congelados, que se ofertan a menores precios que la tilapia que se cría en aguas nacionales.
“Nos están pegando fuerte”, reconoce Rafael Murguía, gerente de la Asociación Sinaloense de Productores de Tilapia, que agrupa a 22 organizaciones. “Un kilo de pescado entero desviscerado nos cuesta 20 pesos y lo vendemos a 22, pero los filetes chinos se ofertan en 18 pesos, ya empacados”.
México es el primer importador de filetes congelados de entre los países en desarrollo. En 2006, se importaron 45,179 toneladas (37.1% más que en 2005), equivalentes a 141.1 mdd (un aumento anual de 47.4%).
En 2004, el gobierno federal realizó una investigación con miras a frenar las importaciones. “No se encontró ninguna anomalía”, aclara Miguel López, director general de Planeación, Programación y Evaluación de Conapesca.
Lo que sí descubrieron es que en China operan 8,500 procesadoras de productos marinos y algunas aprovechan incluso las escamas y los ojos para fabricar colágeno, productos cosméticos y alimentos para peces. Gracias a eso, China dominó 34% de las ventas globales, con exportaciones por 752,219 toneladas de filetes en 2006, valoradas en 2,192 MDD.
“México puede competir contra China si se enfoca en comercializar el producto fresco, ya sea entero o en filete, con valor agregado, preparado con salsas, empacado al vacío y listo para cocinarse”, dice Guillermo Abdel, presidente del Centro de Estudios de Competitividad del ITAM.
Incluso con otra ventaja, según López, pues cuando crezca el nivel socioeconómico de los chinos, ellos consumirán más tilapias, disminuyendo sus excedentes y, por tanto, sus exportaciones.