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Warren Buffett niega inversión genocida

Empresas y universidades estadounidenses, socialmente responsables retiran sus inversiones en S Berkshire Hathaway se rehúsa a hacerlo con sus acciones de PetroChina Co.
vie 20 abril 2007 12:26 PM
En la reunión anual de su empresa, podría hablar del genocid

¿Será posible que el presidente de Berkshire Hathaway, Warren Buffett, esté ayudando a soportar el genocidio de Darfur?

El movimiento en Sudán, que ha persuadido a docenas de universidades y gobiernos estatales a vender sus inversiones en compañías que hacen negocios en ese país, propone que Berkshire haga lo mismo. Buffett se resiste. El legendario inversor se enrolará con críticas acerca del tema, en la reunión anual de la compañía en Omaha.

Seguramente será un debate fascinante. Berkshire se ha convertido en blanco de esta campaña de retiro de inversiones, porque es dueño de 2,300 millones de acciones de PetroChina Co., una subsidiaria de China Nacional Petroleum Corp. (CNPC), empresa controlada por el gobierno.

CNPC opera de manera extensiva en Sudán, pues controla gran parte del consorcio nacional de petróleo en ese país.

China y Sudán están relacionados en un matrimonio de conveniencia. Por su parte, China obtiene petróleo –Berlín compró más de la mitad de las exportaciones sudanesas de petróleo en 2005, sumado a la creciente demanda china de energía, que ha llevado a esta población a cultivar una relación cercana con algunas naciones africanas, ricas en petróleo.

En recompensa, Sudán obtiene dinero, armas y sustento político por parte de China. Ya que casi el 80% de los ingresos del petróleo en Sudán es canalizado al cuerpo militar y los activos del petróleo chino en Sudán “son permisores innegables y bien documentados de la política genocida de Khartoum en Darfur”, según el movimiento Sudan Divestment Task Force.

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Como miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, China también ha bloqueado los esfuerzos de Estados Unidos y Gran Bretaña por aplicar sanciones más severas contra Sudán. Entre 200,000 y 400,000 personas han sido asesinadas en Darfur, y millones más han sido expulsadas de sus hogares.

Activistas del plan de retiro de inversiones, dicen que compañías como CNPC que tienen relaciones de negocios con el gobierno y no han tomado postura contra el genocidio, pueden influenciar a Sudán. La lógica de este argumento persuadió a universidades como Harvard, Yale y Standford, los estados de California, Illinois, New Hampshire and Iowa, y numerosas instituciones religiosas, a adoptar políticas que vayan de acuerdo con el retiro de inversiones. Los llamados fondos de responsabilidad social mutua, también han vendido sus inversiones de PetroChina. La familia de fondos Calvert fue más allá, al crear un reporte online, ayudando a personas a detener la violencia en Darfur.

La decisión de Harvard de deshacerse de los activos de PetroChina, es muy significativa pues por su fondo de inversión de 30,000 millones de dólares, no acostumbran tomar este tipo de acción. Al explicar su decisión, la Harvard Corporation dijo:

"Aunque Harvard mantiene una fuerte presunción contra el retiro de activos en reservas por razones desligadas a propósitos inversión, creemos que en este caso es contundente”.

Harvard dijo que la producción de petróleo es esencial para que el gobierno financie operaciones militares. La universidad también revisó a PetroChina y a CNPC, y encontró un solapo considerable.

Buffett ha respondido públicamente ante la campaña de retiro de inversiones y ha propuesto un debate en la junta anual de la empresa, aunque no tiene la obligación de hacerlo. Esto va en contra de Fidelity Investments, que sigue siendo un blanco de la campaña de retiro de inversiones.

En la respuesta de Buffett, argumenta que PetroChina no tiene inversiones en Sudán y que no controla a CNPC. “Las subsidiarias no tienen la habilidad de controlar las políticas de la empresa madre”, dijo.

Continúa diciendo que CNPC no puede retirar sus activos de Sudán ya que éstos consisten de petróleo e infraestructura para transportarlo y refinarlo. Si China vendiera sus activos al gobierno sudanés, el gobierno aún sería capaz de vender su petróleo en el mercado global. “Los promotores de la salida del gobierno chino deberían entonces hacer la pregunta más importante en la ciencia de la economía ‘¿Qué pasará después?”, escribió Buffett.

Es una pregunta justa. Aquí hay dos posibles respuestas. La primera es que Sudán trataría de comprar a los chinos, aún cuando el gobierno de Khartoum está seriamente endeudado. Una segunda posibilidad es que otros grandes inversores en el petróleo de Sudán, las compañías gubernamentales de Malasia e India, intervendrían. De cualquier forma, cortar los lazos entre China y Sudán, traerá un beneficio significativo. Mientras que el Sudan Divestment Task Forces escribe en respuesta al reporte de Berkshire:

“La venta de los activos de CNPC en Sudán removerá el incentivo económico de China para facilitar el genocidio en Sudán. Aún cuando apenas se le ha forzado a retirar sus inversiones en Sudán, las presiones sobre CNPC pueden hacer que los acercamientos de China para con Sudán cambien, especialmente frente a la alta valoración que China les da a sus activos sudaneses”.

Lo cierto es que es poco probable que China reitre sus inversiones, aún bajo la presión de Berkshire. Pero los chinos han demostrado ser vulnerables a la presión. Un oficial chino de alto rango, viajó recientemente a Darfur y llamó al gobierno sudanés a aceptar la ayuda de Naciones Unidas para mantener la paz. Al parecer lo hizo después de que los activistas de Hollywood –notablemente  Mia Farrow – amenazaron con ligar el genocidio con las Olimpiadas de Beijing 2008. El director de cine, Steven Spielberg, quien actualmente rueda una película sobre las Olimpiadas, también condenó el genocidio en una carta enviada al presidente de China, Hu Jintao.

Entonces Buffett podría entablar una discusión con PetroChina y pedirle a esta empresa y a la matriz, CNPC, que utilicen sus influencias para solicitarle a Sudán que permita la entrada de los pacificadores. Podría dirigirse a los indios y malasios y pedirles que trabajen en conjunto con él. Si todo esto fracasara, entonces podría vender sus acciones, haciendo mucho ruido.

Warren Buffett es, después de todo, mucho más que uno de los inversores más grandes en el mundo. Es un hombre decente y generoso, de una integridad incuestionable. Cuando él habla, la mayor parte del mundo le escucha.  Ahora tiene una plataforma para hacerlo en beneficio de las víctimas del genocidio. ¿Por qué no tomarla?

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