Los líderes de Rusia, Turkmenistán y Kazajistán acordaron el sábado construir un nuevo gasoducto alrededor del Mar Caspio, una medida que mantiene el papel dominante de Moscú como operador de gas en la región.
Se entregaron pocos detalles sobre el gasoducto, pero el acuerdo, pieza central de un viaje de seis días del presidente ruso Vladimir Putin a Asia Central, parece ser un golpe a las esperanzas de Estados Unidos, Europa y China de obtener acceso directo al gas turcomano.
Los tres países publicaron declaraciones conjuntas en las que señalan que firmarán un tratado en septiembre sobre la construcción del nuevo gasoducto y que también trabajarán con Uzbekistán para mejor la infraestructura de exportación de gas, que se remonta a la era soviética.