Transgénicos avanzan lento en México
México corre un mayor riesgo si no avanza en la producción de alimentos genéticamente modificados, advirtió el Servicio Internacional para la Aplicación y uso de Agro-biotecnología (ISAAA por su siglas en inglés).
Mientras naciones como Brasil, Argentina, China e India aumentan en más de 30% la tierra cultivable de productos genéticamente modificados como maíz, arroz, algodón y soya, México cuenta con un escaso territorio para este fin ante la ausencia de leyes y reglamentos.
La biotecnología permite modificar la genética de un organismo, en este caso plantas, con el objetivo de protegerlo de plagas o del medio ambiente, lo que permite una mayor producción.
En 2007, la superficie cultivada con plantas genéticamente modificadas o transgénicos creció 12% a 114.3 millones de hectáreas en los 23 países que permiten estos cultivos, incluido México, el mayor crecimiento de los últimos cinco años.
En México se cultivan alrededor de 100,000 hectáreas de algodón y soya genéticamente modificados, pero de ninguna forma maíz u otros granos de consumo humano, aunque hay reportes de contrabando de este tipo de productos.
“Cuál es el riesgo de no utilizar la biotecnología en México, la respuesta es que habrá un rezago, disminuirá la competitividad”, dijo Clive James, presidente del ISAAA, considerado uno de los gurús de los transgénicos.
El organismo advierte que en los próximos 50 años se deberá duplicar la producción de alimentos en la misma tierra cultivable, debido al crecimiento de la población.
La biotecnología es considerada por ISAAA hasta ahora el único elemento que puede contribuir a enfrentar parte de este reto.
El principal argumento que la mayoría de los países que aún no aprueban la comercialización de productos transgénicos para consumo humano es el de los posibles daños o no a la salud ante la falta de evidencia clara de los efectos de estos productos que a penas llevan 12 años.
“Es curioso la gente en Suiza por ejemplo acepta la aplicación de la biotecnología en la medicina, pero no aceptan la agrobiotecnología”, destacó James.
La biotecnología no solo ha llegado a eliminar las plagas de los cultivos, sino que ahora se estudia un gen que protegería al maíz de la sequía el cuál podría ser aprobado para su comercialización en Estados Unidos a partir del 2011.
El impacto de los transgénicos ha sido positivo desde 1996, según el ISAAA, ya que la producción en los campos donde se aplica aumentó entre 5 a 50%, con incrementos en la renta agrícola de 34,000 millones de dólares en una década.
México aprobó en 2005 la Ley de Bioseguridad de Organismo Genéticamente Modificados que permite la investigación y cultivo pero que tiene pendientes reglamentos para la autorización de comercialización de estos productos.
Se espera que para el 2015 al menos 40 naciones utilicen la biotecnología en sus campos de cultivo que alcanzarían las 200 millones de hectáreas.