Cómo descifrar el lenguaje de la Bolsa
El caos dura 4:15 horas cada día. En el piso de remates del Chicago Board of Trade Company (CBOT) en EU, se confunden los gritos de operadores, corredores y sus asistentes que (papel en mano y vía dispositivos electrónicos inalámbricos) negocian futuros y opciones de materias primas, con las mismas señas que cuando abrió esta Bolsa, en 1848.
En el CBOT operan 3,600 miembros que al negociar 50 diferentes productos establecen los precios de alimentos, como maíz, trigo, aceite de soya, avena, y de materias primas, como etanol, oro, plata, petróleo y más, que en 2005, por ejemplo, sumaron 674 millones de contratos.
“Aquí no les importa otra cosa que el clima”, explica Caridad García-Manns, presidenta de Traders Group Inc, especialistas del mercado agrícola. Si llueve en Brasil o hay sequía, los operadores reaccionan para ver cómo afecta eso los precios. Esta especulación hace que la posición del operador sobre el piso valga unos 2.4 mdd.
A mano
El lenguaje de señas está casi extinto. La mayoría de las bolsas sólo requiere tres a cuatro personas para coordinar miles de computadoras que conectan a compradores y vendedores, la CBOT es una excepción.
Las bolsas tuvieron un largo proceso evolutivo. Los franceses podrían ser los primeros operadores en la historia: en el siglo XI, los courratiers de change administraban las deudas de las comunidades agrícolas para los bancos. No fue sino hasta el siglo XIV cuando los daneses comenzaron a intercambiar valores, ya de empresas; aunque la venta de acciones como tal se inició en 1688 en Londres.
Hoy, la Federación Mundial de Bolsas (WFE, por sus siglas en inglés) agrupa a las 55 mayores bolsas del planeta, que representan 97% de la capitalización de mercado global, equivalente a unos 35,000 mdd.
