Henry Paulson, al rescate del plan
Los esfuerzos urgentes encaminados a armar un plan gubernamental de rescate de 700,000 millones de dólares para la economía nacional se derrumbaron el jueves por la noche, horas después que líderes legislativos habían llegado a un acuerdo.
El secretario del Tesoro, Henry Paulson, volvió a toda prisa al Capitolio para intentar reanimar o rearmar la propuesta que el gobierno dice debe ser aprobada rápidamente por el Congreso para impedir un desastre económico.
Los líderes del Congreso informaron este jueves de un acuerdo sobre las bases y detalles del plan de rescate, pero un histórico encuentro entre el presidente George W. Bush, los dos hombres que luchan por sucederlo y dirigentes legislativos terminó en medio de conflictos.
Luego de seis días de conversaciones intensivas sobre el paquete, pedido con carácter de urgente por el gobierno de Bush, con tambaleos en Wall Street y las elecciones presidenciales en el horizonte, todo terminó con más confusiones que claridad.
Un acuerdo tentativo en principio entre dirigentes demócratas y republicanos en el Congreso terminó con solamente parte del dinero puesto a disposición del gobierno, y la otra mitad del paquete sujeto a un veto legislativo, dijeron funcionarios del Congreso.
Sin embargo, los sectores conservadores mantienen su oposición, molestos por el alto costo del paquete y la fuerte capacidad de intervención que tendría el gobierno en los mercados privados.
Sin acuerdo
El senador Richard Shelby, el republicano de mayor rango en la comisión bancaria del Senado, salió del encuentro en la Casa Blanca para expresar que ''obviamente, no tenemos acuerdo''.
Ambos dirigentes republicanos del Congreso, el representante John Boehner y el senador Mitch McConnell, negaron también que haya acuerdo alguno.
Y la Casa Blanca calificó el previo anuncio como una señal de avances, aunque indicó que estaba revisando las bases del acuerdo con mucho cuidado y la finalidad de concretar una propuesta de ley para presentarla al Congreso.
Hay un consenso amplio en el sentido de que la economía se encuentra en peligro, con las instituciones financieras derrumbándose o al borde de la recesión, con la consecuente pérdida de empleos y la ejecución de hipotecas.
Había esperanzas de que se llegara a un acuerdo amplio, de acuerdo con un anuncio hecho en la Casa Blanca por el presidente, los candidatos presidenciales John McCain y Barack Obama, así como dirigentes del Congreso.
Pero lo mejor que pudo decir McConnell al respecto fue: ''Queda claro que se necesitan más avances y que debemos continuar trabajando juntos con rapidez para proteger nuestra economía''.
Alternativa
Un grupo de legisladores republicanos de la Cámara de Representantes presentó una alternativa que concentraría menos en la toma de parte del gobierno de las deudas de las instituciones financieras. La propuesta le daría al gobierno la posibilidad de asegurar a las empresas que accedan a retener sus bienes congelados, en lugar de comprárselos.
El representante republicano Eric Cantor dijo que la idea quitaría el peso del programa de rescate de los hombros de los contribuyentes y la dejaría, eventualmente, sobre los de Wall Street.
El demócrata Obama y el republicano McCain, quienes en su dura contienda por la presidencia han buscado distanciarse del impopular presidente Bush, se reunieron con él en la Casa Blanca durante una hora, algo que sorprende en esta dura temporada electoral, aunque de acuerdo con uno de los participantes, fue una ''discusión donde se alzó la voz''.
Y al incluir a los dirigentes demócratas y republicanos del Congreso, el encuentro concentró casi toda la estructura política de Washington en una pequeña sala del ala oeste de la Casa Blanca.
''Todos los que estamos a la mesa... sabemos que tenemos que hacer algo tan rápido como sea posible'', dijo Bush a la prensa, que solamente pudo entrar al inicio del encuentro. Obama y McCain estaban en los extremos de la mesa oval, ni siquiera frente a frente.