Los bancos mexicanos elevan su capital
Varios de los principales bancos de México incrementaron en mayo sus índices de capitalización, en medio de esfuerzos por mantener a raya los efectos de la crisis financiera internacional, aunque algunos como HSBC México y Banamex vieron bajas en su indicador.
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) dijo en su reporte mensual que todos los bancos del país se mantuvieron por encima del 10% de capitalización necesario para mantenerse dentro de la categoría "I" del regulador.
El índice de capitalización representa la fortaleza financiera de un banco para soportar pérdidas. México obliga a los bancos con niveles de capitalización por debajo del 10% a presentar planes para elevarla.
El mayor banco de México, BBVA Bancomer, unidad del gigante español BBVA, registró una capitalización del 15.12% al 31 de mayo, una ligera alza con respecto al 14.81% que registró al cierre de abril.
Por su parte Santander, unidad del español del mismo nombre, vio subir su indicador a un 14.15%, desde 13.28% en abril. Banorte, el mayor banco local en manos de inversores mexicanos, subió a 15.37%, desde 15.03% el mes previo.
Banamex, unidad del estadounidense Citigroup y el segundo banco del país, vio su indicador bajar a 17.77%, desde 18.68% en abril.
La unidad local del británico HSBC, que es el quinto banco más importante del país latinoamericano, por su parte vio su indicador bajar hasta un 11.69%, desde el 11.93% de abril.
Moody's puso a principios de julio en revisión para una posible baja los indicadores de fortaleza financiera de HSBC México, alegando dificultades en su cartera de tarjeta de crédito y una capitalización menos sólida.
HSBC México ha sido golpeado más fuerte que otros de los mayores bancos del país por el debilitamiento de la cartera de crédito al consumo en México causada por la crisis económica, con un índice de morosidad en el sector de tarjeta de crédito del 16.67% en mayo, contra el promedio del sector del 12.61%.
El sector bancario mexicano es generalmente percibido como sólido, dado que se ha concentrado en áreas tradicionales de crédito como hipotecas y créditos empresariales, en lugar de segmentos riesgosos de negocio como los que precipitaron el año pasado la crisis financiera global.
