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¿Cuándo terminarán los rescates en EU?

Ahora que la industria se va recuperando, el Gobierno debe reducir el número de estos programas; pero Obama enfrentará varios obstáculos para poder poner fin a los rescates iniciados en 2008.
jue 06 agosto 2009 06:02 AM
Programas como el PPIP, que busca liberar a los bancos de sus activos tóxicos, aún no entran en función. (Foto: Jupiter Images)
dinero-dollares-billetes-liga-JI.jpg (Foto: Jupiter Images)

Después de rescatar al sistema bancario del país de su anunciado desastre financiero el otoño pasado, ahora Washington enfrenta un reto mucho más complejo: regresar el genio de los rescates a su botella.

Hay varias iniciativas que terminarán a finales de este año, lo que coloca a los reguladores y a la Casa Blanca en una posición difícil, pues deben decidir si la industria bancaria nacional es lo suficientemente fuerte para seguir por su propia cuenta.

"Les encantaría salir de todo este problema si pudieran", dijo John Douglas, ex consejero general en la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés), quien ahora encabeza la práctica reguladora bancaria en el despacho de abogados Davis Polk & Wardwell. "Lo que hay que saber es si el sistema financiero y el sistema de capital es lo suficientemente efervescente para salir sin un apoyo del gobierno". Hasta ahora, la mayoría de las señales emitidas por la industria bancaria son alentadoras.

Los mercados crediticios parecen estar regresando a la normalidad. La Libor (London Interbank Offered Rate), una medida de tasas de préstamos interbancarios altamente confiable, está ahora muy por debajo del récord máximo que alcanzó después de que Lehman Brothers solicitara su bancarrota el otoño pasado. 

Al mismo tiempo, la mayoría de los bancos dejaron atrás los números rojos. Incluso los problemáticos prestamistas como Citigroup y Bank of America (cuyas probabilidades de sufrir una expropiación gubernamental a principios de este año eran fuertes) lograron reportar ganancias consecutivas durante los últimos dos trimestres.

Es cierto que gran parte de la crisis financiera se ha visto definida por indicadores falsos, cuando los inversionistas pensaban que lo peor ya había pasado y después se dieron cuenta de que lo peor llegó unos meses después.

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Es sobre todo por esa razón que los expertos creen que los programas que ayudaron a solucionar algunos de los problemas de liquidez bancaria viciada del otoño pasado tengan que quedarse unos meses más.

"No debemos eliminar un programa y que el mundo se caiga de inmediato", como dijo Mark J. Flannery, profesor de Finanzas en la Facultad de Administración Empresarial en Warrington College en Florida.

Una gran ayuda para la sopa de letras

El Programa Voluntario de Garantías de Liquidez Temporal (TLGP, por sus siglas en inglés) establecido por la FDIC, es uno de los programas que podrían extenderse, aunque sus reguladores programaron frenarlo a finales de octubre.

El TLGP, el cual garantiza las deudas emitidas por los bancos y al mismo tiempo les permite tomar préstamos del mercado público con tasas de descuento, sigue siendo bastante popular aunque algunas instituciones importantes ya comienzan a detestarlo.

En junio, el total de la deuda sobresaliente de bancos garantizados marcó 227,000 millones de dólares, 50,000 millones de dólares más que cuando el programa dio inicio en noviembre pasado.

La pendiente de los problemas en el mercado de bienes raíces comercial también ha impulsado a los legisladores a presionar a la Reserva Federal para que extienda durante todo 2010 el Programa de Facilidad de Préstamos de Valores a Término Respaldados por Activos (TALF, por sus siglas en inglés). Este programa, diseñado para reavivar el mercado de titulización mediante la provisión de financiamientos baratos para los inversionistas, terminará el 31 de diciembre, según los planes. 

La semana pasada, el republicano Paul Kanjorski, por Pennsylvania, quien dirige un subcomité de Servicios Financieros Nacionales clave junto con otros 40 miembros del Congreso, exigió al banco central darle más tiempo al programa para ayudar a salvar el billón de dólares que pronto caducará y a prevenir una pérdida masiva de empleos.

"Me gustaría ponerle freno al apoyo de emergencia del gobierno al sector privado lo más pronto posible, pero necesitamos más tiempo para que el TALF funcione en esta industria (de los bienes raíces comerciales)", como señaló Kanjorski en una carta a la Reserva Federal y al Departamento del Tesoro.

Otras propuestas más recientes, como la del Programa Público Privado de Inversiones (PPIP, por sus siglas en inglés), también necesitarán más tiempo para funcionar. El PPIP, acuciado entre varias dilaciones a medida que los reguladores intentaban descubrir cuáles eran los mejores métodos para deshacerse de la mayoría de los activos problemáticos de los bancos, aún no entra en función.

Finalmente, el Departamento del Tesoro aún tiene miles de millones de dólares en repartos preferenciales en cientos de bancos bajo el resguardo del TARP o Programa de Alivio para Activos en Problemas.

Incluso cuando varias empresas financieras ya han salido de ese controversial programa, algunas instituciones bajo tensión no tienen más opción que apegarse a la fecha límite de pago de la inversión gubernamental, es decir, hasta 2012.

Aún así, la persistencia del TARP y otros programas muy difícilmente cambiará la percepción de los ciudadanos estadounidenses de que el gobierno sigue rescatando a los corporativos estadounidenses.

Mark Calabria, director de estudios financieros en el Instituto Cato, un búnker intelectual que promueve las visiones liberales, señaló que el presidente Obama ya está bien conciente del estigma que varios de estos programas traen consigo , sobre todo entre los contribuyentes.

Así que, mientras los reguladores bancarios tienen la última palabra sobre qué planes de rescate se quedan y cuáles se van, Calabria dice que la Casa Blanca probablemente ofrecerá sus propias sugerencias tras bambalinas.

"Creo que el presidente ya sabe que llegará un punto en el que tendrá que dejar de decir que todo fue culpa de George W. Bush", dijo Calabria. "Creo que no hay voluntad por parte de la administración para asociarse con los continuos rescates". 

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