Claramente, la Reserva Federal no tiene prisa por
pronto.Aunque la Reserva Federal dijo la semana pasada que la economía ya había tocado fondo y el paso que seguía era que comenzara a crecer de nuevo, el Banco Central aún tiene que afinar algunos detalles de su llamada "estrategia de salida" para desarrollar los pasos que se tomaron el año pasado y tratar de poner a la economía de pie otra vez.
De hecho, las últimas jugadas de la Reserva Federal muestran que no hay planes inmediatos para dejar de inyectar dinero a la economía.
La semana pasada, los creadores de políticas de la Reserva Federal anunciaron que
este otoño y también confirmaron los planes de comprar cerca de 1.25 billones de dólares en valores respaldados por hipotecas para finales de año.Este y otros programas extraordinarios están entre las decisiones más importantes de la Reserva Federal para acortar su repentina tasa de préstamos a cerca de 0% por primera vez en la historia.
Algunos economistas temen que si la Reserva Federal se tarda en liberar algunos programas de liquidez, todo el efectivo que ha inyectado al sistema financiero
."Los ingredientes para que haya inflación siguen sobre la mesa", dijo Allen Sinai, economista en jefe de Decision Economics. "Por ahora la inflación está quieta, pero es un problema latente, como el cáncer. Se escabulle y de repente un día el mundo despertará y ahí estará".
, ha dicho en repetidas ocasiones que el Banco Central cuenta con las herramientas necesarias para retirar estos programas, pero aún debe definirse cómo y cuándo se hará.
Sinai cree que es importante para la Reserva Federal comenzar a proporcionar esos detalles para dar a los inversionistas la confianza de que la inflación no se saldrá de control.
Si el mercado comienza a dudar sobre el compromiso de la Reserva Federal de luchar contra la inflación, los inversionistas podrían vender bonos y aumentar a largo plazo las tasas de la Secretaría del Tesoro mientras lo hacen (los precios de los bonos y los rendimientos se mueven en direcciones opuestas). Las tasas de interés a largo plazo más altas podrían invalidar algunos de los pasos que el Banco Central ha tomado para estimular la recuperación mediante tasas bajas.
"No tienen nada que perder siendo explícitos sobre el plan de salida", dijo Sinai. "La percepción del riesgo de inflación no desaparecerá sola; la Reserva Federal tiene que hacerla desaparecer".
Pero otros expertos dicen que con la economía aún débil, es aún más importante convencer a los negocios de que la Reserva Federal está comprometida con hacer todo lo que pueda para estimular una demanda más fuerte a futuro.
"Hay varios retos en el mercado de hipotecas comerciales", dijo Kevin Petrasic, abogado bancario en las oficinas Paul Hastings de Washington. "La Reserva Federal reconoce la realidad en la que estamos: las cosas están mejorando pero no están como necesitamos que estén".
Además, hay quienes alegan que si la Reserva Federal impone reglas prontas y duras sobre cómo planea deshacerse de estos programas de préstamos, podría dificultar la respuesta a la economía futura o a los retos de los mercados financieros.
"La Reserva Federal ha articulado una amplia estrategia para explicar cómo logrará salirse", dijo Bernard Baumohl, director ejecutivo de Economic Outlook Group. "No lo pueden describir por completo porque podría amenazar sus objetivos".
¿No se necesita una fecha de caducidad?
Aquellos que piensan que la Reserva Federal no se encontrará tras la curva de la inflación dijeron que la mayoría de los programas de la Reserva Federal básicamente se eliminarán a sí mismos antes de que la inflación se vuelva una amenaza.
Los programas de la Reserva Federal generalmente cobran a los prestatarios una prima sobre las tasas del mercado normales. Esto debería dar a las empresas incentivos para mirar a otro lado cuando las condiciones en varios mercados financieros mejoren.
Por ejemplo, la Reserva Federal anunció un programa el otoño pasado para comprar valores comerciales, instrumentos de deuda usados por los grandes negocios y por las empresas financieras para financiar sus operaciones cuando un mercado está paralizado.
En enero, cerca del punto más alto de la crisis financiera, la Reserva Federal tenía 350,000 millones de dólares en dicha deuda; ahora tiene sólo 60,000 millones de dólares, y los expertos creen que las cuentas podrían bajar a cerca de cero cuando el programa caduque en febrero próximo.
Para asegurarse, los balances generales de la Reserva Federal siguen inflados. Con 2.1 billones de dólares en activos, esto representa más del doble del nivel del año pasado y sólo un poco menos que la marca más alta de 2.3 billones de dólares de diciembre pasado.
Pero algunos economistas creen que valdría la pena señalar que los balances se encogieron incluso cuando la Reserva Federal lanzó el TALF y sus programas para comprar valores respaldados por hipotecas y valores emitidos por la Secretaría del Tesoro. Así que, mientras la Reserva Federal no inyecte dinero adicional en el sistema, no habrá un riesgo de inflación significativo.
"Lo que la Reserva Federal está diciendo es que ‘no esperen nada más, pero vamos a dejar lo que tenemos en su lugar por un tiempo más'", dijo Keith Hembre, economista en jefe de First American Funds.