El precio de los alimentos en 2010 dependerá de las condiciones climáticas, por lo que resulta difícil pronosticar cuáles estarán al alza y cuáles a la baja, advirtió el secretario de Agricultura, Francisco Mayorga Castañeda.
"Estamos en un escenario en el que los precios agrícolas están firmes, pero pueden tender al alza, todo depende del clima y de lo que pase en los mercados financieros", dijo.
Hasta ahora, lo único previsible es que el precio del azúcar seguirá al alza. "Ahora tenemos sólo los inventarios de la reserva estratégica y los pronósticos mundiales del azúcar siguen siendo de escasez", detalló el funcionario en rueda de prensa.
En México, el precio del azúcar tuvo un incremento de 91% en el año que está por finalizar.
Previsiones de la Organización Internacional del Azúcar (OIA) advierten un incremento de 68% en la proyección del déficit mundial del endulzante para el periodo 2009-2010.
El organismo ha señalado que el faltante de azúcar podría situarse en 8.4 millones de toneladas, cuando una estimación anterior esperaba que el déficit fuera de entre 4.5 y 5 millones.
No obstante, Mayorga asegura que existen los mecanismos necesarios, como abrir cupos de exportación, para evitar que en el país se presente un déficit que lleve los precios a niveles inalcanzables para la mayoría de la población.
Al hacer un balance del año, destacó que el sector agropecuario cerrará 2009 con un crecimiento de 2%, colocándose como uno de los pocos a nivel nacional que registraron cifras positivas y lograron superar piedras en el camino como el brote de A/H1N1, la crisis económica y la sequía.
El próximo año la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación ejercerá un presupuesto de 73,000 millones de pesos, una parte importante se utilizará en programas de reciente o nueva instrumentación como el de Ganadería por Contrato, tecnificación del agro e implementación de prácticas agrícolas menos depredadoras.
Se busca, puntualizó, encontrar soluciones para los nuevos problemas que trae consigo el cambio climático como un uso más eficiente del agua y la conservación de suelos.