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El modelo automotriz a seguir

Renault-Nissan y Daimler serán un ejemplo a seguir en la industria si consigue acoplarse en Europa; su reciente acuerdo de cooperación puede ser el inicio de más acuerdos de estas dimensiones.
jue 08 abril 2010 06:04 AM
Los presidentes ejecutivos de cada empresa suman una gran experiencia para enfrentar los problemas del sector. (Foto: Cortesía Fortune)
daimler-renault-nissan-acuerdo-1 (Foto: Cortesía Fortune)

El anuncio conjunto de ayer miércoles, realizado por el presidente ejecutivo de Daimler, Dieter Zetsche, y el presidente ejecutivo de Renault-Nissan, Carlos Ghosn , señaló que las tres compañías cooperarán en varias iniciativas tecnologías y de producción que dan la bienvenida a un nuevo capítulo en la historia de la industria automotriz.

El antiguo modelo de negocios, en el que las firmas esperaban competir efectivamente por el simple hecho de usar sus propios recursos, ya no es suficiente. Los costos de desarrollo de nuevos modelos, el cumplimiento de regulaciones exhaustivas de emisión de gases y ahorro de gasolina, además de la integración de nuevas tecnologías, simplemente han llegado demasiado lejos. Los grandes y pequeños fabricantes de autos en Europa occidental y en Japón, así como en China e India, están buscando formas creativas de satisfacer las demandas de este negocio de capital intensivo. 

El tamaño, por sí mismo, ya no será un factor determinante del éxito. Los fabricantes de autos tendrán que demostrar su escala de tecnología y experiencia mediante alianzas y acuerdos.

Carlos Ghosn es un gran experto en este asunto, pues creó un modelo de alianza en 1999 para unir a Renault y a Nissan. La firma japonesa ha prosperado con fuerza con este acuerdo, aunque la francesa se ha visto rezagado por el débil mercado europeo.

Dieter Zetsche es nuevo en este tema, pero haber sobrevivido a la desastrosa fusión de Daimler-Benz y Chrysler le da algunas opiniones sobre cómo las compañías automotrices deberían cooperar de una forma que no implique una integración completa como la pretendida por Stuttgart y Detroit.

Los detalles importantes sobre el acoplamiento entre las tres saldrán a la luz, pero queda claro que hay varias oportunidades de cooperación.

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Daimler necesita fuertemente motores y plataformas para autos pequeños para que pueda cumplir con las especificaciones de emisiones de CO2 de Estados Unidos y con las regulaciones de ahorro de gasolina (CAFE por sus siglas en inglés). La tecnología de baterías de Nissan, sobre todo la de su nuevo Leaf, puede contar con un recibimiento especial.

Asimismo, Daimler puede ofrecer ideas de Mercedes sobre plataformas de manejo de las llantas traseras y gestión de marca para mejorar las complicadas operaciones de autos de lujo de Renault-Nissan. Puede compartir conocimiento sobre sus motores de diesel Blue-tec de clase mundial.

Cada firma ha intentado crear otras sociedades que no lograron materializarse. Renault-Nissan le echó el ojo a General Motors en 2006 pero no pudo lograr un acuerdo. Daimler ha entablado pláticas con Peugeot Citroen y Fiat.

El acuerdo del miércoles ya fue precedido por un enlace entre Volkswagen y Suzuki, y una supuesta participación en la propiedad de Fiat sobre Chrysler. Las iniciativas innovadoras como la fusión tripartita puede ser imitada por otros acuerdos, pues los fabricantes de autos se apresurarán por sentar fusiones mientras haya prospectos disponibles.

Mientras tanto, compañías como Ford y Honda, virtuosas por su capacidad de concentrarse en una sola marca o desarrollar su propia tecnología, serán puestas a prueba en este nuevo ambiente.

Pero los acuerdos que lucen bien por escrito no siempre tienen resultados duraderos. Si logran recordarlo, hubo una sociedad entre Ford y Nissan de 1993 a 2002 para crear minivans medianas que llevaban la marca de Mercury Villager y Nissan Quest en una planta de Ford en Ohio. Después de dos generaciones de productos, el acuerdo terminó silenciosamente.

Recientemente, GM y Toyota disolvieron su acuerdo de más de dos décadas para construir autos compactos en una planta en California conocida como NUMMI. GM, después de su bancarrota, no pudo costear la prima que surgió de las operaciones en una planta de ensamblaje en la costa oeste. Ambos presidentes ejecutivos están bajo presión; Zetsche luchará por proteger la exclusividad de la marca Mercedes mientras que Ghosn trabajará por asegurar que Renault-Nissan reciba lo que le corresponde.

La verdadera clave para lograr que esta alianza sea un éxito es la sinceridad de los participantes y su capacidad por dejar de lado las ambiciones. Si cada lado toma una postura equitativa en relación con la otra, ambas podrán invertir en lo que más les conviene.

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