El euro sigue enfermo
En las últimas semanas se puso de moda afirmar que el euro se acercaba irremediablemente a la paridad con el dólar. Era evidente que la divisa común europea continuaría hundiéndose como una piedra.
Pero alguien olvidó decírselo a los inversionistas. Los mercados de divisas han sido muy impredecibles. La semana pasada el euro se recuperó un poco frente al dólar, pero aún le queda camino para alcanzar los niveles de finales de 2009.
Luego de caer a mínimos en cuatro años hace unos días , el euro recuperó 4% y rodea los 1.24 dólares por euro. Una subida del 4% no parece dramática, pero en el mundo de las divisas, ese porcentaje califica como un auténtico aumento.
El rally del euro también ha ayudado al mercado accionario, pues los temores sobre la deuda soberana de la zona euro comienzan a disiparse y los inversores respiran con tranquilidad. Pero esa sensación de calma no puede durar mucho.
Para empezar, la recuperación del euro debe ponerse en perspectiva. Incluso ganando terreno, la moneda sigue por debajo de sus niveles de fines del año pasado. "Viéndolo a distancia, ¿realmente importa un aumento del 4% ante una devaluación del 20%?" se cuestiona Andrew Busch, estratega de divisas de BMO Capital Markets.
La buena noticia para Europa y para los inversionistas estadounidenses que han temido por el impacto que una ralentización económica tendría en sus firmas con presencia europea, es que el pánico puede haber llegado a su fin. Aunque eso no significa que la eurozona esté totalmente a salvo.
Para Busch, la preocupación en torno a Europa ha amainado, especialmente después del relativo éxito que tuvo la subasta de bonos españoles el jueves pasado. Pero el estratega advierte que los problemas estructurales de Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España están lejos de esfumarse, lo que significa que el euro podría volver a caer frente al dólar.
Muchos gobiernos del mundo podrían estar decepcionados del euro, que hasta hace poco era visto como un posible reemplazo del dólar como divisa de reserva mundial. Esta semana, por ejemplo, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos develó datos que mostraban que China, Japón, Reino Unido y otras naciones habían aumentado su participación en deuda estadounidense.
Se cree que la razón de lo anterior es que el dólar y los activos asociados a él, como los bonos estadounidenses, son considerados como un refugio seguro.
Más aún, en días recientes ha habido reportes de que los bancos centrales en Rusia (que en su día ensalzaron los méritos del euro sobre el dólar) podrían tener intenciones de recortar sus reservas en euros y dirigirse hacia divisas más fuertes, como los dólares australiano y canadiense.
Sin embargo, es poco posible que el euro sufra otra caída libre. Michael Woolfolk, estratega de divisas del Bank of New York Mellon, señala que "hay un límite de velocidad para la devaluación de las divisas, es raro que una moneda descienda más del 20% en un periodo de 12 meses".
Además, el dólar también se mantendrá controlado pues continúan los temores en torno a la recuperación económica de EU. "Los fundamentos en EU son cuestionables. La Reserva Federal no ha elevado las tasas de interés y las de Europa son superiores. Es prematuro para ser alcistas con el dólar" apunta Woolfolk.
Pero incluso si algunos previeron que el euro se desplomaría tanto como lo hizo, es difícil imaginar tiempos mejores para la moneda. La situación en Europa podría ser sólo "menos mala" en lugar de estar mejorando.