China flexibiliza su tipo de cambio
China flexibilizará gradualmente el yuan, anunció el sábado el Banco Central, indicando que estaba listo para terminar con un tipo de cambio fijo frente al dólar que ya lleva 23 meses y ha sido blanco de intensas críticas a nivel internacional.
El Banco Popular de China prácticamente descartó una revaluación única o una apreciación importante esperada por los detractores, diciendo que no había "bases para grandes fluctuaciones o modificaciones" en el tipo de cambio.
No obstante, quedó claro que China pretendía que su anuncio - publicado en inglés y en chino, algo inusual - marcara el final del tipo de cambio fijo del yuan frente al dólar, una medida que ha defendido como una "política especial" para defender a su economía de la crisis financiera global.
"La economía mundial se está recuperando gradualmente. La recuperación y el alza de la economía china se han vuelto más sólidas con una estabilidad económica realzada", dijo el Banco Central chino en un comunicado publicado en su sitio web.
"Es deseable avanzar con reformas al régimen cambiario del RMB e incrementar la flexibilidad del tipo de cambio del RMB", agregó la entidad, refiriéndose al otro nombre con el que se conoce al yuan: el renminbi, o RMB.
En la práctica, eso probablemente implique que el Banco Central chino usará su sistema de fijar tasas de referencia diarias para el yuan a fin de guiar a la moneda de regreso a un camino de apreciación gradual contra el dólar, que siguió por tres años hasta mediados del 2008.
Positiva reacción
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, acogió el sábado el anuncio de China de que haría más flexible su tipo de cambio e hizo un llamado por una "vigorosa implementación" de la medida.
"Acogemos la decisión de China de aumentar la flexibilidad de su tipo de cambio", dijo Geithner en un comunicado publicado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
De igual forma, el jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, dio la bienvenida al anuncio de Pekín y señaló que éste impulsará los ingresos y la inversión domésticos.
Sin embargo, los movimientos iniciales probablemente serán mínimos, pero acumulativamente podrían ascender a varios puntos porcentuales en los próximos meses.
Las quejas internacionales sobre la política cambiaria china habían disminuido en los últimos meses dado que la crisis de deuda soberana en Europa se había vuelto la principal preocupación, pero en días recientes la presión volvió a aumentar.
Un grupo de legisladores estadounidenses, dirigidos por el senador Charles Schumer, presionaron por un proyecto que le permitiría a Estados Unidos aplicar impuestos compensatorios contra países con tipo de cambios "fundamentalmente desalineados".
Además, el yuan amenazaba con ser el elefante en la cristalería en la cumbre del G-20 en Canadá entre el 26 y 27 de junio.
El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo que era esencial para la vitalidad de la economía mundial que los países adoptaran tipos de cambio orientados al mercado, pero una serie de funcionarios chinos sostuvo que el yuan era una preocupación soberana de China y que no se le debería tratar en círculos internacionales.
China ha mantenido al yuan a casi 6.83 por dólar desde julio del 2008 en un intento de aislar a la economía de crecimiento más acelerado de los estragos de la crisis financiera global.