El presidente estadounidense, Barack Obama, presionó el martes al Senado para que apruebe una legislación que dice beneficiará a las pequeñas empresas y generará empleos, en medio de una dura batalla con los republicanos a pocos meses de las elecciones legislativas. El plan prevé la creación de un fondo por 30,000 millones de dólares para invertir en bancos comunitarios con el fin de impulsar el crédito a las pequeñas empresas, que representan una gran porción de la generación de
El proyecto también entregaría fondos para apoyar las iniciativas ya existentes destinadas a fomentar el crédito a ese tipo de firmas y eximiría a algunas ventas de acciones de pequeñas firmas del pago del impuesto sobre ganancias de capital.
Obama quiere que el Congreso apruebe la mayor cantidad de proyectos como sea posible antes del receso de agosto, consciente de que los legisladores estarán completamente abocados en sus campañas de reelección cuando vuelvan a sesionar a mediados de septiembre, pocas semanas antes de las elecciones del 2 de noviembre.
"Espero que (...) encontremos terreno común y que aprobemos esta legislación. No deberíamos dejar que las pequeñas empresas estadounidenses sean rehenes de las políticas partidistas y ciertamente no en este momento crítico", dijo Obama en la Casa Blanca.
El mandatario apuntó así a los republicanos, tras una reunión con líderes del Congreso de ambos partidos a la que describió como "productiva".
La reunión incluyó a los líderes republicanos Mitch McConnell y John Boehner, del Senado y de la Cámara de Representantes, respectivamente. Ambos son abiertos críticos de las políticas económicas de Obama.
Boehner quiere rechazar y reemplazar
y conservar las exenciones fiscales para los ciudadanos acaudalados, que expiran a fines de año.Con la tasa de desempleo del país cercana al 10%, un 67% de los votantes siente que el presidente no se ha focalizado lo suficiente en la creación de empleo, según un sondeo de Reuters-Ipsos divulgado el martes.
Un 46% de los votantes registrados dijo que votaría por republicanos en la elección de noviembre, frente al 44% que favorecería a los demócratas.