Obama ‘castiga’ a China por el yuan

El presidente dijo que una parte del déficit comercial con ese país se debe a su moneda subvaluada; este día la Cámara de Representantes votará una ley contra el subsidio al tipo de cambio chino.
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El presidente Barack Obama dijo el miércoles que

y que ello contribuye al déficit comercial de Estados Unidos con Beijing, en momentos en que el Congreso norteamericano se encamina a aprobar una ley que presionaría al gigante asiático. "La razón por la cual estoy castigando a China sobre su moneda es porque su moneda está subvaluada", dijo Obama en una actividad en terreno con una familia de Iowa.

En respuesta a una pregunta, el mandatario reconoció que muchos estadounidenses creen que Pekín manipula el yuan para mantener su valor artificialmente bajo para hacer más baratas las exportaciones chinas.

"Es un factor contribuyente a nuestro desequilibrio comercial", dijo Obama.

La Cámara de Representantes de Estados Unidos someterá a votación más adelante en el día, y se espera que dé su visto bueno, a una ley para tratar el tipo de cambio chino como un subsidio, abriendo la puerta para aranceles adicionales a los productos chinos que entren a Estados Unidos, algunos de los cuales ya están sujetos a un trato especial.

Pero la medida debe obtener el respaldo del Senado para posteriormente ser promulgada por Obama.

La Casa Blanca no ha adoptado una postura sobre el proyecto, y sólo ha dicho que quiere asegurarse de que no viole las normas de la Organización Mundial del Comercio.

La medida de la Cámara, a poco más de un mes de las elecciones legislativas de Estados Unidos, tensionaría aún más las relaciones con Pekín, que ha rechazado las críticas y sostiene que corresponde únicamente a sus autoridades determinar el ritmo de las reformas cambiarias.

El Gobierno de Obama ha aumentado la presión sobre Pekín respecto a su tipo de cambio, consciente de la necesidad de mostrar que el presidente y sus colegas del Partido Demócrata son serios sobre cualquier cosa que ponga en peligro empleos en Estados Unidos, en una campaña en la que son precisamente el desempleo y la economía los principales temores de los votantes.