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México se inclina a una baja en tasas

Se protegería de una desaceleración en EU y de la pérdida de competitividad cambiaria: analistas; la anémica demanda interna elimina riesgos de inflación y hace viable un recorte en réditos, dicen.
mié 24 noviembre 2010 06:03 AM
El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, dijo no ver señales de alarma en la inflación. (Foto: AP)
El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, dijo no (Foto: AP)

México podría bajar su tasa de interés a inicios del próximo año, contrario a las estimaciones del mercado que espera un aumento hacia finales de 2011 e inicios de 2012. Aun cuando la inflación terminará 2010 por encima de 4%, la anemia del consumo de bienes y servicios elimina el riesgo de verdaderas presiones en precios.

La reducción en la tasa de referencia por parte del Banco de México (Banxico) permitiría proteger a la economía mexicana de una potencial desaceleración de la actividad productiva en Estados Unidos, así como de la inminente pérdida de competitividad cambiaria, opina el director para América Latina de Moody´s Analytics, Alfredo Coutiño.

El Banco Central mantiene la tasa de interés de referencia en 4.5% desde el 17 de julio de 2009, en un inteintento por estimular el consumo y la inversión ante la recesión mundial.

Para el resto de mercados emergentes, el panorama podría verse distinto. La abundante liquidez global representa desafíos importantes para los políticos de estas economías, no sólo en la forma de presiones de apreciación, sino también en incrementos de precios de materias primas.

Las respuestas iniciales de los políticos han sido dirigidas primariamente contra el fortalecimiento de las divisas, mientras que el posible efecto de los incrementos de precios de materias primas ha causado  menos preocupación hasta el momento, de acuerdo con los  analistas Piero Ghezz, Luca Ricci y Jimena Zuñiga de Barclays.

"Nosotros estimamos que bajo escenarios benignos para los precios de materias primas, los recientes incrementos tendrán un efecto contenido sobre la inflación; sin embargo, en un escenario donde los precios de estos productos continúan en rally, podría haber riesgos importantes".

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De hecho, tales riesgos podrían alterar la política de compensación para las autoridades de mercados emergentes, llevando a una combinación de condiciones monetarias restrictivas y tolerancia para la apreciación, en su opinión.

El anuncio de la segunda ronda de relajación cuantitativa en Estados Unidos , elevó las preocupaciones sobre un rally adicional en commodities, y el impacto que tendría sobre la inflación en América Latina, resaltan David Beker y Marcos Buscaglia, economistas de Bank of America Merrill Lynch.

A pesar de que la crisis alimentaria es relevante, perciben un factor clave desde la perspectiva mundial: la enorme brecha en la producción de las economías desarrolladas se mantiene deflacionaria, por lo que la importación neta de inflación se mantiene baja en la región.

"De hecho, la inflación importada se encuentra mucho más controlada que la inflación local en la mayoría de las naciones. El alza en la inflación se mantiene como el principal riesgo, mientras los bancos luchan contra la apreciación de sus divisas y las economías locales de varias naciones comienzan a calentarse". Sin embargo, si las proyecciones de inflación se mantienen firmes, anticipan que demoren en aumentar su actitud anti-inflacionaria.

La debilidad mostrada, y por mostrar, de la economía estadounidense definitivamente golpeará la actividad productiva en México durante la primera mitad del 2011, advierte Coutiño. En este sentido, dado el poco o casi nulo margen fiscal en México, las autoridades podrían aún utilizar la reducción de la tasa de interés para estimular el mercado interno, sobre todo el consumo y la inversión.

"La tasa de interés real en México es aún positiva, aunque cercana a cero, lo cual le da cierto atractivo al país ante los ojos de la inversión especulativa".

Además, es inminente que se fortalezca el ingreso de flujos de capital hacia los mercados financieros mexicanos en los próximos meses, ante la inundación de dólares ya decretada por la Reserva Federal.

"Ello agravará las presiones revaluatorias sobre el peso, consecuentemente afectando la competitividad cambiaria". Si esto es así, entonces se podría dañar al sector exportador y apagaría por completo al motor externo del crecimiento mexicano, dejando a la economía a merced del aún anémico mercado interno.

De tal manera que, una medida de intervención cambiaria más aceptable para los mercados (en comparación a los controles de capital como en Brasil) sería el desestimular las entradas de capital antes de que lleguen a México, resaltó el director para América latina de Moody´s Analytics.

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