La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, revelará este martes una nueva ofensiva en defensa de la libertad en Internet en el mundo, citando las
e Irán como ejemplos de cómo las nuevas tecnologías pueden desencadenar cambios políticos.Clinton, en su segunda gran intervención sobre política de Internet, subrayará los compromisos de Estados Unidos con Internet libre, abierto y seguro, dijo el lunes el Departamento de Estado, adelantando extractos de su discurso.
"Hay un debate abierto en algunos círculos sobre si Internet es una fuerza de liberación o represión. Pero como los acontecimientos en Irán,
"Lo que importa es lo que la gente que acude a Internet hace allí, y qué principios deberían guiarnos cuando nos unimos en el ciberespacio. Esa cuestión se hace más urgente cada día", dirá la jefa de la diplomacia estadounidense.
Con Clinton, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha defendido la libertad en Internet como un derecho humano básico, aunque también ha sufrido con las consecuencias mientras trata de controlar el daño causado por la divulgación por parte de WikiLeaks de cables diplomáticos estadounidenses clasificados.
Clinton ha condenado las revelaciones de WikiLeaks, diciendo que están basadas en información robada que amenaza tanto la seguridad de Estados Unidos como el bienestar de fuentes confidenciales, como activistas de derechos humanos y otros citados por el tráfico de cables.
Pero también ha defendido enérgicamente el valor básico de un Internet libre, diciendo que
, como se ha visto en protestas en Túnez, Egipto, Irán y otros lugares.El Departamento de Estado, adelantando el discurso de Clinton en una universidad de Washington, D.C. el martes, dijo que "reafirmaría el respaldo de Estados Unidos a un Internet libre y abierto y subrayaría la importancia de salvaguardar tanto la libertad como la seguridad, transparencia y confidencialidad y libertad de expresión y tolerancia".
Clinton ha hecho de la libertad en Internet un elemento central de la política exterior estadounidense, y el año pasado calificó los esfuerzos de algunos gobiernos por controlar el acceso a la Red de sus ciudadanos como "el equivalente en el día de hoy al Muro de Berlín".