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Japón batalla por controlar su moneda

Apoyado por el G7, el Banco Central compró millones de dólares para detener el avance del yen; los países se preparan para enfrentar una posible repatriación de divisas japonesas.
vie 18 marzo 2011 10:38 AM
El estatal Banco Japonés respaldó los instrumentos en 95%. (Foto: Jupiter Images)
yen (Foto: Jupiter Images)

Japón compró miles de millones de dólares el viernes para detener la escalada del yen, en una acción respaldada por los Bancos Centrales del G7 que nació tras la decisión de las naciones más ricas del mundo de intervenir para calmar a los mercados financieros. Las medidas representan la primera intervención conjunta en los mercados cambiarios del Grupo de las Siete potencias desde que salieron en ayuda del euro en el 2000, y dan cuenta de la gran preocupación por el impacto de los sucesos en Japón.

El dólar subió dos yenes completos hasta 81.98 yenes, dejando atrás un mínimo histórico de 76.25 alcanzado esta semana, cuando el Banco de Japón inició la acción conjunta. Según operadores, la entidad compró más de 25,000 millones de dólares.

Varios Bancos Centrales europeos confirmaron que se unieron a la medida y los mercados accionarios subieron , aunque los operadores dijeron que la intervención inicial había sido mucho menor en escala a la del banco de Japón y que el impacto en las operaciones en Europa fue más limitado.

Poco antes de la apertura de sus mercados, la Reserva Federal y el Banco de Canadá confirmaron que también se habían unido a la intervención, en una muestra de fuerza ante el mercado para demostrar que el G-7 apoyaba firmemente a Japón.

La intervención del Banco Central Europeo para debilitar al yen habría sido de unos 5,000 millones de euros, dijo James Pearson, operador cambiario de Nomura Securities en Londres, señalando no obstante que la cifra era una estimación propia.

"Va a tener un efecto de resonancia enorme en el mercado", dijo Kathy Lien, directora de investigación cambiaria de GFT en Nueva York.

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"El único tipo de intervención que actualmente funciona es la intervención coordinada y demuestra la solidaridad de todos los bancos centrales en términos de la severidad de la situación en Japón", acotó.

La decisión del G7 -que también incluye a Canadá- fue una sorpresa para muchos, dado que Tokio había dicho que sólo buscaba apoyo moral para sus intentos de calmar a los mercados más que una acción conjunta.

El índice accionario japonés Nikkei trepó casi un 3%, recuperando parte de las caídas de la semana generadas por el terremoto y posterior tsunami de la semana pasada y la crisis nuclear aún presente. Las pérdidas del Nikkei en la semana llegaron al 10%.

Una fuente dijo a Reuters que el Banco de Japón (BOJ por su sigla en inglés) también seguiría vendiendo yenes al sistema bancario, de manera de añadirlo al vasto monto de liquidez que ya brindó apoyo a sus mercados domésticos.

Los Bancos Centrales emitirán con frecuencia bonos para absorber cualquier efectivo extra en la economía que resulte de la intervención cambiaria, por temor a que la liquidez adicional pueda conllevar inflación.

Preocupación más amplia

Los líderes financieros del G7 podrían estar preocupados de que un aumento en la repatriación de yenes pueda generar una crisis de confianza en los mercados, que ya deben enfrentar los problemas de deuda en Europa y el impacto de la tensión política en Oriente Medio y el norte de África.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, subrayó la preocupación en Washington al decir el jueves que Estados Unidos haría todo lo que pueda para ayudar a Japón a recuperarse, al tiempo que restó importancia a los temores a que una nube de radiación pueda alcanzar su país.

El triple desastre de Japón, sin precedentes en la historia de una economía desarrollada, ya ha puesto cortapisas a la industria manufacturera global.

Los fabricantes de equipos para teléfonos móviles, automóviles y microprocesadores han advertido de un ajuste en sus negocios dado el rol crucial de Japón en las cadenas de suministro.

"Creo que la economía mundial va a ir para abajo, y ocurre en momentos en que los mercados financieros todavía están frágiles", dijo un banquero central del G7.

El alza del yen de esta semana fue generada por la especulación de que las empresas japonesas repatriarán parte de sus enormes activos en el exterior para pagar reclamos de aseguradores y financiar la reconstrucción.

Eso se sumó a una corriente alcista de la moneda en los últimos años, conducida por su estatus de "refugio seguro" desde la crisis financiera del 2008, así como la utilización del financiamiento a muy bajo interés en su moneda para hacer inversiones más riesgosas en otros países.

Un yen más fuerte podría dificultar aún más la recuperación de los exportadores de la tercera economía mundial.

Las pérdidas totales por el desastre se estiman en unos 200,000 millones de dólares, lo que implica casi con certeza de que Japón volverá a caer en recesión.

"El objetivo es obviamente apoyar a nuestros socios japoneses, expresar nuestra solidaridad y obviamente frenar el alza del yen", explicó la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, a una radio gala.

"El país ha sufrido suficientes catástrofes y calamidades como para tratar de evitar, además, una profunda crisis económica y después financiera generada por una moneda apreciada que evite que los japoneses exporten, que es lo que ellos normalmente hacen", agregó.

Los analistas de Citibank dijeron que la historia de las acciones del G7 sugería que los movimientos podrían revertir la tendencia al alza del yen en el largo plazo.

"En lo que respecta al yen, el típico ejemplo de intervención conjunta es la intervención de 1995. En ese momento, el dólar/yen terminó su tendencia de años a la baja y entró en una tendencia alcista", señalaron los analistas en un informe.

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