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La tragedia griega: Segundo Acto

El FMI debe tener capacidad de respuesta y lograr consensos para resolver los problemas: Carstens; en tanto, la incertidumbre se exacerba por la crisis de deuda en países europeos, dicen economistas.
mar 24 mayo 2011 06:00 AM
El déficit fiscal de Grecia ronda 8.7% del PIB. (Foto: Jupiter Images)
grecia (Foto: Jupiter Images)

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Los fuertes desequilibrios fiscales y monetarios generados en los últimos años, como consecuencia de los estímulos aplicados para superar la crisis de 2008, ya están pasando factura al mundo en general.

La crisis en algunas economías de Europa y la posibilidad de una desaceleración global, exacerban la incertidumbre.

Este entorno, aderezado de incertidumbre con la salida de Dominique Strauss-Kahn como director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), deteriora el panorama financiero internacional, lo que augura una volatilidad constante en los mercados en los siguientes meses, coinciden economistas.

El año pasado, Grecia obtuvo un préstamo por el equivalente a 145,700 millones de dólares por parte del FMI y de la Unión europea. Hoy requiere otra nueva ayuda financiera para solucionar sus problemas de deuda, al tiempo que España vive su particular crisis social.

La Comisión Europea estima que Grecia registrará un déficit fiscal de 9.5% del PIB en 2011, por encima del objetivo de 7.4% establecido cuando solicitó ayuda hace un año. Se espera que la deuda de Grecia como porcentaje del PIB se ubique en 157.7% en 2011.

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El dilema de Grecia vuelve a ser el centro de la atención en los mercados . Los debates en Europa son arduos sobre cómo ayudar a ese país a solucionar su problema de excesivo endeudamiento, dice Rodolfo Campuzano, director de Análisis Económica de Invex Grupo Financiero.

Mientras eso sucede la calificadora Standard & Poor's (S&) sigue reduciendo la calificación de la deuda griega y advierte que cualquier renegociación que implique un mayor plazo o menor tasa o una quita de capital representa de facto un default y la deuda griega podría descender a los estratos mínimos en la escala de calificaciones.

En medio de una incertidumbre que ha propiciado una elevada aversión al riesgo, acrecentada ahora con la decisión de S&P de rebajar la perspectiva de la deuda de Italia de "estable" a "negativa", citando una débil perspectiva de crecimiento y menores posibilidades de que el país logre recortar su enorme deuda, el gobernador del Banco de México (Banxico) Agustín Carstens, hace un esbozo sobre el papel que debe jugar el FMI en este tema.

Candidato por México a hacerse cargo de la dirección del organismo financiero, Carstens considera que el FMI debe tener capacidad de respuesta, y para eso necesita trabajar en equipo, necesita poder lograr los consensos entre todos los países miembros para que la institución se mantenga cohesionada, se mantenga legítima y eso le permita obtener eficacia.

Si bien hoy la crisis del FMI complica un poco la situación en Europa, la situación es grave con o sin una cabeza en este organismo financiero, subraya Bárbara Ochman Ikanowicz, profesora del departamento de Estudios Sociales y Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey Campus Estado de México.

La percepción que se tiene en el ámbito mundial, justificada sobre todo, es que la crisis se debe a un manejo irresponsable y especulativo de las instituciones financieras y del sistema financiero internacional.

Las medidas que se aplican, en general, son de austeridad que implican recortes de gasto social, recortes en políticas de estímulo, despidos y, peor aún "la percepción de la sociedad de que es ella la que tiene que pagar las consecuencias de acciones que beneficiaron a una élite rica, la de los banqueros, los financieros".

Hay esa percepción de una injusticia que a diferencia de lo que sucede en EU o incluso México, "está muy arraigada en la sociedad europea la percepción que el Estado sí tiene obligaciones de asegurar el bienestar y el empleo".

Prevé que la situación en la Eurozona no se resolverá en el corto plazo, "sino hasta 2015, probablemente". Aunque no espera una nueva crisis -porque la que viven estos países es una continuación de la que inició en 2008-, las noticias de que esas economías "están al borde del colapso" serán continúas, sobre todo las relacionadas con deuda y déficits.

En Europa, los mercados recibieron con tensión una nueva degradación de la deuda soberana de Grecia, lo que impulsó el rendimiento del bono a 10 años del país helénico y aumentó la posibilidad de moratoria, sobre todo cuando las alternativas analizadas para reestructurar los pasivos han sido interpretadas como mecanismos de reestructuración en moratoria, agrega Leonardo Zepeda, coordinador de Estudios Económicos de  Banamex.

Los fuertes desequilibrios fiscales y monetarios están comenzando a pasar la factura a través de un incremento ampliamente extendido en la inflación y de los problemas de deuda pública que enfrentan los países desarrollados, especialmente Estados Unidos y otros de Europa, indica Mario Correa, economista en jefe de Scotiabank.

Ha llegado el momento de la corrección fiscal, mientras que la corrección monetaria ha comenzado en varios países, y muy probablemente iniciará también en EU, en los próximos doce meses, menciona en su reporte semanal.

El problema es que varias economías aún no han logrado generar una reactivación sostenible, y persisten serias dudas de lo que ocurrirá con el ritmo de expansión una vez que se retiren los estímulos, lo que implica un entorno financiero global relativamente frágil en el que el margen de maniobra para las autoridades financieras mundiales se ha reducido significativamente, indica Correa.

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