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Grecia, lejos de la ‘solución’ argentina

Algunos economistas especulan que caer en moratoria de pagos podría beneficiar a la economía griega; Argentina salió de su crisis exportando productos agrícolas, condición que no aplica para Grecia.
mié 29 junio 2011 02:04 PM
Grecia es el resultado de décadas de mala recaudación fiscal, de corrupción y de pésimas políticas, dice un analista. (Foto: Reuters)
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Algunos economistas señalan los ejemplos de Rusia y Argentina como prueba de que una moratoria de pagos griega podría, de hecho, estimular el crecimiento de la frágil economía helena. Se equivocan.

Los ojos del mundo siguen puestos en la crisis crediticia de Grecia. El país estaba al borde de un posible default o cese de pagos si el Gobierno no aprobaba el plan de austeridad , que demanda ventas de activos y recortes presupuestarios por un valor de 111,000 millones de dólares como parte del paquete de rescate multimillonario que la eurozona le otorgara el año pasado.

Pero en medio de las protestas sindicales contra estas impopulares medidas , algunos analistas sostienen el enfoque contrario, esto es, que incurrir en impago podría no ser tan malo para Grecia. Mencionan como muestra a Rusia y Argentina, economías que incumplieron sus obligaciones crediticias y se vieron en apuros por un periodo breve de tiempo para después emerger inesperadamente bien.

Estos ejemplos pueden calmar un poco los ánimos griegos, pero difícilmente por las razones correctas.

En el 2001, Argentina dejó de pagar 81,800 millones de dólares de la deuda soberana después de que su sistema bancario se viera inmerso en una crisis de meses. El PIB del país cayó 10.9% ese año, y la nación quedó excluida de los mercados crediticios. Pese a los desafíos financieros, su economía se recuperó, creciendo a una tasa superior al 8% anual desde 2003. La capacidad de recuperación de Argentina ha llevado a algunos a sugerir que Grecia podría seguir ese mismo camino. 

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"La cuestión básica es que a la economía argentina le ha ido extremadamente bien tras su default", escribe Dean Baker, cofundador del grupo de investigación Center for Economic and Policy Research. "Es difícil pensar que alguien en Grecia se negaría a un default inmediato si creyera que la economía griega seguiría la misma ruta que ha seguido la economía argentina en los últimos 9 años y medio".

Sin embargo, Grecia difícilmente puede imitar el camino a la recuperación que recorrió Argentina. Un factor importante que explica la recuperación del país sudamericano incluye una ventaja que Grecia no tiene: sus exportaciones agrícolas. Mientras el motor económico de Grecia depende en gran parte de los servicios, Argentina pudo salir de su crisis gracias a la venta de sus productos agrícolas en el extranjero. De hecho, Argentina registra un superávit comercial, promovido especialmente por el incremento en los precios mundiales de las commodities agrícolas. El precio de la soja, y Argentina es uno de los mayores productores, ha escalado de 200 dólares la tonelada en 2003 a cerca de 500 dólares al día de hoy.

Grecia, en cambio, más allá del turismo y los servicios de transporte marítimo, exporta muy pocos productos y prácticamente no cuenta con inversión extranjera directa. Por lo que, incluso si incurre en cese de pagos, abandona el euro y devalúa su propia moneda, difícilmente podría salir del bache económico que atraviesa mediante la exportación.

"Grecia no tiene ninguna de estas ventajas y tiene, fundamentalmente, un problema estructural de crecimiento que incluso una reestructuración no podría solucionar", apunta Jacob Funk Kirkegaard, miembro del Peterson Institute for International Economics.

De forma similar, Rusia incurrió en el impago en 1998 y su economía ha mejorado. Tras una década de profundos declives, hoy su economía se recupera asistida también por los altos precios de las commodities, en especial del petróleo . El Gobierno ruso ha saldado su deuda externa. Y pese a las turbulencias sufridas en el marco de la crisis financiera mundial en el 2009, su crecimiento ha sido, en general, robusto a lo largo de toda la década del 2000.

No quiero decir con ello que el default nunca sea una solución. Pero cada economía es diferente y el cese de pagos funciona mejor para unas que para otras. Los problemas de Grecia son graves, y el impago de deuda no sería la mejor salida.

Kirkegaard señala otro punto interesante: mientras la endeudada Irlanda tenía una economía bastante sana antes de que sus bancos asumieran préstamos de alto riesgo, el problema de Grecia es el resultado de décadas de una recaudación fiscal deficiente, de corrupción, de pésimas políticas y de una edad jubilatoria baja.

"Grecia necesita reformar la totalidad de su economía, mientras que Irlanda... solamente tiene que reformar su sistema bancario y restaurar sus finanzas fiscales para elevar la recaudación", señala el analista.

Sobra decir que la cuestión más crítica es lo que un impago griego significaría para el resto de Europa y para el mundo en su conjunto. No sólo podría traer consecuencias negativas para la propia Grecia, sino que hay una posibilidad real de que los mercados piensen que otros países europeos caigan en impago, como España, Portugal e Italia.

Desde cualquier perspectiva, el impago no es la salida fácil.

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