Con la sombra de la crisis europea a cuestas, los ministros de Finanzas de 184 naciones del mundo se reunirán esta semana aquí para discutir el estado de la economía global en momentos de enorme incertidumbre. Se espera que las conversaciones que se celebrarán en el marco de la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) sean dominadas en mucho por los acontecimientos en el Viejo Continente.
Ello será evidente en los cónclaves que al margen de esta reunión celebrarán los ministros de Finanzas del G-7, grupo que aglutina a las naciones más industrializadas, y el G-20, donde participan las economías emergentes más fuertes.
El traslado a la capital estadounidense de las discusiones permitirá darle continuidad a las celebradas en Polonia, las cuales
La discordia deriva de la resistencia de naciones europeas a aceptar un nuevo paquete de asistencia por 11,000 millones de dólares a
Ello podría tener un severo impacto en naciones dentro y fuera de esa esfera que mantienen fuertes inversiones en el país helénico, exacerbando el nerviosismo de los mercados financieros y acelerando la salida de capitales.
El temor descansa en
países donde el fuerte desempleo y elevada deuda se ha convertido en un volátil coctel que podría colocarlos en la senda de Grecia, si el fuego de crisis no es sofocado con éxito de una buena vez.La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, dijo este jueves que la debilidad que presenta la recuperación de la economía global, sumado al efecto potencial de la crisis en Europa, requerirá
Esos temores fueron expresados antes por el presidente Barack Obama, quien durante una entrevista el lunes pasado reconoció que existe preocupación por "lo que pase en España e Italia si los mercados siguen arremetiendo contra esos países muy grandes".
Lagarde destacó la necesidad de una pronta resolución al dilema que presenta Grecia al señalar que la crisis en la zona del euro se ha agudizado y "las tensiones financieras se están intensificando".