AMLO no es un peligro: empresarios

El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Mario Sánchez Ruiz, rechazó que para el sector empresarial constituya "una amenaza" una virtual candidatura presidencial de los partidos de izquierda en la persona de Andrés Manuel López Obrador, "yo no lo estoy viendo así". Incluso negó que el tabasqueño haya sido visto como un peligro en su primer intento por llegar a la presidencia de la República hace seis años, en virtud de que "nosotros lo invitamos a participar en foros y en debates y nunca asistió. Si yo lo hubiera visto peligroso, nunca lo hubiera invitado".

En breve entrevista en la residencia de Los Pinos, el dirigente de ese organismo anunció que en el sector privado se dará apertura a todos los candidatos para conocer sus respectivas propuestas, aunque pidió "darnos el tiempo" porque por el momento no se puede hablar de aspirantes.

"Creo que es muy rápido. La verdad estamos hablando que las elecciones son en julio. Hoy no hay ni candidatos todavía. Realmente habrá que analizar cuáles son todos los actores que van a asistir, tanto de los otros dos partidos como de este", anotó.

Cambio en el discurso

El líder izquierdista mexicano Andrés Manuel López Obrador apela al amor para seducir a los votantes.

En un dramático cambio de discurso, el veterano político que marcha como seguro candidato de la izquierda para las presidenciales de julio de 2012, se presenta ahora convencido de convertir a México, sin rencores, en una "república amorosa".

Analistas piensan que su nuevo discurso podría restarle votos al político favorito para ganar la presidencia, Enrique Peña Nieto, un popular ex gobernador del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI).

En una actitud poco habitual, López Obrador, de 58 años, hasta hizo las paces con Televisa, que lo entrevistó el miércoles en su noticiario estelar tras cinco años de haberle cerrado las puertas.

El político acusa a la poderosa cadena de impulsar mediante la mercadotecnia la candidatura de Peña Nieto, quien está casado con una estrella de telenovelas.

"Cuando hablo de una república amorosa estoy pensando en que debemos fortalecer valores, el amor a las familias, el amor al prójimo, el amor a la Patria, eso es fundamental", dijo el izquierdista en una entrevista con MVS Radio esta semana.

Usuarios de redes sociales como Twitter acuñaron el término de "AMLOVE", una combinación de las iniciales de sus nombres y apellidos con la palabra "love" (amor), para referirse a la nueva estrategia del político.

López Obrador, quien disputa el segundo lugar en las encuestas con el oficialista Partido Acción Nacional (PAN), pareciera que sigue los pasos de líderes izquierdistas de la región que han apelado al amor en tiempos electorales.

"Está tratando de ganarse a todos los que pateó, golpeó, que denostó", dijo Marco Herrera, presidente Grupo Public Mexico, especialista en imagen pública. "Ahora su mensaje es 'soy conciliador, soy bueno", agregó.

En la pasada elección presidencial, López Obrador inició las campañas como amplio favorito, pero el ahora presidente Felipe Calderón lo rebasó en las encuestas cuando faltaban pocas semanas para las votaciones.

La derrota se debió a varios factores, entre ellos una campaña de la derecha que lo acusó de ser "un peligro para México", además de un enfrentamiento con el entonces mandatario Vicente Fox y su negativa de asistir a algunos debates con los otros candidatos presidenciales.

A pesar de todo, algunos observadores piensan que el izquierdista, que ganó popularidad cuando fue alcalde de la capital del 2000 al 2005 por dar dinero a ancianos, podría colocarse en una posición real de competencia al ofrecerse como una opción de no confrontación.

"Votantes decepcionados podrían optar por López Obrador ante el desencanto de que el PRI no ha cambiado y por los dos gobiernos erráticos del PAN", dijo Javier Oliva, analista de la estatal Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El partido gobernante llegará a las elecciones desgastado por una espiral de violencia ligada al narcotráfico, mientras que el PRI carga con siete décadas de gobiernos ininterrumpidos que terminaron en el 2000, acusados por críticos de corrupción y autoritarismo.

Con información de Notimex y Reuters