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Mineras canadienses, en la mira de AMLO

Andrés Manuel López Obrador dijo que si es presidente exigirá más impuestos a esas empresas; el político también prometió mayores salarios para los mineros, y combatir los monopolios.
lun 16 enero 2012 05:37 PM
Andrés Manuel López Obrador ha buscado suavizar su imagen de agitador acercándose a la comunidad empresarial. (Foto: Reuters)
LOPEZ OBRADOR FELIZ

Andrés Manuel López Obrador, aspirante izquierdista a la presidencia de México, prometió buscar que las mineras extranjeras paguen más impuestos, si resulta ganador de las elecciones del 1 de julio.

El tabasqueño dijo que las mineras extranjeras, entre las que predominan las canadienses, han sido tratadas muy generosamente por los Gobiernos anteriores, negando a los mexicanos una parte justa de los beneficios de sus recursos naturales.

"Vamos a procurar en el caso de las mineras convencer y persuadir a los mineros de homologar sueldos. Que se le pague a un minero de México, si no lo mismo que le pagan a un minero canadiense, que se tome en cuenta que hay una gran desigualdad", explicó a Reuters en una entrevista el fin de semana tras un evento proselitista en Chiapas.

Las mineras también estarían obligadas a cumplir normas ecológicas para no destruir ni contaminar el territorio donde tienen actividad, agregó.

"Queremos convencerlos de que paguen impuestos igual que en Canadá, porque no pagan impuestos en México. En Canadá tienen que pagar 12% por extracción de minerales. Aquí nada. Pero no vamos a anular concesiones. No vamos a expropiar", dijo.

La mineras canadienses que operan en México incluyen a Goldcorp y Pan American Silver.

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Las tasas impositivas para proyectos en Canadá son determinadas por las provincias, se basan en ganancias obtenidas y varían de 3 a 17%. Las empresas también deben pagar un impuesto por sus ingresos a nivel provincia y federal.

Por otro lado, el político dijo que si llega a la presidencia construirá cinco refinerías en tres años para evitar que México exporte crudo y, en su lugar, venda producto refinado.

El político dijo que la inversión foránea sería más que bienvenida en su Gobierno.

"Estamos a favor de la inversión extranjera. Se necesita (...) Fui jefe de Gobierno en la Ciudad de México, y fue cuando más inversión extranjera llegó a la ciudad", destacó.

Vencer  a los monopolios

López Obrador, quien perdió por pocos votos las presidenciales del 2006, dijo que para revitalizar la economía se requiere que el control de grandes sectores de la industria no esté en unas cuantas manos.

"Todo eso se va a corregir. Porque en precios comparados, aquí se paga más por los materiales de construcción, por las telecomunicaciones, por intereses en créditos, que en cualquier otra parte".

En México, la producción de muchos bienes y servicios, que van desde pan y cemento hasta televisión e Internet, está dominada por unos cuantos jugadores.

Economistas opinan que la escasa competencia ha sido durante largo tiempo un lastre para la segunda economía latinoamericana.

"El consumidor mexicano se ahorraría hasta el 10% de sus ingresos si no hubiese monopolios en el país", aseguró.

López Obrador, que fuera jefe de Gobierno de Ciudad de México, estuvo a un paso de ganar la presidencia y denunció un fraude electoral, encabezando enormes protestas en la capital cuando su rival derechista Felipe Calderón fue declarado vencedor.

Esas protestas -que incluyeron el cierre de una vital avenida capitalina durante varios meses- restaron popularidad al aspirante presidencial, cuyo respaldo en sondeos recientes es de entre 15 y 25%, por debajo del favorito Enrique Peña Nieto, del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Intereses intrincados

López Obrador, apodado "el Peje" por el pejelagarto -un pez típico de su natal Tabasco-, ha buscado suavizar su imagen de agitador acercándose a la comunidad empresarial, alentando la inversión privada y prometiendo mayor prosperidad.

El político está dispuesto a que algunos de los empresarios más poderosos entren a sectores cerrados para tratar de romper los intrincados intereses de otros.

Entre los magnates se encuentra el hombre más rico del mundo, Carlos Slim, cuyas empresas dominan el sector de las telecomunicaciones, y quien trabajó con el Gobierno de Ciudad de México para desarrollar partes de la capital durante la gestión de López Obrador en 2000-2005.

El Gobierno del presidente Calderón ha prohibido hasta ahora a Slim entrar al mercado de televisión, dominado por Emilio Azcárraga de Televisa y Ricardo Salinas Pliego de TV Azteca.

"Si Slim o cualquier otro ciudadano quiere participar en el negocio de las televisoras, lo podría hace r", comentó el político de 58 años.

"Lo mismo si Azcárraga o Salinas Pliego o cualquier otro quiere participar en el negocio de la telefonía, que lo puedan hacer", agregó.

Aumentar la competencia es una tarea enorme para México. El país tiene los costos de suscripción mensual más elevados para conexiones básicas de banda ancha y las velocidades más bajas entre los países miembros de la OCDE, según cifras de septiembre del 2010.

Y pese a que la mitad de su población vive en la pobreza, México está entre los países que más pagan por pan y cereales dentro del bloque de 34 naciones.

No obstante, en el Gobierno de Calderón se han visto avances y las empresas de Slim han sido obligadas a hacer concesiones.

El año pasado, el regulador de las telecomunicaciones ordenó al gigante de telefonía celular de Slim, América Movil , a hacer modificaciones que resultaron en una baja del 71% en tarifas de interconexión. Slim también redujo tarifas en llamadas de teléfonos fijos a partir de enero.

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