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Petroprecios, amenazados por Irak

La posibilidad de una guerra civil podría poner en riesgo la infraestructura petrolera del país; los analistas esperan un repunte en la producción que abastezca la demanda de China e India.
mié 01 febrero 2012 11:57 AM
Deutsche Bank espera que la producción de crudo en Irak aumente en casi 2 millones de barriles diarios en los próximos cinco años. (Foto: Thinkstock)
crudo (Foto: Thinkstock)

El deterioro de la situación de Irak ha despertado el temor entre los analistas de que el país no sea capaz de cumplir su objetivo de aumentar la producción en breve. La violencia que vive Irak es un gran problema, especialmente para su población. Pero también lo es para los mercados petroleros, pues se supone que un aumento en la producción del crudo iraquí compensaría la creciente demanda de países como China e India. La capacidad de Irak para suministrar ese petróleo es una razón por la cual los precios del carburante no han subido todavía más que los niveles actuales.

Sin embargo, después de que las tropas estadounidenses salieran del país en diciembre pasado, el número de los ataques ha aumentado. Ese mes, al menos 63 civiles fueron asesinados en ataques, la mayor cifra en tres meses. Y aunque los ataques aún están muy por debajo de los niveles reportados en los años posteriores a la invasión estadounidense , existen señales de una creciente inestabilidad dentro del Gobierno central.

Existe la posibilidad "de que la insurgencia resurja y que se convierta incluso en una guerra civil... y la infraestructura petrolera podría ser el objetivo. Para nosotros, la ascendente tensión en Irak es potencialmente más perjudicial para los mercados de petróleo del mundo que la situación en Irán, " escribieron los analistas del Deutsche Bank en una reciente nota de investigación.

El banco alemán espera que la producción de crudo en Irak aumente en casi 2 millones de barriles diarios en los próximos cinco años. Eso, según sus estimaciones, representaría el 70% del crecimiento de la producción de la OPEP. De acuerdo a la Administración de Información de la Energía de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), Irak actualmente produce alrededor de 2.7 millones de barriles al día.

Pero para que ese incremento ocurra, los yacimientos iraquíes requieren profundas reparaciones tras décadas de guerra y subinversión. Para tal efecto, se ha contratado a un grupo de compañías petroleras internacionales, incluidas Exxon Mobil, Royal Dutch Shell y BP. Pero la eficacia con la que operen depende de las condiciones en el sitio.

"A la gente le preocupa que crezca la violencia. Podría dificultar la entrada y salida de las personas", advierte Tim Daniel, ejecutivo de International SOS, una compañía que proporciona servicios médicos a firmas internacionales en regiones inseguras. Y uno de los cambios inmediatos para las compañías petroleras que operan en Irak es que ya no tienen al ejército estadounidense para los momentos críticos. "Ya no hay una fuerza de reacción rápida, ahora cada quien está por su cuenta", dice.

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De allí que las compañías petroleras y otras firmas en Irak contraten ahora los servicios de empresas como la de Daniel, que asigna paramédicos a grupos de empleados y cuenta con una avión para trasladar a los trabajadores heridos al cercano Dubai o Abu Dhabi para tratamiento en caso de lesiones graves.

Con todo, la pérdida del ejército estadounidense, aunada a la inestabilidad creciente en el país, alimenta el nerviosismo de las personas. "No hemos escuchado que alguien se haya retirado, pero están armando planes de contingencia," explica Daniel.

Para algunos, la terrible situación política es más problemática que la propia violencia. "El Gobierno está fracturándose lentamente. Los riesgos políticos son mucho más graves que los riesgos en la seguridad," sostiene Andreas Carleton-Smith, director de operaciones en el Medio Oriente para la consultora Control Risks.

Desde luego, el riesgo político puede conducir a serios riesgos de seguridad, en especial en el peor escenario posible, el que implica una guerra civil. Pero el riesgo político también puede manifestarse en una burocracia abrumadora, o simplemente en la incapacidad para ejecutar algo porque la dependencia gubernamental que debe aprobarlo ya no existe. Este tipo de situación es cada vez más común en Irak.

"Se está volviendo más difícil trabajar aquí", admite Carleton-Smith, pero se mantiene optimista, prefiere creer que los iraquíes cansados de años de guerra con el tiempo ordenarán las cosas y aprovecharán sus enormes reservas de petróleo.

Ese sentimiento es compartido por otros en el país. "La infraestructura del sector petrolero está en algunas de las zonas mejor protegidas del país". dice Ben Lando, jefe de oficina de la publicación  Iraq Oil Report en Baghdad. Por lo que el repunte de la violencia "no la impactará".

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