Brasil importará 100,000 autos mexicanos

La cifra anual es parte del nuevo acuerdo que alcanzaron ambos países esta semana; en la renegociación del pacto, México aceptó fijar un límite de 1,450 mdd en exportaciones.
autos (Foto: Thinkstock)

Brasil importará unos 100,000 automóviles mexicanos al año bajo

, una cantidad similar a la exportada a México, dijo este viernes el ministro brasileño de Comercio Exterior, Fernando Pimentel. México aceptó el jueves fijar un límite de 1,450 millones de dólares para sus exportaciones de autos sin aranceles a Brasil en el 2012, parte de la renegociación de un acuerdo de libre comercio entre las dos mayores economías de América Latina.

Brasil y México

de vehículos livianos, tras amenazas del gigante sudamericano de romper un acuerdo automotriz si no lograba bajar la creciente entrada de autos mexicanos a su territorio.

Después de agrias disputas, las dos mayores economías de América Latina

, del Acuerdo de Complementación Económica 55 (ACE-55) del 2002, y que durante muchos años permitió a Brasil de gozar de un abultado superávit comercial de autos con su socio.

Pero cuando en el 2011 vio un déficit de 1,170 millones de dólares por ese rubro, en medio de una sobrevaluación de su moneda que inundó su mercado de importaciones baratas, decidió presionar por un sistema de cuotas para frenar la entrada de autos mexicanos competitivos.

Así, las dos naciones convinieron el jueves fijar unos límites al valor de las exportaciones de autos con un "régimen temporal incremental" de 1,450 millones de dólares en el primer año; 1,560 millones en el segundo y 1,640 millones de dólares en el 2014.

"Una vez transcurrido este periodo se continuarán aplicando todas las disposiciones del ACE 55 como hasta ahora, es decir, habrá libre comercio para vehículos ligeros", dice un comunicado leído al final de las negociaciones del miércoles y este jueves por el secretario de Economía de México, Bruno Ferrari.

Las presiones por conseguir un rápido y beneficioso acuerdo provinieron de la propia presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que argumentó que debía proteger a la industria automotriz de su país, castigada por la sobrevaluación de la moneda.