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Peña, la cara joven del… ¿viejo PRI?

La estrategia del priista descansó en su carisma y en la firma ante notario de sus compromisos; sus rivales criticaron el gasto en su campaña y un presunto favoritismo por parte de Televisa.
dom 01 julio 2012 01:12 AM
Enrique Peña Nieto es un buen gerente que ha sabido rodearse de personas competentes, según sus cercanos. (Foto: AP)
Peña ganón (Foto: AP)

Joven, elegante y capaz de desatar entre sus seguidoras la euforia típica de un cantante famoso, Enrique Peña Nieto busca ser el político que devuelva el poder al PRI , un partido que por años fue señalado por el grueso de la población como el culpable de todos los males de México.

La campaña de Peña Nieto se centró en su figura y puso en práctica la misma fórmula que usó cuando fue gobernador del Estado de México: firmar ante notario sus compromisos, con lo que consolidó una imagen de funcionario confiable.

"Tú me conoces y sabes que lo voy a cumplir", fue el lema que el político de 45 años repitió en la propaganda que inundó los medios y las calles los 90 días de campaña.

El Partido Acción Nacional (PAN) desafió la campaña de Peña Nieto y aseguró que muchas obras en la entidad que gobernó el priista quedaron inconclusas, o que fueron pequeñas labores municipales ampliamente promocionadas con dinero público.

Sus adversarios y algunos medios llegaron incluso a decir que era un "producto de la mercadotecnia", un galán de telenovela impuesto por Televisa y que una de las bases  del supuesto plan para favorecerlo fue su matrimonio en 2010 con una de las estrellas de la televisora: la actriz Angélica Rivera.

El ejecutivo

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Siempre peinado con gel, copete levantado y atuendo pulcro, sus cercanos lo definen como un jugador de equipo y buen gerente, que ha sabido rodearse de gente competente.

Declarado como un pragmático al que le gustan los resultados y no las ideologías, Peña Nieto declaró que de ser presidente impulsaría más la apertura a capitales privados en Pemex a través de una reforma que primero debería vencer resistencia dentro de su propio partido.

Sus raíces lo persiguen

Enrique Peña se formó políticamente en lo que varios analistas llaman el Grupo Atlacomulco, visto como parte de la vieja guardia del PRI y que a menudo es caricaturizada como un dinosaurio de pesada cola que manejó los hilos de muchas administraciones priistas.

El grupo, cuya existencia niegan líderes del partido, presuntamente está integrado por ex gobernadores mexiquenses que nacieron en la ciudad de Atlacomulco en las últimas siete décadas, y que funciona como una suerte de familia muy unida.

El "Luis Miguel" de la política

Durante su campaña, los rivales le recordaron a Peña Nieto que su carrera política (que transcurrió en la administración y el Congreso del Estado de México) se desarrolló bajo la protección del ex gobernador Arturo Montiel, acusado de enriquecimiento ilícito al final de su mandato.

Pero la sombra de Montiel, o las revelaciones de presuntos vínculos con el narcotráfico de gobernadores priistas como Tomás Yarrington, a quien Estados Unidos le congeló bienes en ese país, parecieron no dañar su imagen.

"Juntos vamos a dejar atrás las prácticas de la vieja política", prometió el domingo pasado en un multitudinario acto en el estadio Azteca de la Ciudad de México para intentar ahuyentar a los fantasmas de la corrupción y autoritarismo que pesan sobre el PRI.

Hay quienes lo llaman el "Luis Miguel" de la política por su aspecto de galán y porque en los actos públicos muchas de sus simpatizantes pierden la cabeza por él. Peña se deja abrazar, besar y tomar fotos por todas.

Durante su campaña a gobernador en 2005 llegaron a gritarle: "¡Enrique, bombón, contigo hasta el colchón!" y, como si fuera una estrella, se organizaron clubes de fans por todo el país impulsados por su primera esposa, Mónica Pretelini.

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