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Congreso, el ‘talón de Aquiles’ para EPN

Los resultados preliminares sugieren que su Gobierno deberá negociar con otros partidos: expertos; S&P dice que las elecciones no afectan la calificación soberana de México, que se mantiene en BBB.
lun 02 julio 2012 05:22 PM
Los nuevos líderes del poder legislativo deberán lidiar con iniciativas congeladas. (Foto: Archivo)
congreso3 (Foto: Archivo)

Sin mayoría absoluta en el Congreso hasta ahora, el Partido del virtual presidente electo de México, Enrique Peña Nieto, tendrá la necesidad de negociar con otras bancadas -e incluso al interior del mismo PRI- si quiere sacar adelante las reformas estructurales, coinciden la calificadora Standard and Poor's y el banco de inversión Barclays.

Los resultados preliminares de la composición del Congreso sugieren que el próximo Gobierno deberá negociar con los otros partidos, como ocurrió en las recientes administraciones, asegura la directora de calificaciones soberanas para América Latina de S&P, Lisa Schineller.

S&P mantuvo la calificación soberana para la deuda externa de México en BBB con perspectiva estable y en moneda local en A-, perspectiva estable, y dijo que no se ven afectadas por el resultado de la elección presidencial que se llevó a cabo este domingo.

Este lunes, el virtual presidente electo aseguró que presentará al Poder Legislativo iniciativas para reformas estructurales, entre ellas la hacendaria, energética, laboral y al sistema de seguridad social.

En conferencia de prensa indicó que integrará "un equipo de profesionales y expertos en políticas públicas para ir dando forma a las reformas que estaré presentando al Congreso de la Unión".

Si el PRI no logra una mayoría legislativa, desde su inicio Peña Nieto tendrá que demostrar su capacidad de liderazgo político y habilidad negociadora para convencer al Congreso y a los mexicanos acerca de los beneficios de las reformas, agrega Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody's Analytics.

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"Si esto no sucede desde el primer año de Gobierno, el país continuará sumido en la mediocridad, con pobre desarrollo económico e insuficiente avance en bienestar social", advierte.

Po lo pronto, dice que los mercados pueden estar tranquilos y seguros de que las políticas de libre mercado seguirán vigentes durante los próximos seis años. "Sin embargo, el presidente electo tendrá necesariamente que enfrentar los dos retos más grandes de su administración: cambiar al país a través de las reformas y, demostrar que el PRI ha cambiado y que su regreso al poder no significa el retorno de los vicios del pasado".

En esta ocasión, los mexicanos le han dado al PRI una segunda oportunidad, quien debería aprovecharla seriamente, porque de lo contrario su estancia en el poder solo duraría seis años, dijo. "Los mexicanos han aprendido que la mejor arma para lograr cambios está en la fuerza del voto".

A su vez, la calificadora de valores Fitch Ratings puntualiza que en los últimos años, la falta de una mayoría en el Congreso mexicano ha agravado la paralización de la reforma económica, y que históricamente, la mayoría de las reformas mexicanas se han materializado a principios de la vigencia de un nuevo Presidente.

"El próximo año a año y medio proporciona una ventana ideal de oportunidad a la próxima administración para proseguir con las reformas económicas agresivamente, especialmente dado que las elecciones intermedias del Congreso están ahora a tres años de distancia", destaca Shelly Shetty, la analista de Riesgo Soberano de Fitch.

Menciona que mientras Peña Nieto ha expresado su voluntad de alcanzar algunas reformas económicas, se necesitará de un fuerte liderazgo y una actitud proactiva de negociación con la oposición y los sindicatos, para alcanzar el éxito.

Marco Oviedo y Bruno Rovai de Barclays consideran que -después de que al PRI se le declare virtual ganador de la Presidencia- el siguiente resultado relevante es la aclaración de cuál fuerza política controlará al Congreso.

Ya sea que la coalición PRI-Partido Verde gane una mayoría absoluta o simple hará una diferencia importante, en la medida que el número de curules ganadas sea suficiente para que el PRI "obtenga una mayoría calificada", a través de acuerdos con los partidos pro reforma política, como el PAN.

"Al tiempo de escribir esto, el PRI parecía haber ganado suficientes asientos para permitirle la implementación de reformas por Enrique Peña tan rápido como lo desee. Sin embargo, esto dependerá de tres factores", indica el reporte de los economistas del banco de inversión.

Uno es el nivel de apoyo de algunos congresistas del PRI, quienes podrían tener desacuerdos importantes o preocupaciones con las reformas propuestas; otro, la actitud del PAN hacia las reformas, muchas de las cuales también estuvieron en la agenda del presidente Felipe Calderón pero no fueron apoyadas por el PRI.

El tercer factor que citan es la intensidad de la oposición del PRD, cuyos miembros están abiertamente opuestos a la inversión privada en Pemex, elevar impuestos y la reforma laboral.

"Es decir, nosotros creemos que el hecho de que Peña Nieto ha ganado con fuerte apoyo popular debe dar incentivo para que el Congreso no se oponga agresivamente a sus iniciativas".

En tanto, S&P considera que la conformación del Congreso (sin que ningún partido haya tenido mayoría en periodos anteriores) ha limitado y puede seguir frenando la velocidad y contenido de las reformas bajo la nueva administración.

La negociación entre el Gobierno y el Congreso (y con los gobernadores) ha limitado la velocidad de avance de la legislación, incluso en temas que no son controvertidos. Y el presidente podría únicamente obtener apoyo entre los partidos con el compromiso sobre sus propuestas iniciales.

Todos los candidatos presidenciales de México estaban de acuerdo en los principios básicos de la política macroeconómica, respaldada por el marco institucional del país, y en la necesidad de impulsar las perspectivas de crecimiento económico.

Sin embargo, agrega la calificadora, existen desacuerdos entre los partidos e incluso a veces al interior de ellos sobre cómo ocuparse de temas desafiantes en el área fiscal y en el sector de energía, algunos de los cuales requieren enmiendas constitucionales, que solamente se pueden aprobar con la aceptación de las dos terceras partes del Congreso y las legislaturas estatales.

Los intereses políticos y económicoshan evitado que gane impulso la aprobación de reformas sobre la baja base tributaria no petrolera del país y su dependencia presupuestarias del petróleo, sobre el sector de hidrocarburos cerrado en su mayoría a la inversión privada y extranjera, sobre las ineficiencias en la petrolera estatal Pemex, y sobre la falta de una mayor competencia en la economía, puntualiza.

A pesar de la fuerte unión del PRI alrededor de Peña Nieto, se trata de un partido heterogéneo con sectores en pro y en contra de las reformas. Todavía es poco claro durante cuánto tiempo los miembros del PRI se mantendrán alineados con las propuestas del virtual presidente electo y cuál será la profundidad de las reformas que él propondrá.

Las reformas que vienen

Los expertos de Barclays exponen que las reformas que ha propuesto el ahora virtual prsidente electo de México se enfocarían en ampliar la base fiscal e incrementar la eficiencia fiscal. En tal sentido, ven limitado el potencial de recursos adicionales basado en estos dos componentes.

Hay tres principales fuentes de recursos adicionales:

Ampliar la base del IVA, eliminando exenciones y gravando alimentos y medicinas. Esto podría recaudar recursos extras de 0.7-1% del PIB, dependiendo de la definición de una canasta básica de bienes y servicios (mayormente médicos) que continuaría exenta para proteger a las familias de bajos ingresos.

Mejorar la eficiencia en recaudación del ISR. Sin embargo las ganancias potenciales estarían limitadas dado el efecto positivo que la introducción de impuestos parejos alternativos (IETU) ha tenido en la recaudación fiscal total en los años recientes.

Eliminar los subsidios a la gasolina. Una eliminación completa de los subsidios implica aproximadamente 1% del PIB en recursos adicionales.

 La reforma de Seguridad Social Universal está encaminada a reducir la informalidad, la cual representa casi el 30% del empleo total y el mayor problema estructural para la economía de México. Peña Nieto ha mencionado que Incrementaría los impuestos con el propósito de financiar esta propuesta, que podría ser presentada junto con las reformas laborales.

Fitch agrega que la necesidad de una reforma tanto Institucional como Estructural, es evidente a la luz de los resultados del crecimiento económico relativamente modesto de la economía mexicana, y el aumento de los niveles de violencia relacionados con las drogas.

El progreso en las reformas que aumentan la flexibilidad fiscal, abre el sector petrolero a la inversión privada adicional, y mejorar la competitividad global sería positivo para la economía mexicana.

"También creemos que una estrategia para reducir la violencia será importante para reforzar la confianza de los inversores, y la mejora de los entornos empresarial y de inversión del país", precisa la analista.

Una nueva administración permite la reexaminación de los impedimentos estructurales que enfrenta la economía. Pero una vez más, "aunque creemos que la capacidad de recuperación de la economía mexicana ante el aumento de los vientos en contra es positiva, también existen otros claros desafíos restantes".

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