Alemania pierde la paciencia ante Grecia

El bloque conservador presiona al país heleno y se opone a darle más concesiones; el líder parlamentario Volker Kauder ve poco probable que se apruebe un tercer rescate.

Volker Kauder, aliado de la canciller Angela Merkel, insistió que no hay espacio para hacer más concesiones a

El líder parlamentario del bloque conservador alemán ve pocas posibilidades de que la coalición gobernante respalde un tercer paquete de rescate al país helénico.

El primer ministro griego, Antonis Samaras, visitará Alemania y Francia la próxima semana.

Además, Europa aguarda para septiembre un informe de los inspectores (representación conocida como la troika) en torno a los avances logrados por Grecia en la adopción de reformas y medidas de austeridad exigidas a cambio de los dos enormes planes de rescate.

Los indicios del incumplimiento de las medidas han desatado en Alemania y otras naciones prósperas la impaciencia con Atenas y han fomentado las conjeturas sobre la posible salida de Grecia de las 17 naciones de la eurozona.

Hay poco entusiasmo entre los países acreedores de otorgar más tiempo u otras concesiones al país helénico.

"Los griegos deben cumplir lo acordado. No hay más margen de maniobra, ni en el calendario ni en las medidas mismas, porque ello sería una violación de los acuerdos. Eso fue lo que ocasionó esta crisis", declaró Kauder al semanario Der Spiegel.

Al preguntársele por un posible tercer plan de rescate de Grecia, respondió que las autoridades tendrán que esperar al informe de los inspectores internacionales de la deuda, "pero veo pocas posibilidades en la coalición (gubernamental) para un tercer plan de ayuda".

Casi todas las decisiones de rescate de la eurozona deben ser respaldadas por el Parlamento alemán.

La ayuda a los incumplidos es impopular entre los alemanes y la perspectiva de constantes rescates no agrada a los integrantes de la coalición centroderechista de Merkel.

Kauder dijo que la bancarrota griega sería cara para Alemania "pero los acuerdos deben ser cumplidos".

"No siempre puede haber un programa para mejorar las condiciones. En algún momento los griegos deben responder una pregunta: ¿hacemos mayores esfuerzos o abandonamos el euro?", indicó.