Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

El motor de la reinvención de EU

El talento estadounidense en tecnología lo ha convertido en líder mundial, afirma John Gapper; el sector móvil y el energético se han beneficiado de inventos como la red 4G y el ‘fracking’.
vie 05 octubre 2012 06:04 AM
La compañía BlueStacks anunció el lanzamiento de un software que permitirá a los usuarios de Apple correr aplicaciones de Android.  (Foto: Especial)
apple android (Foto: Especial)

Es extraño volver a Londres después de siete años en Nueva York para encontrar a Reino Unido luchando por lanzar servicios de telefonía móvil 4G de alta velocidad y a las empresas europeas retrasándose ante las estadounidenses. "Si no hacemos nada en Europa, toda la innovación se desvanecerá", dijo José María Álvarez-Pallete, director de operaciones de la española Telefónica, en una conferencia del Financial Times esta semana.

Cuando me mudé en 2005, Europa estaba muy por delante de Estados Unidos en la tecnología 3G, y Nokia y Research In Motion de Canadá eran los principales fabricantes de teléfonos inteligentes. Mientras tanto, Estados Unidos agonizaba por la crisis energética: Dependía de Medio Oriente para conseguir petróleo y enfrentaba la necesidad de importar gas natural licuado.

Desde entonces, el talento de Estados Unidos para la innovación tecnológica ha avanzado a la par de ambos desafíos. Ha tomado la delantera en la banda ancha móvil -iPhone de Apple, Android de Google y Windows Mobile de Microsoft tienen el 65% del mercado mundial, frente al 5% en 2005, y han puesto en marcha servicios 4G antes que otros. La fractura hidráulica (fracking) y la perforación horizontal en busca de gas natural, inventadas en Estados Unidos, podrían sustentar sus necesidades de energía durante 100 años.

Estados Unidos tiene problemas económicos, como Edward Luce señaló recientemente. Está luchando por resolver su déficit fiscal en medio de la acritud en Washington, le hacen falta empleos bien remunerados para la clase media, su infraestructura está envejeciendo y el número de visas para los inmigrantes educados que impulsaron el surgimiento de Silicon Valley ha disminuido.

Pero estoy impresionado por su increíble y duradera capacidad de reinventarse a sí mismo a través de la tecnología, una tradición que se remonta a los experimentos científicos de Benjamin Franklin y George Washington. A menudo ha sorprendido con invenciones tales como aviones, automóviles y computadoras.

No debería ser una sorpresa que todavía pueda hacerlo, a pesar de las preocupaciones acerca de su declive comparativo. "Estados Unidos carece de un enfoque estratégico para la ciencia y la tecnología, pero el entorno de la innovación es muy fértil", dice Daniel Sarewitz, profesor de la Universidad Estatal de Arizona. "Es una cuestión de escala: Invertimos más y tenemos a más personas involucradas en ello que en cualquier otra cosa".

Publicidad

La inversión pública y privada en innovación sigue siendo alta, alrededor del 2.8% del Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos en 2008, frente al 1.9% en la Unión Europea (UE). Una gran parte proviene de programas federales que han proporcionado la base para muchas invenciones. El servicio de Mapas por el cual Apple acaba de pedir disculpas no existiría en absoluto si no fuera por la inversión militar en los satélites de posicionamiento global.

Estados Unidos tiene una estructura sin paralelo para la inversión privada en tecnología, que fluye desde empresas respaldadas por capital de riesgo. Ese ecosistema ha generado la mayoría de las mayores empresas tecnológicas del mundo, desde Google hasta Apple, y constantemente genera nuevos rivales dispuestos a enfrentar a las grandes bestias de Silicon Valley.

Eso conduce a una intensa competencia, donde las empresas luchan por derribarse entre sí. "Es difícil ver barreras a la innovación tecnológica aquí, mientras que a menudo hay obstáculos como el acceso al financiamiento o a la educación en otros países", dijo Robert Shapiro, presidente de la consultora Sonecon.

Como resultado, el cambio tecnológico puede extenderse a través de la economía de Estados Unidos rápidamente, no sólo en el ámbito de la tecnología, sino en otros sectores. El lanzamiento del iPhone de Apple en 2007 reestructuró sectores enteros en pocos años, golpeó a RIM y a Nokia, eclipsó a Microsoft, y arrebató el control a los operadores de redes móviles.

Después de haber logrado todo esto, se enfrentó a un inmediato contraataque de Google, que adquirió Android y lo utilizó despiadadamente para replicar las características del iPhone , tomando un 52% de participación del mercado de smartphones en Estados Unidos en julio, según ComScore. El esfuerzo de Nokia por rivalizar con el software iOS de Apple, Symbian, posee menos del 1%.

La transferencia de poder en la industria móvil hacia Estados Unidos queda ilustrada por el hecho de que Apple lanzó el iPhone 5 en Reino Unido sin ningún tipo de red en condiciones de apoyar sus servicios 4G. Otros operadores europeos también están apresurándose para adquirir el tipo correcto de espectro. En el pasado, ellos elegían sus estándares y los fabricantes de teléfonos tenían que obedecerlos.

Hay una historia similar en la industria del gas natural y en la tecnología de fracking en Estados Unidos. La fractura hidráulica ha estado disponible desde 1940 en yacimientos de gas locales, pero su potencial económico fue transformado más tarde por proyectos de investigación público-privados respaldados por el Departamento de Energía de Estados Unidos. Esta tecnología fue desarrollada por pequeñas empresas como Devon Energy y Chesapeake, en lugar de por las grandes petroleras mundiales.

Esto no quiere decir que el impulso y la ambición tecnológica de Estados Unidos sea una bendición pura. La fractura hidráulica tiene riesgos ambientales y la libertad para innovar sin obstrucciones y regulación que beneficia a Estados Unidos puede tener igualmente efectos secundarios desagradables. Las compañías de gas natural que se apresuran a inyectar agua cargada con químicos en las rocas de esquisto (shale) podrían envenenar a los acuíferos.

De hecho, una de las innovaciones tecnológicas más importantes encabezada por Estados Unidos en los últimos años -la invención de los derivados de crédito que surgieron de una investigación de opciones en la Universidad de Chicago y que fueron utilizados para empaquetar las hipotecas subprime- condujo a la crisis financiera de 2008. La pasión de Estados Unidos por la invención puede superar la capacidad de la sociedad de usarla para el bien.

Sin embargo, Estados Unidos suele encontrar una manera de corregir los excesos después de los hechos, aunque el proceso de reforma regulatoria es más democrático e impredecible que en otros países. Para el momento en que esos otros países logran alcanzarlo, las compañías estadounidenses ya poseen muchas de las patentes, saben cómo aplicarlas y disfrutan de una posición dominante.

Lo notable es la rapidez con que Estados Unidos ha logrado conseguir el dominio tecnológico en dos de las industrias mundiales más importantes. Durante algunos años, pareció perdido en las telecomunicaciones y la energía, pero luego se recuperó y avanzó. No ha perdido su toque.

*El autor es editor asociado y jefe de opinión de negocios en el Financial Times.

Tags

Dinero Inteligente

Únete a Dinero Inteligente. El newsletter con consejos para cuidar tus finanzas.

Publicidad
Publicidad