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Japón defiende estímulo monetario

El Gobierno dijo que la devaluación del yen es una consecuencia colateral del apoyo; indicó que su objetivo es superar 15 años de deflación en el país.
vie 19 abril 2013 12:06 PM
El Gobierno de Shinzo Abe (izq.), aquí con Taro Aso, presionó al Banco de Japón para que instaurara herramientas más agresivas para abatir la deflación. (Foto: Cortesía CNNMoney.com)
shizno abe taro aso (Foto: Cortesía CNNMoney.com)

El ministro de Finanzas de Japón, Taro Aso, defendió la lucha de su país contra la deflación, afirmando esta semana que la caída del yen es una consecuencia no planeada de las políticas destinadas a impulsar el crecimiento.

Japón utiliza una combinación de política monetaria y gasto público en un esfuerzo por superar 15 años de deflación. Pero las medidas adoptadas también han debilitado al yen, aumentando el riesgo de represalias y de una guerra de divisas en Asia.

"La devaluación del yen frente al dólar es sólo una consecuencia colateral", dijo Aso a CNN en el marco de la reunión del G20 celebrada en Washington el jueves.

 "Lo que nos gustaría es salir de la recesión provocada por la deflación. Ese es nuestro objetivo", señaló Aso.

La deflación o caída de los precios tiene un efecto negativo en el crecimiento económico. Pues puede alentar a los consumidores a refrenar el gasto en la creencia de que los precios caerán.

Así que el Banco de Japón, encabezado por el nuevo gobernador Haruhiko Kuroda , está inyectando dinero en la economía de forma masiva . A principios de este mes, el Banco Central nipón anunció que comenzaría a comprar deuda de largo plazo y valores como los fondos cotizados a un ritmo anual de 60 a 70 billones de yenes.

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Mientras más activos compre el banco, más yenes hay en circulación. El punto es elevar la inflación anual a un objetivo del 2%.

Pero las medidas monetarias también han contribuido a una fuerte caída en el valor del yen. La divisa nipona ha caído alrededor de 25% en seis meses, desplomándose a 100 yenes contra un dólar estadounidense en los últimos días.

Un yen más débil es beneficioso para los exportadores japoneses, que registrarán una mayor demanda de sus productos y más oportunidades de venta en el extranjero conforme el yen se deprecia.

Pero una caída sostenida en el valor de la moneda también plantea la posibilidad de acciones de represalia de otros países.

El Banco de Japón tiene el apoyo del Fondo Monetario Internacional y la Reserva Federal de Estados Unidos, que ha instrumentado también un agresivo programa de compra de bonos en los últimos años. Pero otros actores no están tan contentos.

Corea del Sur, por ejemplo, ha hecho un llamamiento a la cautela. El ministro de Finanzas Hyun Oh Seok, también en Washington para la reunión del G20, dijo que Japón hacía lo que podía para contribuir a la recuperación de la economía mundial, pero el debilitado yen afectaba más a la economía de su país que las tensiones con Corea del Norte.

"Comparado con el riesgo que reviste Corea del Norte, un yen descendente está teniendo un impacto considerable en la economía real de Corea del Sur", dijo Hyun a Bloomberg. "La depreciación del yen ha provocado consecuencias indirectas, por lo que conviene debatir el tema".

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