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La farsa del debate de la deuda en EU

Los legisladores inevitablemente aprobarán elevar el techo del endeudamiento, dice Jeanne Sahadi; lo importante de la discusión es ver de qué forma puede afectar otras negociaciones presupuestarias.
jue 12 septiembre 2013 01:32 PM
Alfredo Coutiño dice que la vida del súper peso no durará todo el año. (Foto: Thinkstock)
dólar (Foto: Thinkstock)

El desasosiego consume a los legisladores estadounidenses ante el aumento del techo estatutario de la deuda en el otoño. Pero a la larga terminarán elevándolo. La única pregunta es cuán problemático y turbulento será el proceso.

¿Por qué asumir que tendrán que aumentarlo? Porque no tienen otra opción real si quieren evitar que el país caiga en default. Un default o impago perjudicaría a la economía y los mercados, y la mayoría de los legisladores lo saben. Es por eso que regularmente elevan el límite de la deuda antes de que la situación desemboque en eso.

De hecho, desde 1940, el Congreso de Estados Unidos ha aprobado 79 aumentos al techo de la deuda. Eso promedia más de un aumento por año.

Más información: El temor del impago regresa a EU

¿Cómo lo aumentan? A veces los legisladores lo han elevado en pequeñas cantidades, otras veces lo incrementan sustancialmente. Y en algunas ocasiones lo hacen de forma "temporal" mediante provisiones que luego lo regresan a un nivel inferior.

Puesto que es un voto políticamente difícil, ocasionalmente inventan ingeniosos mecanismos para aprobar tácitamente los aumentos sin que quede públicamente el registro de un voto de "sí."

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Por ejemplo, como parte del acuerdo para resolver el enfrentamiento en torno al techo del endeudamiento en 2011, el Congreso aprobó un plan que permitió al presidente Obama elevar el límite de la deuda tres veces salvo que la Cámara baja y el Senado aprobaran una "resolución conjunta de desaprobación." Esta resolución nunca se materializó. Y aunque así hubiera sido, el presidente podría haberla vetado.

Luego, en febrero pasado, los legisladores decidieron "suspender" temporalmente el techo de la deuda. Bajo este esquema, el Tesoro pudo seguir endeudándose para pagar las cuentas del país hasta el 19 de mayo. En ese momento, el límite de la deuda automáticamente se restableció al anterior tope más lo que el Tesoro tomó prestado durante el período de suspensión.

¿Qué se consigue al elevar el techo de la deuda? Pese a las incorrectas afirmaciones de algunos políticos, aumentar el límite estatutario de la deuda no le da al Gobierno una "licencia para gastar más."

Sencillamente autoriza que el Tesoro tome prestado el dinero que necesita para pagar todas las obligaciones de Estados Unidos íntegra y puntualmente. Esas obligaciones corresponden a los servicios ya realizados y las prestaciones sociales ya aprobadas por el Congreso. En otras palabras, es una licencia para pagar las cuentas o gastos del país contraídos como resultado de decisiones pasadas tomadas por los legisladores de ambos partidos en el curso de los años.

Negarse a elevar el techo de la deuda "no es como cortar con tijeras tus tarjetas de crédito, es más bien como recortar las facturas de tus tarjetas de crédito," afirmó el historiador Joseph Thorndike, que ha escrito sobre las crisis anteriores de deuda.

A detalle: Gasto en EU, condicionado por la deuda.

¿Cuál es el tope actual? El límite de la deuda se fijó en 16.699 billones de dólares el 19 de mayo, desde 16.394 billones de dólares que tenía como tope antes de la suspensión.

Desde entonces, el Tesoro se ha visto obligado a utilizar "medidas extraordinarias" para evitar que al país rebasara ese límite.

El secretario del Tesoro Jack Lew dijo que esas medidas se agotarán a mediados de octubre, y a partir de allí sólo tendrá 50,000 millones de dólares en caja o disponibles, más los ingresos entrantes, para pagar lo que se debe. Parece mucho dinero, pero no durará mucho tiempo.

¿Cuánto tiempo durará? Un análisis realizado por el Bipartisan Policy Center estima que el Tesoro ya no será capaz de pagar todas las facturas íntegra y oportunamente en algún momento entre el 18 de octubre y el 5 de noviembre.

¿Significa esto que los políticos sólo tienen unas pocas semanas para resolver el embrollo? Así es.

Los republicanos de la Cámara baja dicen que exigirán recortes al gasto y reformas fiscales a cambio de su apoyo a un aumento del techo de la deuda. La Casa Blanca, por su parte, ha dicho que no negociará quid pro quos.

La pregunta es, entonces, ¿cuándo cederán o darán su brazo a torcer los republicanos o la Casa Blanca -o ambos- en este enfrentamiento? Si la historia reciente sirve de guía es probable que ocurra en el último momento. Y no se sabe cuán creativo será el acuerdo al que lleguen.

Pero cualquier animosidad o fricción surgida en el camino seguramente envenenará otras negociaciones presupuestarias.

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