Mujeres: la clave económica para Japón

Elevar la participación femenina en la fuerza laboral elevaría el PIB, el ingreso y el gasto; Shinzo Abe tomó medidas con este fin, pero factores culturales aún pesan en la sociedad.
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Japón está desaprovechando uno de sus más preciados recursos, y no hablo de la pesca o su célebre destreza tecnológica. El país del sol naciente no aprovecha el potencial de sus mujeres, un grupo demográfico que podría ser la clave para una recuperación económica.

y sus problemas económicos se han agravado por la disminución de la fuerza laboral, la consecuencia de una población que envejece rápidamente y una baja tasa de natalidad.

En el país, sin embargo, habitan millones de mujeres altamente preparadas que no trabajan.

Ellas son "un activo oculto muy obvio", advirtió una analista de

, Kathy Matsui, quien ha investigado el papel de la mujer en Japón durante más de una década. "Es difícil correr un maratón con una sola pierna", asegura refiriéndose a la ausencia de ese sexo en el mercado.

La tasa de empleo femenino en el país asiático se ubica en 60%, muy por debajo de la tasa de 80% de los hombres. Si ese nivel se elevara incluso en pocos puntos, la productividad adicional contribuiría considerablemente a impulsar el potencial de crecimiento. Las japonesas ya compran más que los hombres, y más mujeres trabajadoras significaría mayor ingreso disponible y mayor gasto.

Es un problema que los principales políticos del país tratan de corregir.

‘Abeconomía'

El primer ministro Shinzo Abe dijo en abril que las mujeres son su recurso más infrautilizado, y fijó metas específicas para aumentar su participación laboral. Estos objetivos son parte de la llamada "Abeconomía", una estrategia que incluye una combinación de gasto gubernamental, estímulo del Banco Central y reformas estructurales destinadas a fomentar el crecimiento.

 

Abe señaló que las niponas deben concentrar como mínimo el 30% de los puestos de responsabilidad en todos los sectores de la sociedad para el año 2020, y las empresas deben designar en una posición ejecutiva a por lo menos una mujer. Otro de los objetivos es aumentar la tasa de participación laboral femenina en un 5% para las mujeres de 25 a 44 años. Otras reformas servirían para apoyar las necesidades de la familia, tales como ampliar la capacidad de las guarderías infantiles y extender la licencia de maternidad de uno a tres años.

Fijar estas metas, no obstante, no sería suficiente para garantizar el cambio. En este momento alrededor del 70% de ellas dejan su trabajo después de dar a luz a su primer hijo, en parte debido a que no existen los incentivos económicos.

A los hombres se les paga un 28% más que a las mujeres en el país, una brecha que ha disminuido en las últimas décadas, pero sigue siendo significativamente mayor que la de otras naciones desarrolladas como Francia, Suecia y Estados Unidos.

 

Modificar las políticas fiscales podría ayudar en gran medida, apuntó la economista de HSBC, Izumi Devalier. Al presente, una familia nipona solo puede deducir un segundo ingreso si no supera los 10,000 dólares al año, un obstáculo para las señoras que desean trabajar más.

"Pero empujarlas hacia un trabajo de tiempo completo tampoco funciona", dijo Devalier. "Necesitas tener un sistema de apoyo completo que las anime a llevar un estilo de vida donde se puede tener un hijo y seguir trabajando".

Factor cultural

En opinión de Matsui, el país también tiene que cambiar su mentalidad cultural, que a menudo sigue favoreciendo una dinámica donde los hombres son sostén de la familia y las mujeres son amas de casa.

De acuerdo con un documento de trabajo del FMI, los prejuicios vinculados al género pueden hacer que en Japón sea más difícil colocar a mujeres en posiciones de liderazgo en el mundo político o empresarial. El número de mujeres en los rangos más altos es escaso. En 2009, alrededor del 9% de los directivos de Japón eran mujeres, frente al 43% en Estados Unidos.

El propio Abe rompió con esa tradición, nombrando a dos mujeres en su gabinete de 18 miembros. Grandes empresas como Daiwa Securities y Shiseido también han ascendido a mujeres o ha establecido metas para aumentar el número de mujeres en puestos ejecutivos. Sin embargo, el progreso real podría tomar años.

"El país tiene una enorme oportunidad frente a sus narices", expresó la analista. "¿La ignorará? ¿O tratará de aprovechar esa oportunidad?"