Organizaciones de la industria refresquera y confitera rechazaron este lunes los impuestos a bebidas azucaradas, así como al chicle y a los alimentos de alta densidad calórica, y pidieron al Senado echar para atrás los gravámenes.
"Con el impuesto a las bebidas azucaradas el Gobierno se quedará con 35 centavos de cada peso que se gaste en refrescos. Sin embargo, el Gobierno no tomó ningún compromiso de qué va a hacer con esos recursos", señalaron en un desplegado la Industria Refresquera Mexicana, la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera y la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes.
La Cámara de Diputados aprobó la semana pasada un impuesto de un peso por litro a las bebidas saborizadas, así como a los concentrados, polvos, jarabes, esencias o extractos de sabores, que contengan cualquier tipo de azúcares añadidas.
Los legisladores también dieron el visto bueno a un Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) de 5% a los
conocidos como "alimentos chatarra", y un IVA de 16% a la goma de mascar, con el propósito de combatir la obesidad."El impuesto generará desempleo, dañará la economía de las familias, fomentará la informalidad y frenará las inversiones", señaló el desplegado que los organismos dirigen a los Senadores para que rechacen el proyecto de ley.
Por su parte, organismos de la industria de confitería, dijeron que los gravámenes son regresivos e impactan el bolsillo de todos los mexicanos. Agregaron que la propuesta carece de sustento técnico y legal.
"Dada la situación económica del país, esta imposición al consumidor impactará a la industria y por consecuencia afectará drásticamente al empleo formal que se ha construido alrededor de esta industria que por más de 80 años ha participado en el desarrollo económico de México", señalaron la Asociación Mexicana de Directivos de Venta de Dulces, la Asociación Nacional de Abarroteros Mayoristas y la Asociación Nacional de Fabricantes de Chocolates, Dulces y Similares.