Senadores debaten el futuro energético
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Después de haberse aplazado tres veces, el debate de la reforma energética inicia la mañana de este domingo en comisiones del Senado en medio de tensiones entre los partidos por el contenido del predictamen y de protestas de agrupaciones de izquierda que ven la iniciativa como un intento por privatizar los recursos energéticos. El documento se dio a conocer el sábado y los senadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD) descalificaron el texto argumentando que aprobarlo equivaldría a "entregar" los bienes propiedad del país.
"(El predictamen) establece que se pueden establecer distintas modalidades de contratación, entre ellas, las de servicios, la de utilidad compartida o producción compartida o de licencia, que es indudablemente una concesión para llevar a cabo por cuenta de la nación las actividades de exploración y extracción de petróleo", dijo durante la sesión el secretario de la Comisión de Puntos Constitucionales, el perredista Alejandro Encinas.
"De entrada, están entregando prácticamente todo el bien de la nación a los extranjeros", reclamó ante legisladores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido Acción Nacional (PAN).
La reforma promovida por el presidente Enrique Peña Nieto plantea modificar los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución para permitir que el Estado se asocie con empresas privadas nacionales o extranjeros en este rubro.
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El mandatario afirma que con ello se modernizaría al sector y se impulsaría el crecimiento económico del país.
El predictamen indica que quedaría prohibida la entrega de concesiones en materia de petróleo y energía eléctrica.
Sin embargo, señala que las instituciones estatales -Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE)- podrían celebrar "contratos" con particulares para distintas tareas.
"Tratándose del petróleo y de los hidrocarburos sólidos, líquidos o gaseosos... (la nación) llevará a cabo las actividades de exploración y extracción mediante asignaciones a empresas productivas del Estado o a través de contratos con éstas o con particulares en los términos de la ley reglamentaria", menciona el documento.
En los artículos transitorios se señala que los contratos podrían ser de servicios, de utilidad compartida, de producción compartida y de licencia, y que el pago que el país haría dependería de su modalidad.
Para los primeros, sería en efectivo; en el caso de los segundos, según la utilidad generada; en de los terceros, con "un porcentaje de la producción obtenida", y en el de las licencias, mediante "transmisión onerosa de los hidrocarburos".
Para la izquierda, estos últimos dos puntos son inaceptables porque implicarían entregar a los particulares el petróleo o el gas de México.
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En contraste, los impulsores de la reforma afirman que se trata de un esquema adecuado porque impulsaría el crecimiento económico, no privatiza las instituciones y garantiza para el Estado la propiedad de los hidrocarburos.
"Los pregoneros de la verdad ondearán de cualquier forma la bandera 'privatización', harán sonar los tambores de chantaje, afilarán temerarias afirmaciones y soñarán con hacer de la calle un campo de batalla", señaló recientemente el priista David Penchyna, presidente de la Comisión de Energía, en un artículo para ADNPolítico.com.
Otro punto clave de la reforma contempla crear un Fondo Mexicano del Petróleo -bajo tutela del Banco de México (Banxico)-, que administraría los ingresos derivados de los contratos del país con particulares.
Al implicar cambios a la Constitución, el documento requiere los votos de dos terceras partes del Senado para quedar aprobado. El PRI carece de los escaños suficientes para conseguirlo, pero puede lograrlo con apoyo de la bancada del PAN, un partido históricamente partidario de la inversión privada en el sector público.
El PRD, sin embargo, ha advertido que rebatirá la iniciativa y tratará de impedir su avance, al tiempo que promoverá que el tema sea sometido a una consulta pública en 2015.
Cuauhtémoc Cárdenas, fundador del PRD, dijo el viernes a CNNMéxico que no debe haber "prisa" en legislar un tema trascendental para México.
Mientras tanto, otras organizaciones de izquierda alistan protestas en torno al Senado para manifestarse contra la propuesta de Peña Nieto.
El Movimiento Regeneración Nacional (Morena), fundado por el excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, anunció que desde la mañana de este domingo montará un nuevo cerco en torno al recinto legislativo, vigilado por cientos de policías federales y locales y resguardado con vallas metálicas.
Martí Batres, dirigente de Morena, dijo el sábado que la protesta se mantendrá todo el domingo y el lunes, cuando se prevé que continúe la discusión en comisiones, y que incluso se extenderá si el documento llega al pleno o después a su análisis en la Cámara de Diputados.
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Los cercos al Senado comenzaron el miércoles, aunque hasta ahora López Obrador no ha participado en ellos debido a que fue operado por causa de un infarto. El excandidato fue dado de alta del hospital el sábado, con instrucciones de permanecer en reposo cuatro semanas.
Los últimos dos presidentes, los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, trataron fallidamente de reformar la Constitución para que el sector energético se abriera en su totalidad a particulares. Enrique Peña Nieto emprende un nuevo intento, pero la batalla legislativa apenas está por comenzar.