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Bitcóin, ¿destinado al fracaso?

La mayor debilidad de la moneda es su falta de respaldo en un Banco Central, dice Sanjay Sanghoee; aunque contar con este sustento le daría fiabilidad, al mismo tiempo podría destruir su atractivo.
mié 29 enero 2014 06:02 AM
Los bitcóins son insustituibles: un hombre perdió 7.5 mdd en bitcóins sólo porque tiró a la basura un disco duro.    (Foto: Reuters)
bitcoin moneda

Cada pocos años, el mundo de la tecnología es testigo de una revolución, del próximo gran desarrollo con el potencial para cambiar la forma en que funcionamos y generar una nueva industria altamente rentable. Vimos la explosión de las computadoras personales, seguida por Internet, los teléfonos inteligentes, las tablets, la computación en nube y otras tecnologías disruptivas, grandes y pequeñas. El último de estos cambios de juego parece ser la llegada de las monedas virtuales, personificadas por el mayor participante en ese terreno: el bitcóin.

En apariencia, el bitcóin parece una idea genial y tal vez inevitable . Los bitcoines (las unidades reales de esta moneda virtual) son una forma de dinero electrónico que pueden ser negociados directamente entre las partes; no requieren del respaldo físico del oro, de los dólares o de cualquier otra reserva tradicional de valor, y su precio se basa en la demanda a través de una red entre pares (peer-to-peer). Eso no es tan distinto a otras divisas principales; desde la abolición del patrón oro en la década de 1970 y de la creación de tipos de cambio fluctuantes, incluso el dólar estadounidense funciona mayormente bajo los mismos principios.

¿La gran diferencia? La regulación. A diferencia del dinero en efectivo, el bitcóin no está respaldado por un Banco Central , el cual básicamente da a las monedas convencionales su valor real.

Para entender esto, considera que un comerciante vende una barra de chocolate a un cliente por un precio fijo. El cliente sabe, antes de entrar a la tienda, que los dólares en su bolsillo producirán una cierta cantidad de valor. Ese valor (el precio del dólar) podría fluctuar en los mercados de divisas, pero sólo dentro de un rango estrecho, y no afectará la capacidad del cliente para comprar la barra de chocolate en tiempo real.

Si el valor del dólar fluctúa más allá de un rango aceptable, usualmente será puesto de vuelta dentro de los límites a través de las transacciones de divisas de los bancos centrales. Ésa es precisamente la razón por la que un sistema monetario fiduciario (no vinculado al oro) puede seguir funcionando y no ser interrumpido por los especuladores de divisas.

Por el contrario, la volatilidad del bitcóin hace que todo sea mucho más incierto. Ni el comerciante ni el cliente sabrían cómo fijar correctamente el precio de la barra de chocolate en un momento dado, ya que el valor de la moneda virtual experimenta máximos y mínimos extremos. Durante el año pasado, el precio de un bitcóin pasó de 14 dólares a más de 1,100 dólares, y se estabilizó en alrededor de 500 dólares a finales de 2013.

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Las fluctuaciones no sólo hacen imposible prever su valor , sino que también hacen que los bitcoines casi carezcan de él. La razón de esto es que debido a su falta de base oficial, sólo existen en el contexto del trueque o la especulación, y cuando las transacciones y el alboroto se detienen, lo mismo ocurre con su valor. En otras palabras, el éxito de bitcóin se basa en una profecía autocumplida, que es tan peligrosa como parece e incluso no supera la prueba de una moneda real.

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Y también está el pequeño problema de que los bitcoines son insustituibles; un ejemplo de ello es un hombre que perdió un valor de alrededor 7.5 millones de dólares en la divisa virtual sólo porque tiró a la basura un disco duro. El dinero en efectivo puede perderse también, por supuesto, pero difícilmente en tales cantidades y con tanta facilidad.

Este factor, combinado con las cuestiones mencionadas anteriormente, hace del bitcóin un medio de intercambio muy poco fiable , lo cual resta mérito a su propuesta de valor: el anonimato, las transacciones libres de impuestos y los bajos costos por transacción en comparación con las tarjetas de crédito.

Por último, hay una Ruta de la seda, el mercado en línea para productos ilegales cerrado por las autoridades estadounidenses y facilitado por el bitcóin. Su popularidad para realizar comercio ilegal debido a su carácter de anonimato y el sistema entre pares pueden ser un buen augurio para los inversionistas pero es casi seguro que atraerán la atención de las autoridades tarde o temprano (la Ruta de la seda es un ejemplo), y eso podría resultar en la imposición de fuertes restricciones a su uso.

Esta semana, en el Foro Económico Mundial de Davos , los líderes financieros estadounidenses compartieron una visión similar sobre el bitcóin: "La cuestión no es si la aceptamos", dijo el presidente ejecutivo de JPMorgan, Jamie Dimon, a CNBC. "La pregunta es si acaso participamos (con) las personas que facilitan el bitcóin? Las personas que en realidad van a molestarse con ello eventualmente serán los gobiernos".

Y ésa es la paradoja que podría significar la ruina del bitcóin. A fin de que se convierta en una moneda confiable, se necesita una aceptación generalizada por parte de los bancos centrales (en particular en lugares como China, que la ha rechazado , y Finlandia, que la designó como una mercancía) y regulación para estabilizar su valor, pero eso destruiría los aspectos que hacen tan atractivo al bitcóin: la privacidad y la capacidad de los usuarios para realizar transacciones de manera directa y fuera del sistema bancario. Esto lo relegaría a la condición de otra billetera digital, lo cual no es un cambio de juego. Incluso la tan pregonada Google Wallet ha tenido dificultades para competir contra los sistemas más tradicionales de pago.

Así que, considerando todo esto, ¿por qué el precio del bitcóin es tan alto? Parte de ello es un optimismo natural acerca de una nueva tecnología disruptiva, pero sobre todo es el alboroto creado por los inversionistas, incluyendo a la firma de capital de riesgo Andreessen Horowitz. Otros inversores que consideran probar estas aguas deberían considerar esto y recordar también que en un algún momento Pets.com parecía ser la ola del futuro.

Sanjay Sanghoee es un comentarista político y empresarial. Ha trabajado en los bancos de inversión Lazard Freres y Dresdner, así como en el fondo de cobertura Ramius. Es autor de Merger and Killing Wall Street. Para más información, visita

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