Así subestimó la Fed la crisis de 2008
Si antes había asomo de duda, ahora ya es indiscutible: La Reserva Federal estadounidense no vio venir la Gran Recesión hasta que el país ya estaba sumido en la crisis.
“Creo que hay una gran cantidad de indicios de que pronto podríamos estar en recesión”, dijo a sus colegas el expresidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke , en enero de 2008, sin saber entonces que la recesión más profunda desde la Gran Depresión ya estaba muy avanzada.
No fue sino hasta después del colapso de Lehman Brothers, a mediados de septiembre, que Bernanke dijo estar absolutamente seguro de que el país había entrado en una recesión.
El viernes pasado, la Reserva Federal dio a conocer más de 1,500 páginas que ofrecen palabra por palabra las transcripciones de las catorce reuniones y teleconferencias sostenidas en 2008. Este fue un año crítico en el que la Fed decidió reducir sus tasas de interés a casi cero e instrumentar un programa sin precedentes de compra de bonos, todo ello en un intento de estimular la economía de Estados Unidos.
Pero antes de esas decisiones, los funcionarios de la Reserva Federal parecían dudar de sus perspectivas económicas y sus acciones. Las transcripciones muestran que se centraron grandemente en los temores inflacionarios y la inestabilidad de los mercados financieros, mientras que las menciones al desempleo fueron escasas y aisladas. Para ser justos, los datos conocidos en ese momento todavía no apuntaban a la severa crisis de empleo que no ha cesado desde entonces.
Al reunirse justo un día después de que Lehman Brothers se declarara en quiebra en septiembre de 2008, los miembros de la Fed no podían ponerse de acuerdo respecto a si la decisión de permitir que el banco de inversión colapsara fue la correcta.
“Creo que es demasiado pronto para saber si lo que hicimos con Lehman estuvo bien”, dijo el presidente de la Fed de Boston, Eric Rosengren. “Pienso que hicimos lo correcto dadas las limitaciones que teníamos. Espero que superemos esta semana”.
El mercado accionario acababa de sufrir su peor día en siete años, el Dow había caído más de 500 puntos en una sesión bursátil, y AIG estaba al borde de la bancarrota. Sin embargo, a pesar de sus preocupaciones por la estabilidad del mercado, los funcionarios de la Fed decidieron posponer el recorte de la tasa de interés de referencia en esa reunión de septiembre.
“En general, creo que la fijación actual de la tasa de los fondos federales es la apropiada, y yo realmente no veo ninguna razón para cambiarla”, dijo Bernanke a sus colegas.
Tres semanas más tarde, la situación había empeorado a tal grado que la Reserva Federal convocó a una reunión de emergencia. “Es más que evidente que tenemos una situación extraordinaria,” expresó Bernanke. “No se trata de un solo mercado. No es como el crash bursátil de 1987 o la crisis de 1970. Prácticamente todos los mercados - en especial los mercados de crédito - no están funcionando o están en tensión extrema... Creo que todo el mundo puede convenir en que está creando enormes riesgos para la economía global”.
Los funcionarios estaban comprendiendo, finalmente, la magnitud de la crisis. La Reserva Federal decidió recortar su tasa de interés en dos ocasiones ese mes, y luego, en diciembre, la redujo a casi cero, el nivel que aún mantiene cinco años después.
“Como ustedes saben, nos encontramos en una coyuntura histórica, tanto para la economía estadounidense como para la Reserva Federal,” dijo Bernanke en la última reunión de ese año 2008. “La crisis financiera y económica es grave pese a los esfuerzos extraordinarios emprendidos no sólo por la Reserva Federal, sino también por otros responsables políticos de aquí y de todas partes del mundo”.
Pero incluso entonces la Fed pecaba de optimismo. El Banco Central pronosticó que el desempleo se dispararía a un máximo de 8.25% en 2010. La desocupación llegó al 10%.