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Escasez de bebés, la otra amenaza para la economía de Japón

En 2014 nacieron poco más de un millón de personas, cifra que no superó a la cantidad de muertes; las predicciones sugieren que la población podría caer un tercio en las próximas cinco décadas.
lun 05 enero 2015 06:01 AM
El Gobierno busca impulsar el número de nacimientos por mujer a 2.1 desde el 1.4 actual. (Foto: Getty Images)
japón

Japón está sufriendo de una escasez aguda de bebés.

Sólo poco más de un millón de bebés nacieron el año pasado en Japón, de acuerdo con las nuevas cifras del Gobierno. El número es el más bajo en el registro, y el último signo del poco progreso que el país ha hecho en contra de la desfavorable tendencia demográfica.

El Ministerio de Salud de Japón estima que un millón 269,000 personas murieron en 2014, lo que representa una baja en la población de 268,000.

La contractura demográfica ha encendido las alarmas en los altos niveles del Gobierno.

La tendencia amenaza con limitar severamente el crecimiento económico,  mientras los trabajadores luchan para pagar por el creciente número de jubilados.

Un trío de factores es el culpable: El número de matrimonios ha disminuido, la cultura corporativa penaliza a las madres y Japón es notoriamente contrario a la inmigración.

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Las predicciones más alarmistas sugieren que la población podría caer un tercio en las próximas cinco décadas.

El Gobierno ha tratado de impulsar los nacimientos con reformas, incluyendo más opciones de cuidado infantil para las madres trabajadoras. El objetivo es impulsar el número de nacimientos por mujer a 2.1 desde la tasa actual de 1.4, pero Tokio tiene poco que mostrar para estos esfuerzos.

Japón necesita más mujeres en el trabajo

La solución más obvia -la inmigración- permanece relegada en la política japonesa.

Menos de 2% de la población del país es nacida en el extranjero, y los sondeos de opinión indican poco apoyo a más inmigración.

El primer ministro Shinzo Abe ha abordado este tema con delicadeza , expresando su apoyo a la ampliación de programas migratorios mientras no avala propuestas más ambiciosas.

Si fuera a abogar por una posición más fuerte en torno a la inmigración, Abe posiblemente enfrentaría una fuerte resistencia política, especialmente en las provincias rurales de Japón.

Sin embargo, el momento podría ser el correcto para Abe -quien recientemente aseguró un renovado mandato- para presionar en el tema.

El alto miembro del Centro Japonés para la Investigación Económica, Jun Saito, ha escrito que Japón está atrasado para una conversación honesta sobre inmigración.

“Estamos en la disyuntiva de convertirnos en un antiguo poder económico inhibido por una mayoría de gente grande, o convertirnos en una potencia económica activa, donde japoneses y extranjeros viven y trabajan como compañeros”, dijo.

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